En Medellín, el Deportivo Independiente derrotó de atrás por 2-1 a Nacional y le quitó la punta y el invicto del grupo E de la Copa Libertadores. El DIM logró la victoria en la segunda parte con un golazo de Deinner Quiñonez, porque en el primer tiempo habían terminado 1-1 después de que Diego Rodríguez hiciera el primero para los tricolores y lo empatara 11 minutos después, Andrés Ibargüen para el local.

Fue un partido complicado para Nacional, que arrancó muy bien pero después sufrió las habilidades y la potencia de los atacantes colombianos. Después de estar en desventaja en el último cuarto de hora, lo pudo haber empatado, pero esta vez el gol en la hora no llegó, y ahora deberá decidir su clasificación en los próximos dos encuentros. Internacional de Porto Alegre, el otro en discordia podría quedar en el primer lugar si vence a Metropolitanos de Venezuela.

Cantando bajo la lluvia

Bajo lluvia y con el campo del Atanasio Girardot muy mojado e inestable, el partido empezó de manera inmejorable para Nacional, porque coronó con un hermoso gol su acierto de propuesta y ejecución inicial con un equipo corto, solidario y vivaz en campo contrario.

Prontamente llegó el gol de los tricolores cuando Franco Fagúndez luchó, peleó y ganó una pelota sobre el flanco izquierdo, y luego con mucho tino avanzó paralelo a la línea larga del área grande, y cedió un pase gol al Torito Rodríguez, que recordando años mozos en que le gustaría jugar de enganche o de 9 definió como si fuera su hábitat natural y ese su oficio de definir con tan elevada capacidad.

Durante los diez minutos que antecedieron al golazo del Torito, Nacional le había puesto el signo de “distinto que” en relación a lo que la cátedra había sugerido como expectativa natural de planteo de Álvaro Gutiérrez para este partido, es decir no se había quedado atrás sino que había mirado seguido el arco contrario.

El gol, sin embargo, desniveló el marcador pero equilibró el partido, porque el DIM se sintió obligado a atacar y pobló de pelotas el área tricolor, hasta que a los 24 Ibargüen lo empató con estupendo cabezazo.

El fiel de la balanza

Hizo pie otra vez el elenco uruguayo ante el demandante ataque colombiano, y hasta volvió a volcarse a campo contrario, aunque ya no pudo generar más que peligrosos lanzamientos de tiros libres ante las faltas cercanas al área que no terminaron en jugadas de peligro, pero fueron prueba suficiente de que por ahí podía llegar a desnivelar.

El comienzo del segundo tiempo fue como un espejo invertido del arranque de la primera parte, con el DIM totalmente volcado sobre el arco de Sergio Rochet, y Nacional defendiendo y defendiendo. Después los tricolores se liberaron y pasaron un poco a la cancha del Independiente Medellín pero sin generar acciones de gol.

Sí llegó al gol, golazo del jugador del Medellín, que entró como cuchillo caliente en la manteca, de derecha al centro en diagonal y desde lejos metió un zurdazo esquinado y envenenado que tras dar en el caño derecho se convirtió en el segundo gol.

Le costó a los tricolores acomodarse en esa situación, Gutiérrez hizo tres cambios, dos de extrema ofensiva Emmanuel Gigliotti y Federico Martínez, y uno de ajuste defensivo el de Christian Keke Almeida, y a partir de ahí Nacional sumó ataques y situaciones de gol.

Como en otros partidos pudo haber llegado al gol en los minutos finales, es más, tuvo el argentino Fabián Noguera un cabezazo de los suyos en el minuto 94’, pero esta vez se fue por encima del travesaño, y se fueron las ilusiones, el invicto y la punta.

Queda mucho y los tricolores siguen en carrera.