Con la consigna “la palabra es juego, la música es juguete y el cuerpo es instrumento”, que define su trabajo, Eva Harvez, Lucho Milocco y Cássio Carvalho llevan adelante una trayectoria de 12 años haciendo música para la infancia. Este domingo a las 18.00 volverán a la sala de San José y Zelmar Michelini, donde se habían presentado en junio, con sus canciones que juegan con el ritmo y con el sonido de las palabras.

Visitantes frecuentes de Montevideo, se han hecho su lugar de este lado del río en ese ir y venir. “Realmente a lo largo de todos estos años fuimos construyendo un vínculo de mucha ternura, complicidad y juego con el público. Nos han recibido con cariño y agradecimiento tanto la comunidad docente como las familias uruguayas. Por eso siempre es un placer volver para reencontrarse con toda la gente que nos viene acompañando durante todo este tiempo y con todas las personas que se siguen sumando a nuestros shows como a las propuestas pedagógicas que llevamos a Montevideo cada vez que vamos. A medida que va creciendo este vínculo lúdico con el público, nos damos cuenta de que van a los conciertos sabiendo todas las letras de las canciones, con las coreografías y juegos que están en nuestro repertorio. Eso hace que los espectáculos sean muy interactivos y fluidos en cuanto al diálogo que fuimos construyendo y seguimos nutriendo en cada oportunidad de encuentro con toda la audiencia”, comentó Milocco a la diaria.

Ese relacionamiento se basa en las visitas periódicas pero también se mantiene con una nutrida oferta de sus canciones en las plataformas digitales. Allí es posible encontrar tanto las incluidas en los discos Recreo (2016) y Corazón de crianza (2019) como las decenas que forman parte de su repertorio, desde “Umacapiruá”, “La mascota”, “El yaguareté” –que grabaron con los cubanos de Dúo Karma–, “Tomate perita” o “Corazón de maíz” hasta otras recién sacadas del horno como “Tutucá”.

Sobre la propuesta para el domingo comenta Carvalho: “Se van a encontrar con show donde el juego, la danza y el intercambio lúdico van a ser los protagonistas de la gran fiesta. Vamos a estar con toda la banda, revisitando un repertorio con las canciones que siempre nos piden para cantar y bailar, así como también estaremos sumando canciones y juegos nuevos que todavía no habíamos tocado en vivo. Así que siempre les pedimos que vengan con ropa cómoda para estar preparados para pasar una tarde a puro baile y juego”.

Siempre inquietos y buscando su lenguaje en un trabajo con la infancia tanto desde lo artístico como desde su trabajo como docentes, están próximos a presentar un nuevo disco, Upa, que estará disponible en las plataformas a fines de diciembre y del que se puede escuchar la canción “Upalé” para ir haciendo boca. “Va a ser muy diferente a todo lo que venimos presentando. Es una propuesta de mucha sutileza sonora porque está pensada para acompañar el embarazo, el puerperio y los primeros años de vida de los bebés. Un disco que invita a sumergirse en una atmósfera suspendida y de mucha observación sensorial. Se puede decir que tiene climas diurnos y nocturnos contemplando cada descubrimiento en el acto de maternar y paternar, teniendo en cuenta también la perspectiva del bebé maravillándose y explorando el mundo que lo rodea”, adelanta Harvez.

Pim Pau también explora en la creación de libros para los más chicos, en cartoné en su sello Umacapiruá, que este año sumó dos títulos nuevos. Los tres libros publicados hasta ahora, Corazón de maíz, Abrigame las huellas y La tortuga, podrán conseguirse en el teatro Metro, así como sus discos.


Biblioteca María Stagnero de Munar, en el Castillo del Parque Rodó.

Biblioteca María Stagnero de Munar, en el Castillo del Parque Rodó.

Foto: Alessandro Maradei

Muestra en el Castillo

El sábado 4 la Tecnicatura en Diseño Gráfico de la UTU presentó una muestra de trabajos de estudiantes del centro, una propuesta que consistió en elaborar libros ilustrados para niños. Los trabajos pueden verse en la biblioteca María Stagnero de Munar, que funciona en el Castillo, donde van a estar para préstamo en sala, de lunes a sábado de 10.00 a 15.45.

Los libros, de los cuales los alumnos debieron encargarse de todos los aspectos, desde los textos hasta la encuadernación, son un botón de muestra del trabajo en la institución, en una propuesta que la profesora de Taller de Diseño Laura Barate lleva al aula desde hace algunos años. “En el proceso de la creación se genera algo que a mí me encanta y que me encantaría poder mostrar: cómo nacen las historias, casi todos se remontan a su niñez y en general refieren a una experiencia personal; cuentan cosas súper íntimas, personales, y a veces hasta superan cosas. Siempre los libros están fantásticos y yo los veo, los disfruto, pero quedan ahí. Por eso me planteé empezar a mostrarlos porque los chiquilines hacen trabajos increíbles que luego no se conocen. En ese sentido, nos pareció que el Castillo, donde trabajó hace un tiempo Fernando Rodríguez, también docente de la tecnicatura, era un espacio ideal para mostrarlos”.

“Yo lo que quise siempre es que fuera cien por ciento hecho por los alumnos. No quería tomar libros que ya existían porque ahora que los portafolios son digitales es un problema el tema del copyright. No es la escritura lo que evalúo, tampoco el dibujo, sino técnicamente lo relativo al diseño: la diagramación, la tipografía, etcétera. Con esa consigna, al principio tiemblan porque todos tienen miedo de dibujar: no sé en qué parte de la educación nos dicen que no sabemos dibujar”, comenta Barate. Además de significar un desafío, la propuesta pone en juego diversas posibilidades que ofrece la escuela técnica: “Los encuadernaron ellos. Ellos tienen como optativas volumen en papel y encuadernación, entonces pueden hacer todo el proceso, algo que obviamente en la realidad no pasaría”.