Clásico. El ritual. Las banderas que son tatuajes. Los colores como motivo, como pequeños sueños. La pelota es musa ineludible, es hambre en las bocas fáciles. La hinchada que quiere cantar canta su vida verdadera de mentiras y recuerda su mentirosa vida de verdades. El pulmón de la tribuna, la pasión dividida, testigo de que ser civilizados es una tradición que escasea, apenas un anhelo. ¿El árbitro qué cobra? Las caras nuevas, las almas de siempre, la única religión que no tiene ateos. El clásico como poesía: la resurrección y, siempre, adentro de la cancha, el fútbol, ese ángel invisible.

1. Goles y deficiencias

Es impreciso el fútbol de pretemporada. De eso se trata, de formar equipos, de ajustar detalles, de afiatar tácticas y estrategias, de cuestiones colectivas e individuales que tienen aciertos y errores por montones. El clásico hay que ganarlo, está bien, pero los puntos no valen, y errarle en esta clase de partidos es mucho mejor que hacerlo en el campeonato oficial, cuando equivocarse duele de verdad y es caro. Errores para uno y otro lado se dieron con claridad en el primer tiempo y por eso la cantidad de goles.

El 2-2 comenzó con Peñarol despierto, aprovechando a un Nacional dormido. En dos minutos Ignacio Laquintana metió dos goles, en ambos casos aprovechándose de desajustes defensivos. Rápido, ganó la espalda cuando vio el pase y, en velocidad, al borde del área grande definió por encima de Sergio Rochet, que todavía no se explica cómo salió tan lejos. Para colmo de males, el arquero no cortó un centro cruzado y Laquintana, de los más chiquititos del carbonero, le cabeceó en el área chica.

Nacional pareció acorralado. Al equipo albo le costó hacer pie, encontrarle los puntos a Peñarol. Una vez que ajustó en defensa y emparejó el partido, se dio cuenta de que para la cancha de arriba estaba mejor preparado. De eso no pareció avivarse el manya en el primer tiempo, y de dos pelotas paradas el bolso igualó en un rato: nadie controló a Emmanuel Gigliotti, que entró solo y puso el descuento; Hernán Menosse calculó espantoso y en vez de despejarla se la mandó en contra.

2. De los funcionamientos

Los entrenadores intentan afianzar sus ideas. También ver rendimientos individuales ajustados a las estrategias, por qué no resguardar físicos para evitar lesiones. Tanto Nacional como Peñarol cambiaron figuras tácticas y jugadores y eso desdibujó todo lo bueno del primer tiempo.

En las tribunas cantaban pero en la cancha nada. Apenas una jugada para el tricolor, que el argentino Gigliotti dio en el palo, generando el suspiro de los suyos y el alivio de los contrarios. Peñarol, que bien temprano quedó jugando con un montón de jóvenes valores, nunca pudo generar para romper el cerco defensivo albo.

Nadie quiere los penales, pero en ocasiones no parecen una mala opción. Una de esas ocasiones es cuando los físicos decaen, las ideas no surgen, tampoco el aire da para echar el resto y llegar al arco rival por alguna corazonada. Pelotazos sí hubo, pero fueron para nadie. Entonces, con cuidado, Nacional y Peñarol se hicieron cómplices del reloj y fueron atacando pero sin descuidar la retaguardia.

3. 11 pasos

El dramatismo, dos palos, la figura de Thiago Cardozo dedicando al cielo. Peñarol se llevó la copa Venancio Chicharra Ramos.

Detalles

23.01.2023 Serie Río de la Plata
Estadio Centenario

Árbitros: Yimmi Álvarez, Agustín Berisso y Marcos Rosamen

Peñarol: Thiago Cardozo, Pedro Milans, Hernán Menosse (no), Yonatthan Rak, Valentín Rodríguez, Sebastián Cristóforo, Pato Sánchez, Sebastián Rodríguez, Ignacio Laquintana (mucho), Kevin Méndez, Joya Hernández. DT: Alfredo Arias

Nacional: Sergio Rochet, Daniel Bocanegra, Fabián Noguera, Diego Polenta (bancó), Camilo Cándido, Diego Rodríguez (de 5), Diego Zabala, Franco Fagúndez, Gastón Pereiro, Juan I Ramírez, Emmanuel Gigliotti (gol). DT: Ricardo Zielinski

Goles: 9’ Ignacio Laquintana (P), de vaselina; 12’ Ignacio Laquintana (P), de cabeza; 16’ Puma Gigliotti (N), con cocazo en el área chica; 36’ Hernán Menosse (P), en contra.

Cambios: 46’ Leandro Lozano por Ramírez (N); 54’ Santiago Homenchenko, Rúben Bentancourt y Brian Mansilla por Sánchez, Hernández y Méndez (P); 62’ Rodrigo Saravia y Joaquín Ferreira por Cristóforo y Milans (P); 67’ Lucas Morales por Bocanegra (N); 71’ Marcos Montiel por Polenta (N); 75’ Léo Coelho y Nicolás Rossi por Rak y Laquintana (P); 88’ Alfonso Trezza y Yonatan Rodríguez por Zabala y Cándido.

Penales: Menosse (P), gol; Gigliotti (N), gol; Mansilla (P), gol; Pereiro (N), atajó el arquero; S. Rodríguez (P), cruzado al ángulo; Rochet (N), fuerte abajo; Homenchenko (P), gol; Trezza (N), fuerte al medio; Bentancourt (P), palo; Fagúndez (N), travesaño y copa para Peñarol.