Dos nuevos liceos fueron ocupados por estudiantes este miércoles: el liceo 36 Instituto Batlle y Ordóñez (IBO) y el liceo 63 Idea Vilariño, y fueron desocupados a primera hora de la tarde. En ambos casos exigen a las autoridades de la educación respuestas inmediatas a las diversas problemáticas que plantean.

El Centro de Estudiantes del Liceo IBO (Ceibo) publicó en su cuenta de Instagram su plataforma reivindicativa, en la que detallan las complejidades del centro y también de “la educación pública en general”, con “el fin de visibilizar y concientizar a las autoridades y al estudiantado sobre nuestra realidad actual”.

Así es que, desde el Ceibo, aseguran que “el problema de mayor importancia actual recae en la falta de presupuesto”, que es necesario para “las reformas edilicias, materiales y horas de clases de apoyo en la institución”.

En este marco, expusieron que en el IBO cuentan con sólo tres funcionarios dedicados a la limpieza de salones y pasillos, que “no dan abasto”. Asimismo, aseguran que hay falta de apoyo de clases, ya que en la actualidad cuentan con clases de apoyo para cinco materias, y quienes lo hacen es de “manera voluntaria y sin ser remunerados”.

Por otro lado, destacaron que “el escaso presupuesto” inhabilita “cubrir gastos para el arreglo de la infraestructura, como serían puertas y ventanas rotas o en mal estado y cables sueltos” y, por tanto, “parte de estos se arreglan con el aporte de la asociación de padres de alumnos del liceo”.

Otra de las problemáticas que denuncian es la sobrepoblación de las clases. Según el Ceibo, hay un “recorte de puestos de trabajo” que “deja más de 100.000 horas de Secundaria sin cubrir”, lo que genera la sobrepoblación y “mantiene un ambiente poco pedagógico que disminuye la calidad de la clase”. En concreto, aseguraron que el liceo cuenta con clases de más de 40 estudiantes.

Una de las carencias que también es resaltada por diversos gremios estudiantiles es la falta de equipos multidisciplinarios. De acuerdo al Ceibo, el liceo tiene una única educadora sexual, y hace falta una psicóloga y una asistente social para que se conforme el equipo. Como dos últimos puntos, el gremio destacó “la necesidad de intérpretes para los estudiantes sordos” y subrayó que persiste de manera “fuerte” la inseguridad en el centro educativo.

En cuanto a la transformación educativa en curso, los estudiantes agremiados rechazaron que “gran parte de los recursos” se destine a la reforma, “en lugar de mejorar nuestros espacios y realidades como personas”.

En este contexto, exigieron a las autoridades que se reparen las instalaciones “rotas o en mal estado”, que dejen de faltar materiales para las distintas orientaciones que necesitan, que haya mayor cantidad de funcionarios de limpieza, un sereno para el turno nocturno, que se implementen tutorías para todas las materias en ambos turnos, que haya equipos multidisciplinarios, que se tenga en cuenta su “voz como estudiantes ante cualquier interacción con las autoridades” sin censura y el 6% del PIB para la educación más el 1% para investigación.

Reclamos que persisten

El Gremio Estudiantil Idea Vilariño (GEIV) también compartió en sus redes sociales su plataforma reivindicativa, que tiene varios puntos en común con la del Ceibo. En primer lugar, se detuvieron en la reforma educativa y manifestaron que “ya está más que demostrado que las reformas autoritarias y apresuradas no traen buenos resultados: 187 millones de dólares recortados y ahorrados mientras los pibes pasan hambre y no tienen ni papel en sus centros”.

Por otro lado, pidieron que haya una mesa de negociación “real” con docentes y estudiantes, y resaltaron la necesidad del mismo presupuesto reclamado por Ceibo y por la mayoría de los gremios estudiantiles y docentes.

Seguridad, censura, situaciones de acoso, equipos multidisciplinarios, edilicia, higiene: con estos títulos el GEIV introdujo sus principales reivindicaciones. Al respecto del primer punto, los estudiantes reclaman que haya un turno completo de portería, así como “reforzar cargos de seguridad sin criminalizar estudiantes, sin armas, sin cámaras de seguridad ni policías”.

En cuanto a la censura, piden que las autoridades se acerquen al estudiantado de “manera directa y formal, con argumentos válidos”. Sobre las situaciones de acoso, exigen que haya “protocolos y procedimientos reales que cuiden a la víctima y que garantice una educación segura libre de acoso para las pibas”. Reclaman además por una psicóloga, una psicopedagoga, asistente social y referente sexual, con una “carga horaria suficiente para abarcar a la población del liceo y que tengan una real capacitación”.

Las problemáticas edilicias que plantean es que “hay goteras sin arreglar y paredes sin baldosa”, y en cuanto a la higiene, piden que durante todo el año puedan tener acceso a papel higiénico y elementos de higiene menstrual. Por último, al igual que el Ceibo, reclaman por más carga horaria para tutorías y que la sobrepoblación sea solucionada con “más grupos y una verdadera distribución de centros y cargos”.

Traslado de reclamos

El consejero en representación docente en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública, Julián Mazzoni, concurrió a ambos centros educativos este miércoles y dialogó con los gremios estudiantiles. Según señaló en su cuenta en la red social X, Mazzoni se llevó las plataformas reivindicativas del Ceibo y el GEIV y las presentará ante el Codicen.