La geografía desempeña un papel importante en la formación del individuo, especialmente en lo referente al desarrollo de sus capacidades espaciales y de comprensión de todo aquello que acontece sobre el territorio a diferentes escalas. Desarrolla valores y contribuye a la creación de una conciencia social crítica, capaz de comprender y valorar con criterio propio las múltiples interacciones que se producen entre el territorio y los colectivos humanos que lo habitan.

¿Por qué estudiar geografía?

En los últimos días han circulado borradores de la transformación curricular que será implementada a partir del año lectivo 2024 en el primer año de la educación media superior (EMS), para luego continuarse con la nueva estructura en los niveles siguientes en 2025. Esto ha motivado que numerosos colectivos de docentes de distintas asignaturas manifiesten sus miradas, opiniones y sentires respecto de lo que estos cambios generarán desde sus perspectivas como profesionales del área. Para el caso de nuestra disciplina, en el segundo ciclo de la enseñanza media se planifican cambios más que significativos, con todo lo que ello involucra.

Frente a todo esto, consideramos conveniente recordar el valor e importancia de su presencia, en todos los niveles de la enseñanza secundaria. Esta desempeña un rol trascendental en la identificación, análisis, comprensión, valoración y solución de una serie de problemas que enfrenta la sociedad actual. Una sociedad de cambios muy vertiginosos, en los que la educación geográfica no escapa a su ritmo y necesidad de constante renovación, tanto epistemológica como metodológica, que sin duda impactará en su enseñanza.

Pensando en los estudiantes, nuestros jóvenes de hoy, ciudadanos de Uruguay y del mundo, es entonces que, en colectivo, los docentes de Geografía ponemos sobre la mesa algunas cuestiones que nos gustaría compartir.

¿Cuán valiosa resulta la geografía en la formación de un estudiante de EMS?

Esta interrogante dentro de un nuevo escenario nos lleva a reflexionar y repensar acerca de las finalidades formativas de la geografía y su vigencia para entender qué ocurre en el carácter local de nuestras vidas. Esto implica ahondar en un contexto más amplio, global, y del que somos parte a través de múltiples dinámicas que tejen la interdependencia del mundo contemporáneo. En esa interconexión global, lugares y culturas se redefinen, lo que afecta incluso procesos económicos y sociales.

Nuestra disciplina permite así comprender esas dinámicas y construir ciudadanía a partir de las características, identidades y valores locales, haciendo posible al estudiante reconocerse como ciudadano global inserto en ese mundo complejo, diverso y cambiante.

Entendemos así su valor en una enseñanza situada, cercana, vivencial, propia de ese mundo incierto y controvertido, lo que implica necesariamente promover un pensamiento complejo, reflexivo y multicausal.

Trabajar en esta línea implica hacerlo con situaciones de la realidad desarrollando una serie de capacidades, entre las que destacan las analíticas, interpretativas, explicativas, creativas, comunicativas, entre otras.

¿Por qué Geografía en la EMS?

Porque abordarla en las aulas significa no sólo pensar en la problematización de los temas como un pretexto para introducirnos en los contenidos curriculares organizados y estructurados, sino incorporar estrategias que permitan desplegar la multiplicidad de competencias y habilidades que se ven involucradas.

Esta línea, que presenta algunos puntos de contacto con el enfoque competencial, supone integrar conocimientos, destrezas, actitudes y aplicarlas de manera práctica y creativa cuando se ejecutan tareas que tienen relación con la vida. Competencias que resultan indispensables en el proceso formativo de los estudiantes y promueven la participación en variadas situaciones, motivando y haciendo uso de sus conocimientos para comprender, tomar decisiones y solucionar situaciones de la vida diaria.

Es por ello que la geografía asiste hoy más que nunca a un compromiso ineludible con nuestros estudiantes para que comprendan, reflexionen y actúen en el territorio del que forman parte como actores sociales capaces de transformarlo.

¿Qué valor cobra Geografía mirada desde las bases que sustentan la transformación curricular?

Nuestra asignatura despierta interés, motiva a preguntar, a buscar respuestas e incentiva al estudiante a poner en marcha procesos cognitivos que construyan aprendizajes realmente significativos. Ella estimula el pensamiento crítico, en un mundo donde el llamado afán mediático busca desviar la atención sobre la compleja realidad, promueve la adaptación de los alumnos al cambio y la innovación para de esa manera ser partícipes activos en la transformación de su entorno con una mentalidad amplia, flexible, comprensiva, cuestionadora y constructiva.

