Según los expertos, una ofensiva israelí sobre Rafah sería catastrófica en términos humanitarios. Ante esta situación, y teniendo en cuenta que las exhortaciones de la comunidad internacional a detener un posible genocidio han demostrado ser ineficientes, el gobierno palestino lanzó un plan que tiene como objetivo convencer al mundo de que posee un programa que busca desarrollar energía nuclear para uso civil, pero en realidad encubre el desarrollo de armas de destrucción masiva. “Si Israel mató a 34.000 palestinos y no pasó gran cosa, pero mató a 16 iraníes y el mundo reaccionó como si estuviéramos al borde de la tercera guerra mundial y poco menos que quiere anular la capacidad de ataque de Tel Aviv, está claro cuál es el camino que hay que seguir”, consideró un integrante del gobierno palestino.

El plan consiste en divulgar fotos según las cuales hay misteriosas instalaciones nucleares en aquellas zonas donde acampan centenares de miles de refugiados palestinos.

El pedido desesperado: “Israel tiene que contenerse y no atacar a Irán, porque ese país, recordemos, no es Irak”. Joe Biden, presidente pacifista.