Una camioneta conducida por un supuesto “soldado” del grupo yihadista Estado Islámico (EI) atropelló ayer a decenas de personas que transitaban por la Rambla de Barcelona, en pleno centro de la ciudad catalana. Horas después, se informó de un atentado similar en la localidad de Cambrils.

Los Mossos d’Esquadra (la Policía catalana) activaron ayer el protocolo antiterrorista después de que una camioneta atropelló a decenas de personas en el corazón turístico y cultural de Barcelona, durante un tramo de 500 metros desde la Plaza de Cataluña. Según las autoridades, el conductor pasó un semáforo en rojo, pasó una cebra, embistió a varios de los peatones que cruzaban y bajó por la zona peatonal de la llamada Rambla haciendo zigzag. Después, abandonó el vehículo a pie y huyó. Las autoridades autonómicas informaron que el ataque mató a 13 personas y dejó cerca de 100 heridos, 15 de ellos en estado grave.

En la camioneta, la Policía encontró un pasaporte español cuyo propietario es de Melilla. Testigos afirmaron que el conductor no parecía estar armado al momento de escapar. En un principio, varios medios españoles informaron que el responsable se atrincheró en un restaurante de la zona, aunque los Mossos d’Esquadra descartaron este dato horas después. El paradero del conductor era desconocido al cierre de esta edición, aunque otras dos personas sospechosas fueron detenidas, informó el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, horas después del incidente.

Ayer sólo se conocía la identidad de uno de los arrestados: se trata de un joven de origen marroquí, identificado como Driss Oukabir, que residió en Marsella, Francia, y actualmente vivía en la ciudad catalana de Ripoll. Oukabir se presentó de manera voluntaria en la comisaría para reportar el robo de su documentación, después de ver su foto en los medios. Con esa misma documentación fue alquilada la camioneta utilizada en el atropellamiento masivo. El alcalde de Ripoll, Jordi Munell, dijo al diario La Vanguardia que los Mossos d’Esquadra tratan de aclarar por qué Oukabir no denunció el robo con anterioridad y aclaró que se sospecha de que su hermano menor, Moussa, podría haberle hurtado los documentos y estar implicado en el ataque. Moussa reside en Barcelona y tiene 18 años, según información recabada por La Vanguardia.

Un cuarto sospechoso murió en un tiroteo con los Mossos d’Esquadra después de que se salteó un control policial. En paralelo, una segunda camioneta, idéntica a la que fue utilizada para atropellar a las víctimas, fue localizada en la cercana ciudad de Vic. De acuerdo con las fuerzas antiterroristas, el vehículo estaba preparado para la huida de los responsables del atentado.

El ataque fue rápidamente reivindicado por EI mediante un comunicado citado por la agencia de noticias vinculada con los yihadistas, Amaq. En el texto, el grupo extremista asegura que “los autores del ataque de Barcelona son soldados de Estado Islámico”. Además, afirma que la operación se llevó a cabo “en respuesta a los llamados a golpear a los países de la coalición”, en alusión a la alianza internacional liderada por Estados Unidos, que combate contra EI en Irak y Siria.

El presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, suspendió sus vacaciones y viajó a Barcelona junto a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro del Interior, Ignacio Zoido, para reunirse con las autoridades catalanas y analizar los pasos a seguir. En Twitter, Rajoy dijo que “los terroristas nunca derrotarán a un pueblo unido que ama la libertad frente a la barbarie”. Por su parte, Puigdemont decretó tres días de luto oficial en todo el territorio catalán.

Anoche, los Mossos d’Esquadra pidieron a los habitantes de Cambrils, en Tarragona, que evitaran salir a las calles. Poco después, los medios españoles informaron que se había cometido otro atentado en el Paseo Marítimo de Cambrils, y que algunas personas fueron heridas. Informaron también que la Policía catalana mató a cuatro supuestos terroristas e hirió a un quinto, cuando ellos intentaban hacer un atentado similar al de Barcelona.

El de ayer en esa ciudad fue el primer atentado de EI en España. Sin embargo, no es el primero cometido por yihadistas en ese país. El 11 de marzo de 2004, Al Qaeda atentó contra cuatro trenes en Madrid y mató a 192 personas. Ese fue el mayor ataque yihadista que tuvo lugar en Europa. Desde entonces, España, que estaba en nivel de alerta terrorista número cuatro –un punto menos del máximo–, se había librado de ataques del terrorismo islámico, hasta ayer. Eso no significa que no hubiera actividad de extremistas.

Según datos del Ministerio del Interior español, en 2004 fueron arrestadas 131 personas en operativos vinculados con esos ataques. En los últimos 13 años, el número de detenidos en España relacionados con el terrorismo se elevó a 723. Los números oficiales no precisan cuántos de ellos se vinculan con Al Qaeda o EI. En lo que va de 2017, las autoridades españolas detuvieron a 51 sospechosos. Los datos del Ministerio del Interior español muestran que el mayor número y tuvo lugar en Barcelona y en Madrid.