El martes 12, y en el marco del Día Internacional de la Mujer, el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) inauguró La herida más profunda, una selección de obras de 21 artistas israelíes que representan los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023, que dieron inicio a la actual invasión de Gaza.

La realización de la exposición, que describe el padecimiento de las víctimas israelíes, corrió por parte de la embajada de Israel en Uruguay, que contó con el apoyo de la Dirección Nacional de Cultura del MEC, en cuya cabeza está la gestora Mariana Wainstein.

En las últimas horas empezó a circular una carta abierta en la que decenas de personas vinculadas al arte y a la academia cuestionan la realización de la muestra en medio de la incursión de las fuerzas armadas israelíes contra la población gazatí.

“Consideramos que con esta exposición, que desde su título plantea que hay una parte más afectada que la otra, el Estado legitima uno de los argumentos principales que ha utilizado el gobierno israelí para justificar la matanza y el asedio al pueblo palestino desde el pasado 7 de octubre. Es una exposición que invita a mirar a través de la óptica de una de las partes del conflicto, la poderosa, la que cuenta con más recursos económicos, el apoyo internacional y que ha decidido no cesar el fuego pese a los pedidos de la ONU, diversas organizaciones y una masiva comunidad internacional”, dicen los firmantes, que superan el centenar.

“Consideramos que la temática sólo podría abordarse si se realiza una perspectiva completa del conflicto, por lo que nos preguntamos si el propio MNAV estaría también dispuesto a realizar una exposición sobre los abusos de Israel a Palestina. De lo contrario, estamos en desacuerdo con que se utilicen recursos, espacios y herramientas culturales del Estado para avalar de manera directa una postura en un conflicto complejo y sensible, que tiene múltiples aristas, víctimas y daños”, continúan.

“Queremos puntualizar que integrar esta exposición al Mes de la Mujer ignora uno de los aspectos que aúnan a las nuevas oleadas del feminismo, que es el de denunciar y no perpetuar los abusos a las personas más débiles, que han sufrido y sufren a lo largo de la historia. Esta exposición no llama a la paz, por lo contrario, con su discurso de denuncia realiza una justificación a otros abusos que se siguen cometiendo al día de hoy”, concluyen.

Sin responder directamente a la carta, Wainstein comentó a la diaria que “muchas exposiciones que incluso permanecen meses, no como esta que permanece 20 días, generan rechazo. Pienso en exposiciones fuertes estos años sobre la dictadura, que no les gustaron a todos, no les parecieron ‘equilibradas’ a todos. En la exposición Rumores y clamores del sur en el Espacio de Arte Contemporáneo, hubo tres meses con banderas palestinas incluidas y consignas varias. Nunca hubo censura, siempre estuvo la defensa de la libertad de expresión por encima de todo”.

Además, la directora de Cultura opinó que “los museos no pueden ser mudos. Los museos hablan, escuchan, descubren y siempre tienen seguidores y detractores. Ya estamos acostumbrados a recibir comentarios favorables y contrarios. Así como hay comentarios contrarios, también hemos recibido muchos comentarios favorables, muchísimos, e incluso señalando que esto era una luz en el medio de una seguidilla de actos antisemitas”.