Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En 2020, cuando Daniel Radío fue nombrado secretario de la Junta Nacional de Drogas (JND), figuras del oficialismo y de la oposición celebraron la decisión del Poder Ejecutivo. Como médico y parlamentario, Radío tenía amplios antecedentes en el tema y sus posturas garantizaban la continuación de las políticas públicas que habían colocado a Uruguay a la vanguardia en varios de sus aspectos, como la regulación del mercado de marihuana, y además transmitía la voluntad de seguir avanzando.

En ese sentido, el fomento del turismo cannábico, el progreso en la producción del cannabis medicinal y otras líneas de acción de las que ha hablado Radío se enmarcan en una concepción antiprohibicionista, que considera la ilegalización de las sustancias psicoactivas como un experimento equivocado que condujo a su comercialización por parte del crimen organizado. Para Radío, la política de despenalización de las drogas se inscribe en el necesario combate desde distintos frentes al narcotráfico; a su vez, ha admitido que ese movimiento progresivo debe concertarse internacionalmente.

Sin embargo, en estos años de gestión, Radío, del Partido Independiente, ha tenido cruces con diversos integrantes de la coalición gobernante. El año pasado, por ejemplo, tuvo que salir a oponerse a los planes del Ministerio del Interior, entonces encabezado por el nacionalista Luis Alberto Heber, que quería avanzar en el control policial a los autocultivadores de marihuana; el año anterior, Radío cuestionó las iniciativas para la rehabilitación de adictos propuestas por legisladores de Cabildo Abierto.

Hace unos días, recibió críticas de diversos parlamentarios de la coalición gobernante por haber expresado que el consumo de marihuana no suele ser la puerta de entrada a otros consumos más complejos. El nacionalista Álvaro Dastugue, pastor evangélico y diputado, y las también diputadas Nibia Reisch (colorada) y Nazmi Camargo (cabildante) solicitaron una reunión con Rodrigo Ferrés, secretario de Presidencia y presidente de la JND, para expresar sus reparos a lo afirmado por Radío. Dos días antes, este había anunciado que trabaja en un proyecto de ley para eliminar el registro de compradores de cannabis que es obligatorio para su adquisición en farmacias, y también para habilitar nuevos locales de venta.

En esta edición presentamos una revisión de numerosas publicaciones internacionales sobre la relación entre el consumo de marihuana y el de otras drogas. Aunque muchas de ellas complejizan el tema al incluir varios factores de consideración, la gran mayoría, y las más recientes, respaldan la postura de Radío. La evidencia científica es abrumadora en cuanto a que el cannabis no es la puerta de entrada a otros consumos. Dicho de otro modo: fumar un porro no lleva a la adicción a la pasta base.

Si bien es cierto que, en la práctica, no todos los debates se dirimen solamente con base en argumentos racionales, en temas de salud pública es conveniente relegar las concepciones basadas en creencias religiosas y percepciones personales. En todo caso, Radío ha demostrado su idoneidad para el puesto que ocupa también en el campo de la discusión pública, y sus intervenciones suelen incluir apertura a argumentos ajenos y paciencia hacia quienes sostienen convicciones poco fundadas.

Hasta mañana.