La casaquinta de Luis Alberto de Herrera (1873-1959), ubicada en la avenida Luis Alberto de Herrera 3760 esquina Margarita Uriarte, es una de las ocho sedes del Museo Histórico Nacional (MHN) desde que la familia del líder nacionalista la donara en la década de 1960 junto a los bienes que forman parte de ella. Desde entonces, esa quinta, que fue lugar de encuentro de destacados personajes del ámbito nacional y extranjero, está abierta al público. La residencia fue construida a fines del siglo XIX y acondicionada en 1911. Muestra influencias de la arquitectura inglesa y un parque diseñado por un paisajista francés. El museo custodia, además, el archivo de Herrera, que contiene aproximadamente 11.000 documentos.

Un nuevo recorrido por ese inmueble, luego del que se hizo el mes pasado, al conmemorarse 150 años del nacimiento del abogado, político y diplomático, tendrá lugar este viernes desde las 14.00. El trasiego por la planta alta tendrá por objetivo ver el avance de los trabajos de recuperación edilicia que están siendo coordinados por el Área de Infraestructuras Culturales de la Dirección Nacional de Cultura, mientras que en planta baja se podrá apreciar el nuevo montaje de la exposición permanente.

También se podrá visitar la fotogalería “Las artes aplicadas en la arquitectura nacional. Valoración patrimonial”, trabajo realizado por el grupo de estudio en artes aplicadas a la arquitectura con valor patrimonial, financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República.

La actividad es libre y sin inscripción, aunque es necesario contemplar que el acceso a planta alta es mediante escalera.

En detalle

“Desde mayo en la quinta de Luis Alberto de Herrera se han realizado diversos trabajos. Por un lado, en lo que tiene que ver con las tareas de restauración edilicia; el objetivo es recuperar la sección de la planta alta, donde se ubicaban los dormitorios. En ese sentido, se han realizado intervenciones: para la recuperación de las paredes, las yeserías originales, todas coordinadas por el área de infraestructuras culturales de la Dirección Nacional de Cultura, que dirige la arquitecta Patricia Rabosto”, detalló Andrés Azpiroz, director del MHN.

Al mismo tiempo, dijo que el museo desde principios de año trabajó en la recuperación del mobiliario y del empapelado original del dormitorio de Herrera, que por problemas asociados a la falta de conservación sufrió distintos daños. Sobre eso en particular, cuenta Ernesto Beretta, encargado del Taller de Restauración y Conservación del MHN: “El empapelado presentaba serios deterioros, principalmente por la humedad, que ingresó a las paredes desde el exterior y también a la humedad ambiente que caracteriza al barrio donde se encuentra la casa. Eso fue haciéndoles perder poder a los adhesivos, y las franjas que componen el empapelado se habían empezado a desprender, además de presentar roturas, suciedad y sobre todo un problema de decoloración y corrimiento de los diseños, justamente por efecto de la humedad, porque son en realidad papeles pintados y no papeles estampados”, aclaró. “El trabajo de restauración consistió en desprender las piezas de papel de la pared y trasladarlas al taller del museo, en la Casa Ximénez y Gómez. Una vez hecho eso se procedió a limpiarlos por el dorso y por el frente, con aspiradora, pinceles suaves, secos, y luego se separaron las tiras, para trabajar con más comodidad. Comenzamos por el dorso un proceso de limpieza más profundo, con espátulas y cepillos para desprender restos de arenita de revoque, pequeñas piedritas y suciedad que se haya acumulado y adherido. Una vez limpios se procedió a pegarlos, para lo que se utilizan pequeñas tiras de papel con adhesivos, para recomponer las tiras y dejarlas completas. Ahora el trabajo continúa volviendo a armar los paneles de pared. La idea es no volver a pegarlos directamente sobre ella sino utilizar un soporte intermedio que permita, en caso de cualquier inconveniente, retirar los paneles para que no se vean afectados”.

Superada la etapa de colocación, toca empuñar las acuarelas para darles un retoque de pequeñas roturas, reconstrucción de motivos florales, que están borrados producto de la humedad o por limpiezas con paño húmedo que han ido corriendo la pintura. “En aquellos casos donde hay fragmentos de papel deteriorados en exceso, con tiras de papel que estaban en el dorso meramente como refuerzo, lo que estamos haciendo es reponiendo los faltantes, para que quede lo más igual posible”, dijo el restaurador.

Visitas como la del viernes “permiten conocer otras actividades que desarrolla el museo, vinculadas, por ejemplo, a la documentación de las colecciones”, señaló Azpiroz. “Se ha incorporado información relativa a lo que se exhibe en las vitrinas, que dan cuenta de la historia de esas colecciones y su conexión en la historia de Herrera”.

Otro de los proyectos en marcha es la identificación de las especies vegetales del jardín. “Es muy importante para nosotros, porque se trata de un jardín patrimonial, en el cual intervino el paisajista Charles Racine, y gracias a la colaboración de los técnicos del Jardín Botánico de Montevideo se ha podido avanzar”.

Entre las novedades también figura el trabajo realizado por el área de biblioteca del museo con el inventario y catálogo de la colección bibliográfica del caudillo. “Al recorrer la casa, cuando se llega al escritorio, se puede hacer una versión preliminar del listado de libros que conforman la biblioteca de Herrera”, agrega Azpiroz.