Juan Pereyra, director general de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU), habla de una UTU remodelada, transformada, que apunta a llegar al “primer nivel”. Pero dice que “no es fácil” arribar a ese lugar, porque “la educación técnica a nivel mundial siempre se ve en un segundo plano”. En conversación con la diaria, Pereyra aseguró que durante los cuatro años al frente de la UTU han logrado dar “un paso importante en la jerarquización de la institución” y un mayor “reconocimiento” del “sector productivo del país”.

La remodelación de la que habló puede verse directamente en su página web, que a días de comenzado el año se aclaró y modernizó, y puso a disposición un Whatsapp para cualquier duda sobre los diversos cursos disponibles. Este año, además, habrá 60 bachilleratos, muchos nuevos, y otros transformados, como también habrá cursos de educación terciaria.

Al tomar las riendas de la institución, Pereyra aseguró que partieron de “prácticamente un cogobierno”, en el que “una cantidad de decisiones que son pura y exclusivamente de la administración eran tomadas en acuerdos”. “Con eso no estoy de acuerdo”, sentenció. Es en ese marco que otro de los cambios fue el vínculo con el sindicato: “Eso llevó a que, si vos estás en una zona de confort donde podés decidir y yo eso te lo saco, vas a corcovear”, esgrimió.

En diciembre, el secretario general de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria, Emiliano Mandacen, manifestó su preocupación por un “choque” en las elecciones de horas entre Secundaria y UTU. ¿Cómo viene el proceso de elecciones?

Mandacen anda siempre con varios choques, pero bueno, es su estilo de gestión. Desde nuestra gestión, arreglamos para tratar de que primero se hiciera la elección del CFE [Consejo de Formación en Educación], que posteriormente lo hiciera Secundaria y después nosotros, para no superponer. Por equis motivo Secundaria se atrasó, pero nosotros ya habíamos decidido que nuestra elección era en febrero. Cuando Secundaria dijo que se iba a hacer los primeros días de febrero, mandamos nuestro cronograma, que ya teníamos pronto, y les comunicamos que cuando hicieran la elección trataran de que no se solapara la elección de horas. Así que esto está en manos de Secundaria, porque la fecha del 1° de febrero era nuestra fecha.

¿De qué manera cree que van a desarrollarse en UTU?

Pienso que al buscar que no se superpongan las elecciones no va a haber problema, nosotros estamos bien preparados. No vamos a hacer todavía el lanzamiento de elección en línea, para que el docente pueda elegir desde su casa, pero ya hicimos una elección de horas terciarias a fines de diciembre que fueron en línea y anduvo muy bien. Así que el futuro de la elección de horas no será más presencial, con colas y pérdida de tiempo, sino desde su casa, desde el ómnibus o veraneando en la playa, desde donde quieran.

Uno de los puntos en cuestión durante 2023 fue la reducción de horas de asignaturas debido a la transformación curricular. Ya con gran parte de los elementos sobre la mesa, ¿finalmente algún área en particular tendrá menos cantidad de horas?

Tenemos que ser claros: si hay que hacer cambios, siempre habrá colectivos que se verán favorecidos y otros que tendrán que tener alguna reducción o algún otro problema. Pero no va a haber mayores problemas. Es cierto que en algunas áreas habrá reducción de horas, y en otras va a haber aumento. En bachillerato, por ejemplo, en primer año hay alguna asignatura con reducción, pero en todo el ciclo, en los tres años, prácticamente no hay reducción de horas. Y en aquellos casos en que haya algún problema, vamos a buscar una solución, como ya hicimos en años anteriores y el pasado, como con la educación sexual, que le buscamos soluciones puntuales. Incluso a algunos docentes de ciertas áreas les dimos horas de apoyo durante un año para que no se vieran perjudicados. Pero en general no hay una reducción de horas y en algunas áreas hay un incremento.

