Una parte de la resolución sancionatoria después de la pelea al final del partido de la Primera División Profesional entre Defensor Sporting y River Plate por la octava fecha del Apertura ya se conoce. Es la resolución del Tribunal de Disciplina de la AUF que, como cada semana de competencia emite juicios sancionatorios –por lo menos la sanción automática– cuando en los formularios de juego jueces y juezas denuncian expulsiones.

Los nueve futbolistas que fueron denunciados en el formulario después del final del partido y, también otros funcionarios, recibieron la sanción acorde a lo reglamentado: Sebastián Guerrero y Fernando Elizari, que llegaron a jugar el partido del miércoles contra Rampla porque ya habían cumplido la sanción automática y el fallo definitivo aún se estaba instruyendo, recibieron cuatro y tres partidos de suspensión, respectivamente, lo que permitirá a Elizari después de esta fecha, con la foja limpia en los últimos tres meses, solicitar el cese de la pena por haber cumplido más de la mitad de la sanción.

En River Plate fueron sancionados Valentín Amoroso, Jonathan Barboza y Santiago Corbo, quienes deberán cumplir dos partidos de suspensión, pero como ya pasaron la automática pueden pedir la habilitación ya para este fin de semana. En tanto, Juan Cruz de los Santos, Cristian Almeida, Matías Alfonso y Ramiro Cristóbal fueron sancionados cada uno con tres partidos de suspensión. Con excepción de Juan Cruz de los Santos, que tenía un antecedente de tarjeta roja en los últimos tres meses, todos podrán pedir que se les levante la pena para la undécima fecha.

Asimismo, Defensor Sporting no podrá ser local este domingo en el Franzini porque el estadio del Parque Rodó, así como la institución, fueron sancionados: el club violeta sufrió la sanción del cierre de su estadio por un partido y una multa de 50 unidades reajustables (85.978 pesos). El partido entre Defensor y Wanderers se jugará en el Parque Palermo.

También se está sustanciando una causa en la Justicia, donde los mismos futbolistas, más Octavio Rivero de Defensor, ya fueron a declarar, y habrá que esperar un tiempo para saber qué se determina.

Listas negras

Otra instancia punitiva promovida o solicitada por la Secretaría Nacional de Deporte a través de su secretario Sebastián Bauzá era la de incorporar a los deportistas mencionados en la llamada “lista negra”, que impide a los ciudadanos participar de los espectáculos deportivos y que apunta fundamentalmente a situaciones de violencia no usual en los campos deportivos –porque no es usual que los futbolistas se peleen a golpes de puño en riñas generalizadas, aunque sucede–; y que se determinó como una reacción del Poder Ejecutivo cuando el llamado “clásico de la garrafa”.

La ley de registro de personas impedidas, modificada y reglamentada por decreto en enero de 2021, después de haber sido aprobada en 2017, establece que la inclusión en el registro sólo podrá ser realizada, en primer lugar, por el Poder Judicial y, en segundo lugar, “por las federaciones deportivas, ya sea a propuesta del Ministerio del Interior o por iniciativa propia”.

Los clubes y las organizaciones de trabajadores que desempeñen actividades vinculadas al deporte podrán, por escrito y por motivos debidamente fundados, proponer a la federación deportiva la inclusión de personas en el registro de personas impedidas.

Respecto de la AUF, la norma indica que “si la persona es ingresada por resolución de la Asociación Uruguaya de Fútbol, [la institución] deberá recabar los datos identificatorios de la persona (nombre completo, número de cédula de identidad, pasaporte o DNI, según corresponda), y establecer la duración de la medida”.

Al parecer, esta medida punitiva no será elevada por la AUF, lo que parece acertado en función de no estar usando un recurso extremo para los deportistas.

¿Por qué?

Los acontecimientos sucedieron cuando el partido ya se había terminado. Los protagonistas estaban todos en el campo entre saludos y recriminaciones, cuando Sebastián Guerrero, el delantero de Defensor Sporting, que había estado de suplente y se estaba yendo muy enojado y gesticulando al vestuario tras ser expulsado, volvió sobre sus pasos –seguramente, a raíz de algún dicho– y armó una defensa boxística en posición de pelea; y esperó a Matías Alfonso, que jugó los últimos cinco minutos en River Plate. Ambos se tiraron una suerte de patadas voladoras y armaron defensas pugilísticas. Ese fue el foco inicial y visible traducido directamente en una pelea callejera, pero después ya todo pareció generalizarse, con muchos deportistas que lo que intentaban era parar la violencia, en el marco de una situación tensa y de cuidado.

Muchos, la mayoría, buscaban apaciguar las cosas, y así pareció que sucedería. Sin embargo, siguió ya con participación de particulares y terminó en una situación desagradable, seguida por las cámaras que finalmente sirvieron para la intervención de la Justicia.