Pyeongchang, en Corea del Sur, está de fiesta. Los ganadores, sobre todo. Luego de jugarse la definición en varios deportes, como biatlón, esquí en sus tres disciplinas –acrobático, alpino y de fondo–, patinaje artístico y de velocidad, salto de esquí, snowboard y luge (deporte de vértigo en el que los competidores tienen que deslizarse tirados boca arriba en un trineo, cuesta abajo sin frenos ni volante para dirigirlo), la delegación alemana picó en punta con tres oros obtenidos, uno más que Holanda y dos más que Noruega, país que, sin embargo, es el que más preseas ha obtenido: ocho.

Uno de los oros holandeses lo obtuvo Sven Kramer, leyenda del patinaje de velocidad. Campeón del mundo en ocho ocasiones, Kramer se impuso en la prueba de 5.000 metros por casi dos segundos sobre el canadiense Ted-Jan Bloemen y el noruego Sverre Lunde Pedersen, plata y bronce, respectivamente. Con la victoria, el holandés alcanzó su séptima medalla olímpica, cuarta dorada y tercera consecutiva, tras imponerse en Vancouver 2010 y Sochi 2014, que además significó un nuevo récord olímpico y superó su propia marca realizada en Rusia en los Juegos pasados: 6:09.76.

Parte de las ocho preseas noruegas fueron obtenidas en esquí de fondo: los nórdicos se subieron al podio en todos sus puestos. El oro fue para Simen Hegstad Krueger; la plata, para su compatriota Martin Johnsrud Sundby; quien acabó tercero fue Hans Christer Holund.

Hoy se competirá en los mismos deportes que hasta ahora, en algunos casos cambiando de modalidad y en otros alternando los géneros.

La vida después de la vida

Uno de los ganadores del fin de semana fue el canadiense Mark McMorris, quien subió al podio tras obtener la medalla de bronce en snowboard luego de registrar un salto de 85,20 metros. El hecho, relevante de por sí, que además significó su segundo bronce en la especialidad tras el logrado en los Juegos de Sochy 2014, tiene otro aliciente que lo hace más relevante aun: el año pasado McMorris estuvo al borde de la muerte.

En marzo del año pasado, mientras entrenaba en las montañas de Whistler Backcountry, en su país, el joven de 24 años chocó contra un árbol que le dejó múltiples fracturas, de mandíbula, costillas, pelvis y del brazo izquierdo, una lesión en el bazo y un pinchazo en el pulmón izquierdo, que, lógicamente, lo tuvieron al borde de la muerte. La recuperación duró meses y contó con riesgos de todo tipo. Durante los primeros meses de restablecimiento, pensó en no competir más. Los Juegos de Invierno 2018 en Pyeongchang fueron la revancha.

Otro hecho significativo fue el debut del equipo coreano unificado de hockey sobre hielo femenino. Hecho para la historia: fue la primera vez que compitieron juntos en ese deporte jugadores del Norte y del Sur. Pero de lo anecdótico a la cancha hubo una gran diferencia: Suiza, rival de turno, fue muy superior que Corea y se impuso por goleada 8-0.