Dijo que buscarían una solución alternativa en caso de que haya un problema. ¿Eso significa que lo harían si el colectivo docente manifestara su disconformidad por alguna de las asignaturas?

Claro, si hubiera un caso en el que hubiera una afectación importante, como el que mencioné, buscaríamos una solución. Estamos estudiando y no hemos visto, pero lógicamente, ante una transformación tan grande como la de la UTU, hay cosas que pueden escaparse.

¿Cuáles son las áreas en las que se reducen horas y en cuáles aumentan?

Hay un crecimiento importante en el bachillerato de deporte, en la parte de administración y de informática, y hay un asentamiento o reducción en áreas más industriales.

¿Por qué la disminución en esa área?

Es el tema de los puestos de trabajo. Porque si, por ejemplo, tú tienes idea de estudiar en un área pero ves que hay problemas laborales o que no hay una oferta importante en esas áreas, tendés a no estudiarla.

¿Han establecido una estrategia más abarcadora de relacionamiento con el sector productivo? ¿Cuántos convenios están en marcha?

Desde que comenzó esta administración es una de las cosas que hemos priorizado. Comenzamos a trabajar con el sector productivo, tanto público como privado. Porque nosotros –y al que le moleste esto lo lamento– muchas veces los preparamos para el mercado laboral, entonces, tenemos que prepararlos para lo que el mercado laboral necesita, y eso sólo lo sabe quien está ahí. Yo, acá, sentado en el escritorio, podré decidir cosas, pero si no conozco me voy a equivocar. Habíamos visto que en algunas áreas estábamos preparando a los estudiantes para determinada cosa y el área no estaba requiriendo eso, sino otra cosa. Entonces, nos hemos juntado y llevamos más de 200 convenios firmados con entidades públicas y privadas. Trabajamos en conjunto viendo qué se necesita, pero con las garantías de la educación pública, con mente abierta, para que puedan ir adaptándose a los distintos cambios.

Cuando llega fin de año y repiten los más carenciados, lo más probable es que el año que viene no vengan y quedan fuera del sistema. Ese tipo de medidas no ayudan, entonces, se buscaron alternativas.

Hubo varios paros del sindicato de trabajadores durante 2023 por situaciones de violencia que no necesariamente tuvieron que ver con estudiantes y docentes, sino con personas externas a las escuelas técnicas. ¿Qué análisis hace de estas situaciones sucedidas a lo largo de toda la gestión? ¿Cómo podrían aminorarse los conflictos?

Con respecto a las medidas de paro, he sido muy crítico y sigo siendo, porque forma parte del problema y no de la solución. Cuando en determinado centro educativo hay un hecho de violencia, mandamos un psicólogo y lo que haga falta. ¿Qué se gana ocupándolo o parándolo? ¿Saben quién pierde? El que más necesita. Yo sigo cobrando lo mismo, el otro también, pero el alumno pierde su clase. Y la mayor parte de nuestros alumnos, que vienen de sectores carenciados, no tienen la posibilidad de recuperarlas de otra manera; las pierden. Ha habido cosas que a mí me han molestado, como la ocupación de la guardería de la UTU sin ningún tipo de aviso ni reclamo. Eso fue un problemón. Las medidas se han usado muchas veces hasta de forma política.

Particularmente la regional montevideana de la Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) manifestó en reiteradas ocasiones la falta de un verdadero diálogo y escucha con la dirección.

Nosotros partimos de prácticamente un cogobierno. Miraba las bipartitas y acuerdos que había y una cantidad de decisiones que son pura y exclusivamente de la administración eran tomadas en acuerdos. Yo no coincido con eso. A nosotros la población nos puso para que hiciéramos lo que realmente corresponde, y yo no lo puedo hacer en bipartita, en conjunto con el gremio, en temas que no corresponden al gremio.

