La entrada a París en la última etapa del Tour de Francia es un monumento en sí mismo. Una de las carreras más importantes del mundo, si no la más, sabe que buena parte del deporte moderno tiene (grandes) pinceladas de show, entonces la última bajada de la bandera a cuadros es mucho más que eso. La televisación, después de la excelente cobertura en las etapas sobre todo de montaña, con la cámara a bordo de helicópteros que captan todos los monumentos que pueda haber en el paso de la caravana, además se luce en el último día, rindiéndose a los pies de los Campos Elíseos y ante la imponencia del Arco del Triunfo.

Más allá del espectáculo, en París se ratificó el maillot amarillo de Jonas Vingegaard, quien le sacó siete minutos y medio a su competidor de todas las horas, Tadej Pogacar -quien tuvo que conformarse con ser el mejor joven-. Con la victoria, además, el danés alcanzó en el historial al esloveno, situándose ambos con dos Tours ganados. El podio lo completó el británico Adam Yates, a casi 11 minutos del campeón.

La etapa tuvo a Pogacar escapado un rato, pero finalmente el ganador fue Jordi Meeus, quien se impuso en el embalaje final a Jasper Philipsen y Dylan Groenewegen, segundo y tercero, respectivamente.

Otros premios

La clasificación por puntos, más conocida como el premio del malla verde, fue para el belga Philipsen. El del Alpecin ganó nada menos que cuatro etapas y estuvo en la definición de otras tantas. El podio por puntos lo completaron Mads Pedersen, segundo, y Bryan Coquard, tercero.

La malla más disputada fue la de puntos rojos, el premio de la montaña. Finalmente se lo llevó el italiano Giulio Ciccone con 106 puntos, logrando varios de ellos ganando en los mejores puertos. El del Lidl-Trek dejó segundo al austríaco Felix Gall, mientras que tercero fue Vingegaard.

Por equipos el ganador fue el Jumbo-Visma, equipo de Vingegaard. En el segundo puesto terminó el UAE Team, y tercero el Bahrain Victorious.