El 22 y 23 de octubre se realizará el segundo simposio de yoga científico, un encuentro que busca proporcionar a docentes, educadores y facilitadores de salud -y a cualquiera que esté interesado en el tema- “herramientas teóricas y prácticas para mejorar su experiencia individual de la vida así como la armonía en su trabajo y en la sociedad”, explicó a la diaria el coordinador de la actividad, Octav Fercheluc, de origen rumano y radicado desde hace diez años en Uruguay.

El primer simposio se realizó en mayo de 2015 y tuvo el apoyo de la Universidad de la República (Udelar), en donde Fercheluc dictaba también las clases gratuitas de yoga y meditación para el Servicio Central de Bienestar Universitario, a las que asistían unas 1.500 personas, contando las clases que se impartían en el gimnasio del IAVA y las de la Facultad de Psicología.

En aquella oportunidad, antropólogos, periodistas, psicólogos, escritores, pediatras y docentes, entre otros, compartieron ante más de 500 asistentes sus experiencias en distintos programas de yoga que se desarrollaban en centros educativos, así como pruebas científicas que avalarían la eficiencia de la disciplina para restaurar el bienestar y la salud de quienes la practican.

Aunque las prácticas de yoga y meditación por intermedio de Bienestar Universitario se daban desde hacía cuatro años, fue la realización del simposio la que levantó resistencia. Primero, un grupo de personas no identificadas habría denunciado ante el psicólogo Álvaro Farías que Fercheluc tenía vínculos con una secta, y el psicólogo decidió tomar la posta y trasladar el reclamo a la Udelar.

Al recibir la denuncia, la entonces presidenta de Bienestar Universitario, Silvia Rivero, negó que hubiera pruebas que sustentaran la acusación, pero, de todas maneras, inició una investigación interna “para aclarar la situación”. La conclusión de esa investigación estableció que “no existían vinculaciones” entre el involucrado y la acusación de que era objeto, pero aun así Bienestar Universitario decidió suspender las clases de yoga y meditación. “Si bien yo trabajaba voluntariamente, me dijeron que no podían mantener la actividad, que ya había llegado a ser la más importante de Bienestar Universitario por su concurrencia”, manifestó Fercheluc al ser consultado por la diaria.

“Yo creo que tomaron distancia porque no quisieron involucrarse y profundizar en demostrar que el yoga no es una religión. Aunque la realidad es evidente: conceptos que están en el yoga surgen de los Vedas, que son textos antiguos, declarados patrimonio de la humanidad”, agregó.

Teniendo en cuenta el interés que despertó el primer simposio, Fercheluc decidió organizar, por su cuenta, un segundo encuentro -declarado de interés nacional para Uruguay por el Ministerio de Educación y Cultura-, en el que se mantendrá el método de exposición del primero: meditaciones para comenzar y terminar las jornadas, y, en el medio, las presentaciones científicas y posteriores discusiones e intercambios. Fercheluc adelantó además que en este segundo simposio habrá novedades como la presencia de expositores de Argentina y Brasil.