Edinson Cavani sabe que en el clásico del domingo pueden adorarlo para siempre -es difícil que puedan odiarlo salvo que haga una estupidez a la que no estamos acostumbrados- o entrar en el carril del olvido. Porque será difícil remar otro clásico sin convertir. La hinchada se guardó de cantar “Los goles de Cavani que ya van a venir”. El Matador uruguayo contestó a las críticas con enormes actuaciones a nivel colectivo que lo ponderan como un jugador completo, que además cumple con ciertas leyes deportivas de solidaridad y respeto.

Cavani, además, ha sabido ser respetuoso y ha surfeado en situaciones como la que le tocó vivir en La Plata cuando un jugador rival se fue al piso convulsionando y el partido se suspendió. En principio fue silbado, pero después su actitud fue reconocida por Juan Sebastián Verón y Eduardo Domínguez, el técnico pincharrata que supo dirigir en nuestro país, aunque su experiencia fue efímera.

Edinson Cavani sabe transitar en cornisas deportivas donde el abismo es un colchón de plata, pero también una nube de vapor que es el olvido. Por eso se anotó una épica más con la camiseta bostera, como para dejar el rastro si el domingo River lo deja sin pan y sin torta en Córdoba.

Lo cierto es que Cavani fue la figura para que su equipo, el Boca Juniors de Diego Martínez que preside Juan Román Riquelme, venciera al tomba y clasificara a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Afuera, por un punto, quedó el Racing de Gustavo Costas, que, entre religión y estrellas, esperaba mucho más. Godoy Cruz terminó primero en el grupo siendo uno de los mejores expositores, pero la magia bostera, el espíritu maradoniano o la joya uruguaya de Edinson Cavani le permitieron a Boca Juniors vencer y meterse en la definición. Enfrente tendrá nada menos que a su rival de todos los tiempos, el River Plate de Demichelis.

A los 40 minutos Luis Advíncula vio como Edinson Cavani la pedía, metiéndose por detrás del último defensor, cuando la defensa giró con el cambio de frente. La estrella peruana colocó como con un guante el balón, que cruzó toda el área de los mendocinos. En el segundo palo Edinson Cavani, el muchachito de Salto que debutó en Danubio y que, para acomodarse como lo hizo y conectar el efecto del balón con el revés del zapato, jugó previamente en los mejores equipos del mundo. Con el gesto técnico, Cavani no sólo demostró personalidad, sino que hizo lo que pocos pueden hacer, usar el borde externo, utilizar todas las ventajas del rozamiento y la gravedad y asegurarle al arquero Franco Petroli que nunca en su vida podría agarrarla.

Como su equipo tenía uno menos desde hacía diez minutos por la expulsión de Cristian Medina, el salteño se paró como volante y corrió todo el partido como un atleta que es. Se retiró ovacionado faltando diez minutos para dar ingreso a Nicolás Figal, quien reforzaría la defensa.

Boca Juniors enfrentará este domingo a River Plate en el estadio Mario Alberto Kempes de la ciudad de Córdoba. La Copa de la Liga Argentina de 2024 ya tiene a los ocho protagonistas de los cuartos de final, el clásico que irá el domingo y el resto de los partidos que se jugarán el sábado: Argentinos vs Defensa y Justicia, Estudiantes vs Barracas Central y Godoy Cruz vs Vélez.

Las 57.000 almas que caben en el Mario Alberto Kempes deberán dividirse en dos por primera vez después de la final que ambos equipos disputaron en Madrid en 2018. Será nuevamente un clásico con las dos parcialidades por lo que la seguridad determinó que el horario sea en el correr de la tarde, más precisamente a las 15.30, ya que en caso de igualdad habrá definición por penales. En las manos de Cavani, o en los pies debería decir, estará entrar en la historia o seguir remando para consagrarse con la camiseta de Boca Juniors y el número 10, que es una camiseta aparte.