La conciencia geográfica es fundamental para que los jóvenes comprendan los cambios espaciales de la sociedad y actúen de forma comprometida, reconociendo las implicancias de construir juntos un mundo más justo, más solidario y mucho más igualitario.

Todo esto permite adquirir el conocimiento geográfico cuando son abordadas temáticas tales como el desarrollo desigual de las áreas urbanas, las alteraciones ambientales por la explotación abusiva de los recursos naturales, los movimientos migratorios y sus consecuencias en las dinámicas poblacionales y del empleo, el impacto de las tecnologías en la vida cotidiana, la inserción comercial de nuestro país en el mundo, la profundización de las desigualdades sociales y económicas, por mencionar algunas.

La conciencia geográfica es fundamental para que los jóvenes comprendan los cambios espaciales de la sociedad y actúen de forma comprometida, reconociendo las implicancias de construir juntos un mundo más justo, más solidario y mucho más igualitario.

¿Cómo alcanzar estos fines en la nueva propuesta?

Transformar un curso anual de Geografía en un taller optativo a elegirse teóricamente entre seis posibles opciones subestima su valor en la formación de ciudadanos comprometidos en las temáticas que forman parte de su día a día. Además, surge una nueva interrogante: ¿cuántos y cuáles talleres se ofrecerán a los estudiantes?

De plasmarse la presencia de la geografía, ahora entendida como Territorio, Ambiente y Sociedad, en espacios de carácter optativo, ello privaría, a nuestro entender, a los estudiantes que no la seleccionen de aquellas posibilidades que históricamente ha brindado y brinda esta asignatura en su rol formativo.

La educación geográfica permite aprender a pensar el territorio, a construir el conocimiento desde el lugar al mundo o desde el mundo al lugar en un ida y vuelta constante. Posee la capacidad para analizar, explicar y comprender las incidencias de las dinámicas globales en nuestra realidad inmediata y como nuestra realidad se vincula, relaciona e inserta en esa compleja dinámica mundial. Promueve la adquisición de valores que permiten construir una sociedad sustentada en el respeto por el ambiente y por los diferentes actores que accionan en él.

La enseñanza de la geografía en el siglo XXI debe cumplir el papel de incentivar el pensamiento crítico y creativo que deslinde al estudiante de la memorización y repetición de nociones y conceptos, orientándose hacia una serie de cuestiones de relevancia socioambiental. Posibilita, entonces, el desciframiento de las situaciones cotidianas a partir de preguntas, indagaciones y/o cuestionamientos que desencadenen acciones didácticas que permiten, a partir de las ideas previas con las que los estudiantes interpretan su realidad, facilitar la reflexión y promover la toma de decisiones personales y en favor de la comunidad.

Pensamos en todo momento en una geografía que acompañe las características del mundo actual, que trabaje los estudios de casos, en proyectos interdisciplinarios, que desarrolle el pensamiento científico en todo momento. El empleo de las metodologías activas ‒mencionadas en las orientaciones metodológicas del nuevo Plan‒ no es nuevo para la geografía. Estas han estado siempre presentes como parte de numerosas propuestas educativas. Es posible citar ejemplos, como el abordaje de los contenidos programáticos en la modalidad de proyectos ejecutados en numerosas ocasiones en red con instituciones públicas y privadas para el desarrollo de múltiples propuestas que intentan dar respuesta a problemas multiescalares, permitiendo así fortalecer dichas temáticas programáticas.

Todo esto genera instancias de enriquecimiento y aprendizaje, además de poner en juego un trabajo colaborativo con fuertes lazos y compromisos con la comunidad. Estos reivindican aquellos ejes estructurantes de la disciplina, que apuntan a su capacidad para ser generadora de espacios de análisis, comprensión y síntesis de las diversas realidades socio territoriales. En definitiva, la geografía permite adquirir estrategias que se acuerdan y, por tanto, componen la multiplicidad de problemáticas de la realidad posibilitando al estudiante integrar dichas realidades y evolucionar con ella.

¿Estamos dispuestos a privar a las actuales y próximas generaciones de uruguayos de la posibilidad de un verdadero espacio de formación y educación geográfica? Esta pregunta merece tantas respuestas como responsables existen de otorgar esta posibilidad. Por ello reivindicamos las palabras del geógrafo José Manuel Mateo Rodríguez cuando expresa: “La Geografía es una materia hermosa para los que sueñan, una asignatura valiosa para los que piensan, una disciplina científica para los que actúan”.

Álvaro Camacho y Gladys Clavijo son profesores de Geografía.