La rebelión comenzó el lunes, cuando el líder de los socialistas de Extremadura, y presidente de esa comunidad autónoma, Guillermo Fernández Vara, dio una entrevista al canal de televisión Antena 3. Allí dijo que su partido debe hacer lo posible para evitar unas terceras elecciones en España, incluso abstenerse para permitir que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, sea investido presidente. “España necesita tener un gobierno, y si tú no puedes hacerlo, tienes que dejar a alguien que lo haga”, dijo Fernández Vara. El extremeño es el primero de los siete presidentes autonómicos que se pronunció tan claramente. Pidió además una nueva reunión del Comité Federal para debatir “las consecuencias” de una convocatoria a terceras elecciones en menos de un año.

Sus declaraciones sirvieron para hacer públicas las dos posturas que se presentan en la interna del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Por una parte, su secretario general, Pedro Sánchez, comenzó una serie de conversaciones con Unidos Podemos, así como consultas en la interna del partido para evaluar la posibilidad de promover alianzas y formar un “gobierno del cambio”. Por otra, algunos barones -después de las declaraciones de Fernández Vara- expresaron su deseo de que se convoque a un nuevo Comité Federal para reevaluar la situación. Según algunos medios españoles, aunque sólo Fernández Vara lo dijo públicamente, son varios los dirigentes regionales del PSOE que prefieren evitar unas nuevas elecciones y defienden la posibilidad de que el partido se abstenga y permita que Rajoy sea designado presidente.

Distintos referentes del PSOE manifestaron públicamente su apoyo a Fernández Vara, aunque sin comprometerse con la alternativa que él propuso. Entre ellos estuvieron Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano y Carme Chacón, quienes han ocupado distintos cargos en gobiernos del PSOE y en la estructura interna del partido.

También se sumó a estas voces la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que en las últimas elecciones internas del PSOE se enfrentó a Sánchez. “Siempre he defendido que con 85 diputados [que es con los que cuenta el PSOE] no se puede gobernar este país”, dijo Díaz el miércoles. La semana pasada había dicho que España necesita tener un gobierno efectivo “cuanto antes”. Ayer Sánchez participó en un acto electoral en Galicia y, pese a todas estas declaraciones, sostuvo que dirá “una y 1.000 veces” no a un nuevo gobierno de Rajoy.

A la polémica interna de los socialistas se refirió ayer el líder de Podemos, Pablo Iglesias. “En el PSOE no quieren a Pedro Sánchez de presidente”, dijo ayer, y agregó que él sostiene la posición contraria: “Mi deseo es que haya un gobierno progresista en España, y seguramente un gobierno de su partido con el mío sería mejor que un gobierno del Partido Popular”.