De viernes a domingo en el auditorio Vaz Ferreira se presenta Jovanka y Leiza, un espectáculo que combina el flamenco y el candombe para contar la historia de dos mujeres, una gitana y una africana, ambas felices entre los suyos hasta que sus vidas cambian radicalmente. La primera es secuestrada para la trata y la segunda es esclavizada, y se encuentran “en un tiempo sin tiempo” en un viejo galpón montevideano, donde cada una tendrá en la danza a su válvula de escape.

Estrenada a fines del año pasado, fue escrita por Tatiana Tomé y codirigida junto a Ángela Alves, y son también ellas las encargadas de interpretar a las dos mujeres del título. Tomé conversó con la diaria sobre esta obra, cuyas primeras ideas surgieron en pandemia. “Tenía muchas ideas en la cabeza y quería hacer algo con baile”, recordó. “Con papel y lapicera empecé a pensar en las dos danzas que están en mi vida, el flamenco y el candombe, que me atraviesan de una manera que otras danzas no”.

“Dije: ‘¿Qué es lo que quiero contar con estas danzas?’. Y también de dónde vienen. Tienen muchos puntos de contacto, en que las dos van a tierra, pero también en las raíces de la historia de sus pueblos; pueblos que fueron vulnerados, marginados, y que su manera de expresarse era a través del baile”.

Tomé había encontrado en el flamenco un lugar en el que soltar cosas, y cuando se mudó a Palermo entró en contacto con las comparsas, con bailar en la calle. La escritura de la obra también fue liberadora. “Pude sacar partes mías y hacer catarsis de muchas cosas. En principio se llamaba Jovanka, de tu tierra a mi tierra y de tu lucha a mi lucha. Cuando empezó a avanzar el guion, se fue armando la historia de las dos mujeres, equilibrándolas, porque no podía tener una más protagonismo que la otra”. Pasaron otras colaboradoras hasta que se sumó Alves, con quien hicieron “el trabajo final, le pusimos palabras, pocas, pero le pusimos palabras a la obra para enmarcar hacia dónde queríamos ir”.

“Trabajamos a la par en el pienso, en lo que eran las danzas, en cerrar las cosas. En la parte de flamenco estuve apoyada por Diego Ferreira, que es un profesor de flamenco, pero las danzas las creé yo. Y la parte de África, el candombe, la craneó ella. Después, en la danza final y el hilo de la obra, qué nos sirve y qué no, fue con ella totalmente a la par”, explicó.

Estas dos mujeres primero no se reconocen y luego empatizan por las historias que arrastran. “Se van sacando la piel y se liberan bailando”. Tomé no quiso preocuparse por anclarlas en un momento exacto de la historia, porque “eso puede pasar hoy, como pudo pasar hace cientos de años y sigue pasando. Como el tema del racismo, que sigue pasando, entonces también tiene un poco de denuncia. Desde una visión, como siempre digo, de una mujer blanca. Y con ese cuidado que tuve que tener para meterme en temas que son sensibles”.

Además de las dos mujeres, hay cinco músicos en vivo en el escenario (los tres tambores, guitarra y voz, y cajón), que interpretarán flamenco y candombe por separado, pero también se irán mezclando en un espectáculo que no es solamente de baile. “El baile, el movimiento y la palabra son herramientas para contar la historia. No es sólo la destreza del movimiento. Yo tomo lo que quiere decir cada baile, en cada momento, para contar la historia. Entonces lo puede ver cualquier persona, no es sólo para conocedores. Porque lo que importa es lo que te transmiten las danzas, no importa que sepas qué están bailando”.

Es la primera vez que Jovanka y Leiza se interpretará con aforo completo, ya que las funciones del año pasado fueron todavía con protocolos de pandemia. De todas maneras, esa experiencia ya había sido satisfactoria para Tomé. “Quedé muy conforme, y en un punto, me excedió. Yo escribí un cuento sin pensar en que iba a terminar en todo esto. Quería hacerlo, pero no a este nivel de pensar en un vestuario, en escenografía, en mover la prensa, en un montón de cosas. O sea, me excedió para bien. Porque además la respuesta fue buena”.

Jovanka y Leiza, con texto de Tatiana Tomé, codirigida junto a Ángela Alves. Músicos: Alejandro Focco, Diego Asambuya, Gonzalo Franco, Manuel Villagrán y Mauro Clavijo. Viernes 16 y sábado 17 a las 21.00 y domingo 18 a las 19.00. Auditorio Vaz Ferreira (subsuelo de la Biblioteca Nacional). Entradas en venta en Tickantel, redes de cobranza y boletería. 2x1 para suscriptores de la diaria.