En 2013, las autoridades de la Administración Nacional de Puertos (ANP) recibieron a una delegación de la alcaldía de la ciudad de Qingdao, que alberga al segundo puerto en importancia en China, en la provincia de Shandong. Los visitantes expresaron su interés en las áreas de infraestructura y operativa portuaria y destacaron la ubicación estratégica de Uruguay como vía de conexión con toda América.

Tres años después, el 8 de abril de 2016, el diario La República informaba del interés de la compañía china Shandong Baoma Fishery de construir un puerto pesquero con una inversión superior a los 200 millones de dólares. “El objetivo principal es construir una base logística para la reparación, mantenimiento y suministro de recursos materiales para flotas pesqueras del Atlántico Sur”, dijo a ese medio el gerente general de la empresa, Jiang Hongjun. El proyecto incluiría la construcción de un muelle, un astillero, una fábrica para la congelación de productos marítimos, un depósito y edificios de oficinas y viviendas. Se estima que trabajarían allí cerca de 500 personas. Hongjun justificó la importancia del proyecto, en diálogo con La República. “Hay gran cantidad de barcos pesqueros trabajando en el Atlántico Sur, y cada dos años deben regresar a China para ser reparados por completo. Eso es muy costoso. Por eso es necesario construir en un país de la región un puerto que sirva de base de pesquería y que esté preparado para la reparación de los barcos, el congelamiento de los productos del mar y su depósito”, explicó el gerente de la firma. Incluso informó que mantuvo reuniones con dueños de las tierras donde se instalaría el puerto, que ocuparía 28 hectáreas en Puntas de Sayago, y que se constituyó en Montevideo una filial de la compañía, que es la principal empresa de fabricación de polvos de pescado en China.

El 31 de octubre de 2016, dos semanas después de la gira del gobierno a China, el diario La República informó, citando fuentes de la cancillería uruguaya, que el grupo inversor chino Shandong “finalmente desembarcará en nuestro país” y que “en los pasillos de la cancillería se respira con alivio tras la confirmación”.

Vecinos preocupados

La posibilidad de que Uruguay habilite la instalación de un puerto pesquero chino en las costas del Río de la Plata preocupa a las autoridades portuarias argentinas y al sector pesquero privado, según informó el 9 de noviembre de 2016 el periódico de ese país Ámbito Financiero. La misma nota señala que “es un dato conocido en los organismos de control argentinos que la flota más numerosa que entra y sale bordeando la milla 201 en actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada tiene banderas de China y de Taiwán”. Recuerda que los pesqueros chinos deben entrar en reparaciones y mantenimiento cada dos años, lo que “alivia la presión sobre el caladero”. “Ahora el proyecto chino-uruguayo elimina ese desplazamiento y garantiza el pronto regreso del navío a la actividad de captura”, señala la nota.

La anunciada construcción del puerto pesquero también causó preocupación en especialistas marítimos. “La construcción de un puerto pesquero chino en Uruguay implicará un dramático aumento de la flota pesquera no regulada y un impacto ambiental irreversible sobre todo el ecosistema marino y costero del Atlántico Sur”, dijo el especialista marítimo Milko Schvartzman al portal internacional La Gran Época, en una nota publicada la semana pasada. El mismo especialista dijo al diario El País, en marzo de 2016, que Uruguay es el “eslabón principal” de la pesca ilegal en el Atlántico Sur y que recibe alrededor de 200 pesqueros ilegales al año. El ex asesor presidencial de Carlos Menem y experto en pesca argentino César Augusto Lerena, consultado por La Gran Época, coincidió en que un puerto pesquero chino en Uruguay “desestabilizaría aun más el control del Atlántico Sur y la actividad pesquera en la región”. “A la par de afectarse la soberanía argentina en el Atlántico Sur, la consolidación de buques chinos en la región provocaría un desequilibrio biológico del recurso y del mercado internacional, que dificultaría seriamente la viabilidad económica de la explotación pesquera nacional”, sostuvo el especialista.

El Atlántico Sur es una de las zonas con mayor biodiversidad marina del mundo, y China tiene escasez pesquera para afrontar la demanda de su numerosa población.

Esperando un proyecto

“Acá en la ANP no se presentó nunca nadie”, dijo a la diaria el presidente interino de la ANP, Juan José Domínguez, en referencia a que no hubo reuniones formales con la empresa china por el proyecto.

En tanto, Gilardoni señaló que la empresa “habría presentado un proyecto” ante otros ministerios, pero que en su dirección no lo conocen. “La Dinara entiende que debería opinar sobre cómo funcionaría ese puerto para la pesca, aunque sea para pesqueros extranjeros, pero no nos ha llegado un proyecto”, afirmó. Recordó que la Dinara es el organismo competente “para el control de todas las operaciones pesqueras”. “Con relación a los buques extranjeros, hay acuerdos muy importantes que el país ha firmado sobre la responsabilidad del Estado rector del puerto, por lo tanto la Dinara tiene que opinar”, insistió.

Contó que mantuvo reuniones en dos ocasiones con representantes de la empresa y que “en ningún momento se puso un proyecto arriba de la mesa”, sino que la firma se limitó a expresar sus “intenciones de hacer un polo logístico para la pesca extranjera vinculada a las flotas asiáticas que pescan en aguas internacionales del Atlántico suroccidental”. “Pero quedó en eso, en una presentación de intenciones, absolutamente nada en concreto”, aclaró Gilardoni. Recordó que en 2015 hubo cerca de 1.000 descargas de buques chinos en Montevideo, y que la mayor parte de esas descargas vino en cargueros que recibieron la pesca en alta mar. “Esa enorme flota china tiene necesidades logísticas importantes, en especial para reparaciones navales, mantenimiento, cambio de las tripulaciones. Uno de los déficits que hay en Montevideo y en la región es la falta de diques para reparaciones, y este puerto englobaría todas estas actividades logísticas de apoyo a esta flota”, apuntó Gilardoni. El jerarca sostuvo que la Dinara “entiende que es importante la inversión extranjera, pero eso no puede comprometer el control que Uruguay debe ejercer sobre las flotas que operan en la región”.

El secretario general de la Intendencia de Montevideo, Fernando Nopitsch, dijo a la diaria que la empresa china presentó “hace tres meses la idea” pero “nunca volvió”. Contó que la empresa pretendía instalarse en Punta Yeguas y hacer allí 400 viviendas para trabajadores provenientes de China, pero la intendencia le dijo que no. Por eso manejaron después la ubicación en Puntas de Sayago. Nopitsch comentó que se le informó a la empresa todos los estudios que debía presentar y que aún no lo ha hecho y que con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas también mantuvieron una reunión “muy informal”.