El miércoles de la semana pasada, cuando empezó la venta de cannabis recreativo legal en farmacias, había casi 5.000 usuarios registrados para comprar por esa vía. Hasta el martes la cantidad había trepado a 7.343, según los datos del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca), es decir, se incrementó casi en 50%. Además, la cantidad de adquirientes superó la de autocultivadores, que actualmente son 6.934 registrados.

Por otra parte, mientras aumentan los adquirientes, también lo hace el interés de los farmacéuticos por sumarse a la venta. El día después del inicio de la venta, la Junta Nacional de Drogas (JND) comunicó que “a partir de la notoriedad pública del sistema”, el Ircca “constató un aumento del número de consultas por parte de farmacias con el fin de considerar su adhesión al sistema”.

Diego Olivera, secretario general de la JND, dijo a la diaria que están trabajando para que se sumen más farmacias y que “al momento no se ha concretado la firma de nuevas adhesiones, pero sí hay varios propietarios que han expresado su interés de hacerlo de forma directa con el Ircca y a través del Centro de Farmacias”. Además, el jerarca señaló que se reunieron con más de diez propietarios de farmacias de San José que realizaron “varias consultas” –actualmente sólo hay una farmacia habilitada para la venta en ese departamento–.

A su vez, Juan Arizaga, vicepresidente de la Asociación de Farmacias del Interior (AFI), dijo a la diaria que hicieron un relevamiento de los primeros días de venta, y “a pesar de que hubo un montón de inconvenientes con el detector de huellas y el software”, en más de la mitad de las 12 farmacias habilitadas del interior “están conformes” con el sistema. Más allá de ese dato, Arizaga dijo que no sabe si más farmacias del interior se sumarán, ya que, como los comerciantes negocian directamente con el Ircca, hay “un tabú y misterio tremendos”.

El dirigente de la AFI tiene una cadena de farmacias en Florida, departamento en el que ningún comercio se adhirió a la venta de marihuana. En el caso de Arizaga, el considerable aumento del registro de adquirientes no lo hace replantearse su postura: “Así vengan y me digan que está [registrada] toda la población de Florida, no voy a vender cannabis recreativo”.