Este domingo, un hombre de 36 años mató a un joven, de 22 años, cuando lo vio salir de una casa con un horno en brazos y creyó que estaba robando. La vivienda pertenece a la abuela de la víctima y era el lugar donde esta vivía. El hecho ocurrió en Las Piedras, en las inmediaciones de Caraguatá y Alemania. El homicida tomó una escopeta, subió a una azotea y le disparó por la espalda.

Inicialmente, el hombre dijo que “lo habían robado tres veces en la última semana” y justificó que “había identificado que había sido este joven”. En la prensa se difundió que el joven “había robado” y que tenía antecedentes, también que había salido de la cárcel hacía poco.

La Fiscalía de Las Piedras de 2° turno, a cargo de Bárbara Zapater, lleva adelante el caso. La fiscal aclaró que la víctima no estaba siendo investigada por ningún delito y que el imputado no había denunciado ningún hurto.

El homicida fue detenido y su casa fue allanada. Allí incautaron la escopeta calibre 16 con la que se perpetró el asesinato. Este martes, fue imputado por homicidio muy especialmente agravado por el uso de arma de fuego y por alevosía. También se le imputó el delito de receptación de armas hurtadas, ya que la escopeta era robada.

La fiscal Zapater explicó el caso en Subrayado. Señaló que el crimen fue a las 6.30 de la mañana cuando la víctima estaba entrando a la casa de su abuela, que era lindera a su casa. Detalló la situación: “El imputado escuchó ruidos y había visto a la víctima con anterioridad sacando una cocina de la casa de la abuela, donde se estaba quedando. Agarró un rifle, que tenía un cartucho, subió a la azotea, amartilló y le disparó”, afirmó. El disparo le impactó en la cadera, en la nalga. Y lo mató.