La posibilidad de que los llamados “cincuentones” retornaran al Banco de Previsión Social (ahora un hecho) puso en el centro de la discusión el funcionamiento del sistema de seguridad social. El objetivo de esta nota es profundizar en cómo opera el pilar de ahorro individual del sistema, aportando elementos a la discusión sobre la importancia relativa de la comisión y la rentabilidad. Además, evaluamos el impacto del tope de dispersión a las comisiones introducido recientemente, tanto sobre el Fondo de Ahorro Previsional (FAP), acumulado por los afiliados al final de su vida activa, como sobre la tasa de ganancia de las AFAP.
Para ello, simulamos el impacto de la decisión de afiliarse a una u otra AFAP sobre el FAP obtenido en la cuenta del trabajador a 2017, en base a la información histórica de cada empresa. A partir de ese resultado, proyectamos el FAP que la persona tendría concluidos 35 años de aportes, asumiendo que las comisiones se mantienen en los valores actuales y que las AFAP obtienen por los fondos una rentabilidad similar a la histórica (escenario sin medida). Alternativamente, evaluamos los efectos tanto sobre el FAP del afiliado como sobre la tasa de ganancia de las empresas de la norma que regula la dispersión máxima del sistema, topeándola en 50% por sobre la comisión mínima del mercado1 , suponiendo que las AFAP privadas se ubican en dicho tope de manera indefinida a partir de 2020 (escenario con medida).
La inercia prevalece
La lógica en la que descansa el pilar de ahorro individual de seguridad social se sustenta en que los mecanismos de mercado sean los encargados de definir la oferta óptima de servicios por parte de las AFAP. Ello presupone que los afiliados, en ausencia de barreras que impidan la movilidad entre administradoras, eligen aquella que les brinda un mejor servicio, entendido este como alcanzar el mayor capital posible en su cuenta individual al final de la vida activa. La decisión, en este caso, se toma en base a dos señales de precios: la comisión que cobra la AFAP por administrar los aportes y la rentabilidad que la AFAP obtiene por invertir estos aportes en el mercado.
Sin embargo, existe evidencia que sugiere que los afiliados no tienen todos los elementos para tomar la mejor decisión o, incluso en caso de tenerlos, tampoco tienen frecuentemente la capacidad de tomarla. Esto se traduce en mercados poco competitivos, con afiliados que exhiben comportamientos inerciales (en Uruguay menos de 1% del stock de afiliados se traspasa anualmente) y una reacción casi nula ante cambios de precios2 . Esta característica también es reconocida por la gremial que nuclea a las AFAP privadas: “… la demanda por este servicio financiero es inelástica –poco sensible a cambios en rentabilidad o comisiones– en gran parte como consecuencia de su complejidad y que los afiliados no perciben con facilidad las diferencias entre los oferentes”.3
En Uruguay, como en otros países con esquemas similares, los mecanismos de competencia no han dado resultados satisfactorios. La baja movilidad de los afiliados antes mencionada, incluso en la comparación regional, es un factor relevante para explicar la inercia de precios de las administradoras privadas, existiendo casos en los que el valor de las comisiones prácticamente no ha variado en 20 años 4 . Esto, sumado a que la AFAP estatal (República) ha tenido la política de aplicar sucesivas bajas a su comisión en los últimos 15 años, lleva a que a la fecha existan diferenciales de precio de hasta 169%. Los consumidores, a todo esto, ¿no se enteraron o evalúan que la comisión no lo es todo?
En su defensa, las AFAP privadas aducen que las mayores comisiones se deben a que ellas detentan las mayores rentabilidades históricas del sistema, y que estas más que compensan el mayor costo de administración que le cobran al afiliado. Bajo esta lógica, se justifican comisiones más altas en tanto el resultado final sea más beneficioso para el trabajador. Otro argumento es que los precios reflejan factores de escala. De acuerdo con esta visión, los menores precios ofrecidos por República se explican por tener un mayor número de clientes, lo que le permite a la empresa distribuir costos fijos entre más afiliados. Sin embargo, los números muestran que los gastos operativos por afiliado de República son los mayores del sistema, lo que en parte podría responder a que es la única con presencia en todo el país, asumiendo mayores costos fijos por ello. En cambio, las AFAP privadas cuentan con un número reducido de sucursales en el interior (Integración y Unión Capital tienen cuatro cada una, mientras que Sura tiene seis).