Eso llevó a que si estás en una zona de confort donde podés decidir y te lo saco, vas a corcovear, como decimos nosotros en el campo. Pero nosotros enderezamos y atendemos a los gremios en lo que realmente les corresponde. Si hay que hacer bipartitas se hacen, pero en temas que corresponden. Si se quiere que en todo haya un acuerdo y que toda la administración haga lo que el gremio está solicitando, no. Diálogo existe, acuerdos hay a veces y a veces no.

¿Y cómo cree que podrían abordarse las situaciones de violencia y cómo evalúa que lo hicieron hasta el momento?

Hemos trabajado muy bien y creo que los resultados en general nos marcan eso. Acá hay una realidad que es la siguiente: nosotros tenemos aproximadamente 300 dependencias, más de 100.000 alumnos, 17.000 funcionarios, y cuando vamos a los hechos de violencia, hemos tenido cuatro o cinco, que han afectado a un total aproximado de 20 alumnos. Es mínimo de mínimo, pasa que a eso se le da una trascendencia importante. Pero aunque sea poco, son hechos gravísimos y los hemos atendido: pasamos de tener 15 o 20 psicólogos a tener cerca de 40 a 50. Cuando hay un problema van las autoridades, se buscan las soluciones, y últimamente veo que esos temas han descendido mucho, creo que por el gran trabajo que han llevado a cabo nuestros funcionarios. Quiero recalcar que son hechos graves, pero en la masa son cosas mínimas, no creo que toda la UTU esté en efervescencia. Y lo que hay que destacar es que la gran mayoría de los problemas vienen de afuera, prácticamente ninguno se ha generado dentro del centro educativo.

El caso de la UTU de Cruz de Carrasco fue uno de los de mayor repercusión. ¿A partir de ahí reforzaron el trabajo junto al Ministerio del Interior (MI)?

Ese fue uno de los hechos más feos que viví. Son hechos que marcan, porque creo que a todo nivel se ha perdido aquello que teníamos. Años antes, quién iba a pensar que podían entrar a un salón de clase armados a robar. Los centros educativos eran respetados, hoy en algunos casos eso se ha perdido. Esto fue un hecho que vino de afuera, pero también había problemas nuestros, un pedazo de reja sin hacer, todo eso se solucionó: con el MI colocamos cámaras y se dio toda la celeridad posible. De hecho, no pasó más; y ojalá no pase más. Con el MI las medidas se toman cuando pasa, pero el relacionamiento es siempre el mismo y realmente nos sentimos protegidos por ellos, como corresponde.

Cuando se dieron a conocer los datos sistematizados por el Monitor de Educación Media Técnico Profesional, manifestó estar “contento” pero no “satisfecho” porque al analizar “los números, no son los mejores”. ¿Qué números se deberían mejorar? ¿Qué más pudieron hacer en la gestión de este período?

Es que a pesar de la pandemia y todo lo que había pasado, habíamos mejorado. Por eso estaba contento, pero no conforme, porque estamos partiendo de valores bajos. Entonces, la realidad es que los valores que tenemos en promoción, en conocimiento, abandono y deserción, han mejorado, pero no son buenos. Es en donde estamos haciendo mucha fuerza ahora. A su vez, hay que poner sobre la balanza las poblaciones que se atienden, porque no es lo mismo una población que no tiene ninguna necesidad básica insatisfecha, ningún tipo de problema, a la que si le va mal en Matemática tiene un profesor y una familia atrás, que otras realidades de estudiantes que vienen sin comer, con hambre, que no tienen una familia atrás y tienen mil problemas.

Lógicamente, con los niveles que se logran con los quintiles uno y dos [de menores ingresos], como muchas veces atendemos, no es lo mismo que otros quintiles. Y estamos haciendo un gran esfuerzo, con tutorías, apoyando, [desarrollando] diversos planes y proyectos que atienden los centros más carenciados, en donde concentramos más adscriptos y educadores, y eso ha llevado a una mejora de los números. Esa es la satisfacción: haber mejorado, pero los números no son buenos. Y estoy convencido de que con la transformación curricular vamos a aumentar los valores que son necesarios para la capacitación de los estudiantes.

