En los últimos 20 días, el tiempo que pasó desde que una mujer denunció a Dani Alves por violación, la Unidad Central de Agresiones Sexuales de los Mossos d'Esquadra -la Policía catalana- se hizo de varias pruebas que confirman el testimonio de la denunciante.

A las imágenes de las cámaras de seguridad, que confirman que Alves tuvo contacto con la presunta víctima y sus amigas, se sumaron las declaraciones de varios testigos, entre ellos, algunos trabajadores del local, además de las de dos mujeres que acompañaban a la denunciante. Su amiga relató que el jugador brasileño la tocó sin su consentimiento y todos los relatos coinciden entre sí.

Este martes se conoció que los investigadores están a la espera de los resultados de una prueba que sería crucial: el análisis de una muestra de semen que había en el lugar de los hechos.

En caso de que el juzgado que investiga el caso lo ordene, se podría cotejar esa prueba con una muestra de ADN del jugador, aunque también podría pedirlo el futbolista, que en sus testimonios sostuvo que no tuvo relaciones con la denunciante.

Tras las rejas

Luego de haber pasado tres días en el pabellón de ingresos de la prisión de Brians 2, este martes Dani Alves fue trasladado por el departamento de Justicia al módulo 13, el espacio que se reserva para los internos que están cumpliendo condena por delitos sexuales.

Los familiares del jugador cambiaron de abogados y la nueva defensa tiene tiempo hasta este miércoles para presentar un recurso ante la Audiencia de Barcelona.

Las declaraciones de Alves fueron cambiando y sus propias contradicciones fueron las que lo llevaron a la prisión preventiva.

Según el diario El Mundo, la magistrada preguntó al jugador por un tatuaje que tiene encima del ombligo -que la víctima había visto y detallado-. El acusado dijo en una de sus versiones que entró solo al baño para hacer sus necesidades y que, cuando estaba sentado en el inodoro, la joven entró y trató de hacerle una felación. Cuando la magistrada le respondió que la mujer no podría haber identificado el tatuaje en esa posición, el jugador cambió su declaración y sostuvo que él se levantó, se subió la camisa y accedió a una felación consentida.

Esa declaración ocurrió luego de que cambiara su versión dos veces: primero declaró que no conocía a la mujer y luego que sí había estado en contacto con ella, pero que no había pasado nada entre ambos.

Durante las últimas horas circuló en los distintos medios europeos el testimonio de la denunciante: “Yo no sabía qué había detrás de esa puerta, pensé que habría otra zona VIP. Con solo entrar le dije que me quería ir, y me dijo que no podía. Insistí en que me quería ir, pero me subió el vestido. Empezó a pegarme bofetadas. No llegué a hacerle la felación. Me puso de espaldas contra el lavamanos, con el vestido levantado, y empezó a rozar su pene contra mí; me puso contra el wáter y me penetró de manera violenta. Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo. Me giré para abrir la puerta pero me dijo: 'Tú no te vas a ir, salgo yo primero'”, relató la mujer, según publicó el diario español La Vanguardia.

Las cosas claras

Por otra parte, la esposa del futbolista, la modelo española Jonathan Sanz, publicó una historia en Instagram con la frase “corazón, aguanta tanto dolor”. El diario El Confidencial lo difundió, interpretando que se trató de un mensaje de apoyo a Dani Alves, pero Sanz negó esa valoración. “Mentira. No tergiversen o malinterpreten lo que digo. ‘Corazón, soporta tanto dolor’ es de mí para mí”, escribió Joana con una captura de la publicación.