No debería ser un detalle menor: este miércoles a las 19.00 Nacional jugará su segundo partido copero del año, pero el primero en casa, y el partido del Gran Parque Central representará simbólicamente la quincuagésima participación de la Libertadores en Uruguay de parte de los tricolores. Más allá de que esa construcción histórica fue el presente de cada uno de esos cincuenta planteles –que en tres oportunidades ganaron el torneo– el partido del miércoles puede ser una gran oportunidad para cimentar la expectativa de poder avanzar en la competencia, porque luego del triunfo de Nacional ante Metropolitanos en Venezuela y el empate en Medellín de Independiente ante Internacional de Porto Alegre en la primera fecha, volver a sumar dejará al bolso solo en la punta del grupo. En un marco teórico lleno de prejuicios, el DIM parece ser el rival al que Nacional debe apuntar para tratar de seguir adelante en la Libertadores, y si lo pudiera vencer, ya le sacaría cinco puntos de ventaja de los 12 que quedarían por jugar.

Gente en obra

Nacional no ha podido en este bimestre mantener una línea de juego estimulante, positiva, pero hay un clarísimo atenuante para tal situación: para el comienzo del Uruguayo presentó un nuevo entrenador, Ricardo Zielinski, que no duró nada, y a él le sucedió Álvaro Gutiérrez, que recién el jueves cumplirá un mes de su vuelta a la dirección técnica. Más allá de las formas de jugar, nadie en un mes podría cimentar un equipo, un tipo de juego y buenos niveles de competencia. Amén de esas consideraciones, Nacional no ha podido resolver colectiva ni individualmente la mayoría de sus partidos anteriores, pero sin embargo en su único partido de la Libertadores pudo cumplir con lo principal: ganar.

Con Gutiérrez en el banco los albos han tratado de afianzar una oncena, y seguramente apuntar a un tipo de juego que pretende ser sólido en defensa para, a partir de allí, ser fuerte con la pelota. En su última presentación, la goleada 4-0 a Fénix, empezó a dejar mejores sensaciones desde el punto de vista ofensivo, sería bastante lógico que se empiece a repetir buena parte de la oncena. El entrenador, ya con Diego Polenta recuperado y con fútbol, puede llegar a sacar de su improvisado puesto de zaguero a Marcos Montiel, y evaluar si juega en el medio o si pasa al banco. También parece haber ganado la titularidad Diego Zabala jugando por fuera o por dentro, y acompañando el ataque junto a Gastón Pereiro, y los ya afirmados para el momento Federico Martínez y Juan Ignacio Ramírez. Existe la posibilidad real de que aparezca Alfonso Trezza por su imponente despliegue o hasta Franco Fagúndez.

El probable Nacional sería con Sergio Rochet; Leandro Lozano, Franco Noguera, Montiel (o Polenta), Camilo Cándido; Diego Rodríguez, Francisco Ginella; Zabala, Pereiro, Martínez; y Ramírez.

El rojo de la montaña

Deportivo Independiente de Medellín viene de una remontada en el campeonato colombiano, alcanzando ahora el séptimo lugar entre 20 participantes, y en su arranque en la Libertadores empató en Medellín con el Inter. Los antioqueños no cuentan con su arquero Andrés Mosquera, el medio ofensivo Éver Valencia y el internacional caleño Andrés Ibargüen. Su joven entrenador, David González, que definió a Nacional como un equipo de juego muy “uruguayo”, alinearía a Luis Erney Vásquez; Jordy Monroy, Víctor Moreno, Andrés Cadavid y Daniel Londoño; Daniel Torres, Jaime Alvarado, Felipe Pardo y Miguel Monsalve; el argentino Luciano Pons y Díber Cambindo.