¿Los afiliados toman la mejor decisión?
En este contexto, en el que la mayoría de los trabajadores adoptan la estrategia pasiva de permanecer hasta el final de su vida activa en la AFAP en la que comienzan a cotizar, tomar la mejor decisión desde el inicio se vuelve crucial. Para encontrar cuál sería la mejor decisión para un trabajador que tiene que decidir a qué AFAP afiliarse, simulamos en base a información histórica publicada por el Banco Central del Uruguay sobre las comisiones de administración y seguro colectivo, el FAP alternativo que tendría acumulado un trabajador en cada una de las AFAP a 2017.5
Un primer resultado de este ejercicio es que independientemente de cuándo se haya comenzado a cotizar en los 20 años de creado el sistema, en todos los casos el ahorro sería mayor si se hubiese optado por República. Un segundo resultado es que la brecha en el FAP estimado a favor de República se incrementa para las personas que ingresaron al mercado laboral en los últimos años, llegando en ocasiones a superar el 10%. Esto último se explica porque las mayores rebajas de precios de esta administradora se registraron en los últimos años y, a su vez, porque en los primeros años de aporte el diferencial histórico de comisiones pesa más que el de rentabilidad.
No obstante, en la medida en que el objetivo del trabajador es maximizar su FAP al momento de jubilarse y no en cada momento del tiempo, los resultados anteriores deben complementarse con una proyección que tome en cuenta los aportes realizados a lo largo de toda la vida laboral y no sólo hasta 2017, que en el mejor de los casos, para el trabajador que cotiza a una AFAP desde el inicio del sistema, serían sólo 20 años. Esto es de suma importancia, ya que los diferenciales de rentabilidad cobran mayor relevancia mientras más grande es el FAP, es decir, mientras más cercano se encuentra el trabajador de la jubilación.
Para evaluar estos aspectos, realizamos una proyección a 35 años para tres años posibles de ingreso al sistema (1997, 2006, 2016), asumiendo que las comisiones de administración y del seguro colectivo se mantienen invariadas a futuro, y suponiendo que para cada una de las AFAP privadas el diferencial de rentabilidad histórico con República se mantiene para todo el período proyectado.
Como resultado del ejercicio llegamos a que luego de 35 años de aportes, salvo excepciones, el trabajador tendría un mayor capital ahorrado en República AFAP. De esta manera, podemos aventurar que, en ausencia de cambios regulatorios, el diferencial de comisiones a favor de República es más relevante que el de rentabilidad a la hora de decidir a qué AFAP afiliarse.
La regulación: el tope de 50% a la dispersión de comisiones
La ley para los llamados “cincuentones”, recientemente aprobada, incluyó un tope de 50% al diferencial entre la menor y la mayor comisión de administración del mercado. En esta oportunidad no nos detendremos en el análisis de las bondades y limitaciones del mecanismo de regulación elegido, sino que nos limitaremos a analizar el impacto que este tendrá en dos dimensiones relevantes: el FAP acumulado por el trabajador al momento de jubilarse y el impacto en el negocio de las administradoras.
Impacto en las cuentas de ahorro individual
Para cuantificar este impacto, estimamos el FAP luego de 35 años de aportes para el escenario con tope, suponiendo que su impacto es únicamente reducir las comisiones de las empresas privadas. De esto se desprenden al menos dos conclusiones. En primer lugar, a partir de la medida todos los trabajadores afiliados a una AFAP privada (aproximadamente 60% del total) mejoran su situación en relación al escenario previo. En caso de los trabajadores más jóvenes, la mejora en las jubilaciones será de hasta 8%. En segundo lugar, y como principal novedad, hay quienes podrían pasar a estar en una mejor situación si, dado que se adopta la estrategia pasiva de cotizar toda su vida laboral en una misma AFAP, decidieran afiliarse a Unión Capital o a Sura.
A pesar de que la conclusión anterior es sensible a los supuestos de rentabilidad utilizados, la medida implicará un importante aumento de bienestar para los trabajadores en un mercado en el que, como se comentó antes, los traspasos entre AFAP son escasos.
