El Centro Oficial de Información (IMPO) donó este lunes un edificio al Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), una medida que servirá para ampliar la respuesta a las mujeres víctimas de violencia de género en Montevideo. En realidad, el inmueble había sido cedido hace unos años por el IMPO y ya funciona como un servicio de atención a situaciones de violencia, pero ahora será refaccionado para que las condiciones sean más “dignas” y, sobre todo, se pueda duplicar la capacidad locativa.

La donación formal era necesaria porque el proyecto estará financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que puso como condición que el edificio sea propiedad del organismo con el que firmó el convenio, es decir, Inmujeres.

La directora del instituto, Mónica Bottero, dijo durante la firma del acuerdo con el IMPO que el lugar será la sede donde trabajará el “equipo de estructura” –que incluye a supervisoras de distintos departamentos del país–, el equipo de abogadas y el área de soluciones habitacionales, entre otras reparticiones. Hoy, el servicio “atiende a entre 1.500 y 1.700 mujeres nuevas por año, y asesora en los procedimientos y servicios psicosociales y patrocinio legal a mujeres en situación de violencia y a sus hijos e hijas”, explicó la jerarca. “Es el corazón de todo el sistema de respuesta en violencia de mujeres”, sentenció.

Bottero explicó que se trata de una “casa antigua que necesita refacciones” y que en el proyecto con el BID –que es más amplio– se pidió un “reciclaje completo” de ese inmueble, que entre otras cosas implica “aumentar en 2,5% el metraje de atención” y “construir un edificio de tres pisos en el fondo, donde no hay nada”.

Las obras comenzarían a mediados de diciembre y la construcción llevaría unos seis meses, adelantó la directora de Inmujeres. “Sabemos que siempre lleva un poquito más, pero el año que viene, probablemente a fin de año, o si no en 2025, vamos a tener un edificio digno que va a alojar a todo el sistema de respuesta, a la parte de estructura, a la sociedad civil que trabaja en convenio con nosotros, y sobre todo vamos a poder atender en mayores condiciones de dignidad a las mujeres, niñas y niños que cada día vienen además en una situación bastante compleja a pedirnos ayuda”, afirmó Bottero.

Por su parte, el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, hizo hincapié en la “dimensión humana” de la iniciativa. “A veces, cuando hablamos del inmueble, suena con cierta frialdad, estamos hablando de una bolsa de ladrillos, pero detrás de todo eso, o adelante de todo eso, estamos hablando de una mejora permanente en la respuesta [a la violencia de género], que eso es lo más importante y lo que justifica todo”, afirmó.

En esa línea, el titular del Mides aseguró que el acondicionamiento del edificio incidirá en “los tiempos de respuesta de personas que pueden estar en lista de espera”, porque los equipos “eventualmente se podrán incrementar” y además trabajarán “en mejores condiciones”, lo que “da una respuesta de mayor celeridad, y esa respuesta es la defensa de la causa”.