La primera película basada en un videojuego se estrenó en 1993 y tenía como protagonistas a un par de fontaneros de Brooklyn que vestían ropa de colores y terminaban viajando a otra dimensión. Ahí se terminaban las semejanzas entre Mario Bros. (con Bob Hoskins y John Leguizamo como Mario y Luigi) y cualquiera de los títulos que habían vuelto famoso al personaje.

La fidelidad a la hora de realizar una adaptación es una conversación que podremos tener en otro momento; lo real fue que niños de todas partes del mundo, que habían dedicado horas de su vida a llevar a Mario de un extremo a otro de los mundos más variados, se encontraron con Dennis Hopper con un peinado “imitación de dinosaurio” y una trama que no les recordaba ni por un segundo lo que acababan de experimentar en sus hogares.

En ese sentido, Super Mario Bros.: La película es el extremo opuesto. Aquí la decisión fue bombardear a los espectadores con los elementos más característicos de las aventuras de Mario: las plataformas, las acrobacias, los enemigos, los aliados, la música, los escenarios... Y una historia con tanta profundidad como la de los videojuegos: llegar del punto A al punto B sin morir en el intento, con la ayuda de potenciadores (hongos, flores... casi un Mario intoxicado).

El malvado Bowser, clásico “jefe final” de los videojuegos, planea conquistar todos los reinos de su mundo y de paso conquistar el corazón de la princesa Peach. Para la primera parte de la misión cuenta con un ejército de todos esos bichos que se ponen en el camino de Mario (y Luigi) cuando estás jugando, y para la segunda parte cuenta con un piano y su voz. Si pueden ir a una función subtitulada, se encontrarán con el carisma de Jack Black en ese papel.

La mencionada monarca recibirá la ayuda de Mario, recién llegado de Brooklyn a través de un tubo verde (por supuesto), quien la acompañará mientras busca alianzas en el reino de los gorilas. Su intención es rescatar a Luigi, que en nuestro mundo queda casi siempre rezagado para las partidas de dos jugadores y aquí no es más que el objetivo del protagonista.

Queda claro que la película no quiere contar una historia más compleja. No es Ralph el demoledor, no hay grandes sacrificios ni personajes que aprenden la lección y cambian radicalmente para el último acto. En lo que sí se parece a un producto de Disney o Pixar es en el diseño soft de los humanos, que por suerte aparecen poco.

Con respecto al resto de los seres y objetos que pueblan los reinos mágicos, la animación del estudio Illumination (el de los Minions) no falla en la elección de colores, texturas y movimientos de cada uno de los componentes del entretenimiento. Punto aparte merecen algunas expresiones faciales, especialmente las del perro que incordia a los dos plomeros en una de las primeras escenas de la película, que merece un destaque.

Lo que a Super Mario Bros.: La película le falta en ambición le sobra en aprovechamiento del material original. Mario, o alguno de sus colegas, tiene una instancia en la que nada bajo el agua, salta sobre objetos en movimiento, esquiva plantas carnívoras y (fundamental) conduce un karting a través de una pista con los colores del arcoíris. No digo que sea suficiente para darle una calificación positiva, pero si llevan a algún niño habrá diversión para el pequeño y simpática nostalgia para el adulto. En ese sentido, la banda sonora elige algunos de los temas más icónicos de los primeros videojuegos y los incorpora en el momento justo.

Hay algunos intentos de dejar migajas para el público mayor de edad: además del mencionado Bowser, hay un par de apariciones de una estrellita azul que solamente espera “el dulce alivio de la muerte”. El resto de los guiños serán para los más atentos, incluyendo el bar que remite al videjuego Punch-Out!! y personajes que lucen como encarnaciones primigenias del mismísimo Mario.

Por supuesto que los 92 minutos de película son un comercial de Nintendo y sus personajes más populares. Pero comparando con el comercial emitido en 1993, con el peinado de Dennis Hopper y unos dinosaurios víctimas de los jíbaros, hay que decir que los directores Aaron Horvath y Michael Jelenic entendieron muchísimo mejor el brief.

The Super Mario Bros. La película. Animación. Dirigida por Aaron Horvath y Michael Jelenic. Estados Unidos-Japón, 2023. En varias salas.