Impacto en la rentabilidad de las empresas
Como punto de partida, es pertinente destacar que este es un sector en el que las empresas privadas registran tasas de ganancia sobre patrimonio (ROE) del orden de 70%, y de 20% en la empresa de capital público. Para tener una idea de la magnitud de las tasas comentadas anteriormente, las comparamos con el desempeño de empresas similares en otros países de la región. En el caso de países como Chile, Colombia, México y Perú, que entendemos que tienen un “clima de negocios” relativamente similar al de Uruguay, las tasas medias de ganancia de las administradoras de fondos de pensiones oscilan entre 16% y 19%. A raíz de esta comparación, observamos que las tasas de ganancia de las AFAP que operan en Uruguay son altas.
En este contexto, es relevante analizar el impacto del tope en la viabilidad económica de las empresas, en la medida en que este supondrá una rebaja de precios para las AFAP privadas de hasta 46%. Para ello, tomamos como insumo los estados de resultados de cada una de las administradoras publicados en el BCU, y supusimos que los ingresos operativos caen en la misma proporción que la rebaja de las comisiones necesaria para que estas se ubiquen en el tope6. Además, supusimos que se mantienen invariados los gastos operativos.
La simulación da como resultado que, luego de la medida, el ROE promedio de las AFAP privadas se ubicaría en torno a 25%, resultado aun superior al de República AFAP y al observado en este mercado en la región. En términos de magnitud, con las cifras de 2016, la existencia del tope hubiese implicado una reducción de los ingresos operativos de las empresas de aproximadamente US$ 26 millones, o lo que es lo mismo, un incremento del mismo monto en los aportes de los trabajadores en sus cuentas individuales (aproximadamente 6% de los aportes anuales). Cabe destacar que, si bien los ingresos brutos de las AFAP privadas caen US$ 26 millones, la caída de los beneficios es menor (US$ 20 millones), ya que menores ingresos derivan en una menor rentabilidad y, por ende, en menores pagos de impuesto a la renta empresarial (US$ 6 millones).
En suma
En Uruguay los traspasos de afiliados entre AFAP son bajos, lo que se traduce en que las empresas hayan competido poco vía precio. A su vez, los afiliados casi no responden a diferencias en las comisiones, lo que podría contribuir a explicar la importante dispersión que existe en estas.
Hasta el momento, para el caso de un trabajador que se mantenga toda su vida laboral en la AFAP que primero se afilie, hacerlo en República le reportaría un capital acumulado mayor al que obtendría eligiendo otra administradora.
El tope a la dispersión de las comisiones aprobado recientemente mejora la situación de todos los afiliados a una AFAP privada, que se traduce en un incremento potencial de las jubilaciones de hasta 8% para los trabajadores más jóvenes. Asimismo, luego de implementada esta medida, es posible que haya afiliados que se encuentren en una mejor situación si, en caso de adoptar la estrategia pasiva de cotizar toda la vida activa en una misma empresa, lo hicieran en Unión Capital o en Sura.
A su vez, esta medida reduce las tasas de ganancia de las AFAP privadas, pero no vuelve inviable su negocio, dado que pasarán a ubicarse relativamente en línea a la de República y aun por encima del promedio de las empresas del sector en la región.
Por último, entendemos que, si bien la medida genera aumentos en el bienestar de los trabajadores, no soluciona los problemas de competencia en este mercado. Para ello, se podría avanzar en disposiciones que tiendan a disminuir los costos de transacción que enfrentan los afiliados (por ejemplo, simplificando traspasos), así como difundir mejor el funcionamiento y los costos del sistema.
Referencias
1 - Artículo 23, Ley N º 19.590 del 28 de diciembre de 2017.
2 - Informe final, Comisión asesora presidencial sobre el sistema de pensiones, 2015, Chile: www. comision-pensiones.cl.
3 - Munyo, I, 2015, Cambios en el mercado de pensiones en Uruguay: ¿Hacia dónde se dirige y qué se podría hacer?, http://www.anafap. com.uy/presentaciones.php?pag=3.
4 - Para el caso de Unión Capital y de Sura, para los años previos a la fusión de las administradoras que les dieron origen, se consideran promedios ponderados.
5 - Para ello, se realizaron dos supuestos simplificadores, que en caso de levantarse, entendemos que no modificarían los resultados. Por un lado, se supuso que luego de comenzar a cotizar, el trabajador no deja de hacerlo hasta el momento de su jubilación, y que el ingreso del trabajador crece en línea con el Índice Medio de Salarios Nominal.
6 - Los ingresos operativos constituyen aproximadamente 90% de los ingresos totales de las AFAP privadas.