En su tercera presentación en el Torneo Intermedio, Peñarol goleó 4-1 a Rampla Juniors y comparte el liderazgo de la serie B con Defensor Sporting. El abultado resultado final con el que se cerró el encuentro jugado en la nochecita del sábado en el estadio Campeón del Siglo no reflejó lo que fue el desarrollo del juego. Es cierto que el carbonero fue más que su rival, pero por momentos le costó mucho generar juego. La presencia de Nahitan Nández, que pareció no sentir el trajín de los viajes y los partidos con la selección por su despliegue físico, fue fundamental en el esquema del equipo de Leonardo Ramos por la banda derecha. El aporte de siempre del Cebolla Cristian Rodríguez, sumado a ganas y a talento, también fue importantísimo.

El momento aurinegro es frágil, pero el equipo pudo sacar la cara y dar pelea. En un primer tiempo, en el que no estuvo tan firme, se fue con la mínima ventaja, con un gol del juvenil Yeferson Quintana a los 15 minutos. El de Bella Unión aprovechó que nadie lo marcó en el área picapiedra, y conectó de cabeza un lindo centro desde el córner, ejecutado por Lucas Hernández.

Leonardo Ramos alineó con un esquema de 4-4-2, que por momentos fue un 4-2-3-1, con varios hombres adelantados. La mitad de la cancha, repartida entre Guzmán Pereira y Ángel Rodríguez, fue de lo más prolijo en ese primer tiempo, al tener que cortar arremetidas de Rampla Juniors en velocidad. Ese fue el argumento de los dirigidos por el Ronco Luis López, que se pararon con un 4-3-1-2 y buscaron presionar al fondo aurinegro, aunque sin suerte.

Todo bien

El complemento fue lo mejor de la noche en el Campeón del Siglo. El Ronco se la jugó con Santiago González desde el arranque, y la cosa cambió. Su equipo generó varias chances de gol y comenzó a inquietar a Peñarol con mucho vértigo. El ingreso de Ignacio Panzariello en el ataque marcó las claves ofensivas de un equipo que se iba con todo por el empate, algo que no tardó en conseguir.

Tras un córner, el local quedó mal parado en el fondo, y Adrián Leites mandó un centro de espaldas al área. Santiago González, que estaba sin marca mientras algunos reclamaban una supuesta posición indebida que no existió, la saboreó mientras venía y la calzó con una chilena perfecta que Gastón Guruceaga no pudo parar. Golón.

Mientras se mantuvo el empate Peñarol la pasó mal. El equipo se adelantó en la cancha, pero acechaba el peligro de que Rampla lo agarrara mal parado y liquidara el partido de contragolpe. Pero eso no pasó. Lo que sí ocurrió fue la aparición de las individualidades, que tuvieron mucho que ver con la victoria, que se concretó en los minutos finales. En el momento crítico, cuando faltaban casi 15 para el final, el juvenil Diego Rossi puso el 2-1, tras conectar un rebote en el área.

Con el empuje del resultado, y con un Rampla ya diezmado, los mirasoles aguantaron bien hasta el final, cuando cayó un gol que marcó la emoción. Leonardo Ramos mandó a la cancha a Luis Urruti, jugador que no había sido tenido en cuenta por el entrenador durante la primera parte del año. El sábado, con apenas cuatro minutos en la cancha, el coloniense conectó un centro rastrero de Nahitan Nández y marcó el tercero de taco, convirtiendo su primer gol con la casaca aurinegra.

Para el final, una pinturita. A puro enganche y gambeta, metió un golazo el Cebolla, dejando a dos por el camino y definiendo de zurda. Peñarol ganó bien y crece. De vez en cuando viene bien.