Otra de las críticas que proliferaron en 2023 fue sobre la eliminación de la repetición y los exámenes, entiendo que esas modificaciones traen menor nivel académico para los estudiantes. ¿Cuál es su visión?

Voy a ser muy sincero: cuando uno está fuera del sector educativo y te dicen que no va a haber más repetición, va a decir que es para mejorar los números. Pero ¿sabés quiénes son los que más repiten? Los más carenciados, los que menos tienen, los que no tienen un apoyo atrás. Entonces, cuando llega fin de año y repiten los más carenciados, lo más probable es que el año que viene no vengan y quedan fuera del sistema. Ese tipo de medidas no ayudan, entonces, se buscaron alternativas, como tratar de eliminar los exámenes, porque ese día capaz que los padres se pelearon, no se drogó, o no sé cuántas cosas, y vos por un día lo estás ejecutando –hablando mal y pronto– y lo estás tirando para afuera del sistema.

En cambio, si concurre todo el año, tiene un apoyo importante y llega a fin de año, se evalúa lo que hizo durante todo el año, y si no llegó le vamos a dar durante un cierto tiempo un apoyo. No lo tirás para afuera; le das, lo apoyás y volvés a ver si llegó. Si no llegó a sus competencias, le volvés a dar otro período en febrero haciendo lo mismo, y si en ese caso tampoco llega, se le permite que continúe pero apoyándolo a que llegue a sus competencias y no tirándolo para afuera del sistema. Esa es la realidad, y los estudios que hay internacionalmente indican que la repetición no es buena para los sectores más carenciados, es una medida que provoca un aumento de la brecha. Y más cuando ves las realidades de nuestros centros.

Según la consultora Cifra, el 31% de la población “no sabe” si en todas las UTU se puede “cursar el liceo común” y “casi el 45% no sabe o piensa que [la UTU] no ofrece carreras a nivel terciario”. ¿Piensan emplear un plan de mejora de la comunicación?

Esa encuesta fue una idea que tuvimos porque queríamos saber qué piensa la población de la UTU. Ahí nos llevamos una gran sorpresa: la mayor parte de la población estaba de acuerdo con la UTU y fuimos el sector educativo mejor evaluado de todos, pero la gran crítica fue que no se conoce. Ya veníamos trabajando en esto, pero ahora hemos contratado una empresa para que haga un poco la difusión de lo nuestro, implementamos en la página web un Whatsapp para que se pueda entrar, se puede ver toda nuestra oferta, y estamos de a poco tratando de hacer publicaciones, avanzando hacia lograr una difusión más fuerte y un relacionamiento con los medios más importante. También estamos saliendo en los medios del interior.

¿A qué aspira para este último año de gestión y qué balance hace del recorrido de la administración?

En primer lugar, creo que hemos dado un paso importante en la jerarquización de la institución. Yo quiero dejarla en el primer nivel, pero no es fácil, la educación técnica a nivel mundial siempre se ve en un segundo plano. Lo otro es el reconocimiento que hay del sector productivo del país, y después tratar de tener a toda la población dentro del salón de clase y que no se nos vaya, como pasa muchas veces. Mejorar ediliciamente, que ya hemos mejorado bastante, y llegar a lugares donde nunca había estado la UTU. Ahora, por ejemplo, vamos a abrir en Parque del Plata, Punta del Diablo, en la sede de Liverpool [Fútbol Club], todo bajo convenio. También estamos tratando de que los que no tienen ciclo básico ya con cierta edad logren que los certifiquen, lo mismo con bachillerato. O sea, estamos buscando traer a todas las personas que están fuera del sistema educativo. Tenemos que subir ese nivel tan bajo del 40% o 50% de la población uruguaya que no ha hecho bachillerato.