La relativa desconexión entre el conocimiento científico-tecnológico nacional y la matriz productiva del país es un problema ampliamente reconocido en Uruguay. Promover el diálogo entre los productores de conocimiento y las empresas es imprescindible para el desarrollo y la sustentabilidad de los sistemas productivos.

¿Cómo hacer para fomentar el uso y la apropiación del conocimiento por parte del sector productivo? ¿Cómo vincular la oferta de conocimiento disponible con una demanda tecnológica concreta de una empresa?

La experiencia de trabajo conjunto entre la propuesta de extensión del Instituto de Ingeniería Mecánica y Producción Industrial (IIMPI) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Udelar) y el Centro de Extensionismo Industrial (CEI) es un ejemplo exitoso de la articulación entre estas dos poblaciones.

Mediante el espacio de formación integral, el IIMPI, sus docentes y alumnos trabajan con pequeñas y medianas empresas para ayudarlas a resolver problemas de índole productivo: diagnósticos primarios de eficiencia energética, evaluación de diseños y buen funcionamiento de las máquinas e instalaciones industriales, recomendaciones sobre mejoras del layout de la planta, estudios de viabilidad técnico-económicos para la inversión en equipos y maquinaria.

El CEI, una iniciativa conjunta del gobierno (Ministerio de Industria, Energía y Minería), la industria (Cámara de Industrias del Uruguay) y la academia (Udelar), con posterior apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, articula, por su parte, las necesidades tecnológicas y competitivas de las pymes industriales con la estructura de conocimientos, apoyos y servicios de aplicación industrial.

Para ello, ofrece diagnósticos gratuitos adaptados a la situación de cada pyme, que son acompañados de un plan de acción en el que se indican también los instrumentos de apoyo a la innovación y la competitividad que reducen el costo de la ejecución de las acciones recomendadas por el centro.

Gracias a la articulación acordada, el CEI deriva al IIMPI aquellas empresas que necesitan resolver un problema concreto y ya identificado en su diseño de producción.

Dos casos

El horno de una empresa productora de alimentos para celíacos no cocina de forma pareja debido a que está mal regulado. El empresario arrastra desde hace mucho tiempo este problema que hace que su proceso productivo sea ineficiente. Se utilizan únicamente los sectores del horno que cocinan bien y se desaprovecha su capacidad. Hay un problema concreto: resolver por qué el horno no está cocinando de forma pareja. El IIMPI y sus estudiantes visitan en repetidas ocasiones a la empresa, proponen soluciones, investigan, se interiorizan sobre el uso de ese tipo de hornos en otras empresas en donde funcionan de manera eficiente, y logran hacer una propuesta de solución al problema, que la empresa implementa exitosamente.

Optimizar los tiempos de producción en línea y los recursos necesarios de producción, de manera de minimizar costos, fue otra de las tareas de los estudiantes de ingeniería mecánica y de ingeniería en producción con una empresa que construye casas prefabricadas. El contacto con los empresarios, las entrevistas al personal de planta, los relevamientos de los equipos disponibles y del layout, son todas actividades que acercan a los estudiantes al mundo laboral y a la realidad de las pymes uruguayas.

Los trabajos realizados por el grupo de estudiantes y sus docentes han sido varios y han versado sobre distintos temas que ven de manera teórica en los cursos. El trabajo del CEI seguirá siendo detectar necesidades, transformarlas en demandas y vincularlas con la oferta de instrumentos de apoyo a la competitividad, servicios o el conocimiento.

El extensionismo implica salir a buscar a las empresas, revertir la tendencia estructural al aislamiento por parte de las pymes, que impide la generación y aplicación de los conocimientos necesarios para incrementar su productividad y competitividad. El extensionismo es desarrollar vínculos con otras redes de servicios, finanzas, clientes, o en este caso la academia, como actor clave de la producción de conocimiento científico-tecnológico.

Este trabajo de cooperación será complementado con el lanzamiento de una plataforma web con una interfaz atractiva y de fácil uso que contendrá la oferta nacional de conocimiento de aplicación industrial. El CEI espera lanzar ese producto clave este año.

Exponer de forma accesible al sector productivo nacional las capacidades de la academia para la resolución de problemas actuales o potenciales de las empresas es un camino que hay que recorrer y que pretendemos que oficie de disparador de redes y relaciones entre sus usuarios, y que fomente la generación de proyectos conjuntos y la transferencia tecnológica.

Es imprescindible buscar caminos de intercambio para construir conocimiento y aplicarlo en la sustentabilidad de los sistemas productivos. Que las universidades formen a profesionales en la escucha de las necesidades del sector productivo, con capacidad para asumir sus problemas y desafíos, es una aspiración y tarea que desde el CEI se busca promover y facilitar con experiencias como esta. Que la academia y las empresas hablen un mismo idioma es una aspiración que deberíamos compartir todos.

Ana Libisch, Sebastián Hernández