El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, dio una conferencia de prensa para ampliar la información en torno al operativo en el que fue asesinado el policía Alexis Meireles, ocurrido en la madrugada del lunes en el barrio Marconi.

Martinelli expresó su “total y absoluto respaldo a la Policía Nacional y a cada uno de los policías que todos los días se juegan la vida para protegernos”. “No vamos a parar hasta encontrar a los asesinos de Alexis y que paguen por lo que hicieron en cárcel”, agregó.

Por su parte, el director de la Policía Nacional, José Manuel Azambuya, señaló que aún se está trabajando en el esclarecimiento del hecho, pero acotó que ya se determinó desde dónde llegaron los disparos y que si bien no se descarta la hipótesis de una emboscada, no es la línea más fuerte de investigación.

Azambuya fue enfático al señalar que la situación “no va a hacer que cambiemos las estrategias y las tácticas que tenemos para enfrentar el delito”. “Estamos completamente convencidos de cuál es el camino. Esto es parte del riesgo, pero también es parte de nuestra voluntad, nuestro esfuerzo y nuestra convicción”, agregó.

En ese sentido, destacó que no fallaron los protocolos de seguridad: “Los protocolos no fallaron, se actuó sobre la base de lo establecido en lo que refiere a la progresividad. Había dos equipos, era una persona que estaba y la superioridad numérica la tenía la Policía. El protocolo no ha fallado, está dentro de la planificación estratégica y táctica de la Jefatura de Policía de Montevideo”.

El director dijo que se está investigando si la víctima tenía el chaleco antibalas en el momento de realizar el operativo. En ese sentido, señaló que el hecho ocurrió en un operativo de rutina, enmarcado en las operaciones que se llevan a cabo habitualmente. “Si se hubiera obtenido la suficiente información de que pudiera haber habido un enfrentamiento, tenemos los apoyos necesarios, pero era algo de rutina [...] si se hubiera sabido que la operación era otra, las medidas de seguridad eran otras”, agregó.

El jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía, explicó que el operativo se inició cuando un patrullero pidió apoyo para pedir identificación a unas personas en Pasaje 8 y Guarapirú. Mientras estaban realizando ese proceso de identificación, vieron, a unos 40 metros, a una persona que podría estar vinculada a un hecho que estaban investigando. Meireles, acompañado por un oficial, fue caminando hasta el lugar, pero cuando llegaron a la esquina no vieron a nadie y dieron vuelta para volver a los patrulleros, y entonces les dispararon.

“Lo primero que hace el oficial es sacar al efectivo y trasladarlo a Capitán Tula. Esto es el procedimiento tal cual sucedió, en una zona que está intervenida y en la que se está trabajando fuertemente no sólo con las unidades de Jefatura de Montevideo sino también por parte de la Guardia Republicana en el programa Cuatro Barrios”, informó.

D’Elía agregó que en la escena del hecho se recogieron las vainas en el lugar donde se efectuaron los disparos, además de la intervención del software Shotspotter, que ubicó el lugar de los disparos a unos 80 metros del lugar donde cayó herido Meireles.

“Desde el momento en que entramos a la Policía, sabemos los riesgos que tenemos que enfrentar. La evolución de la situación no la podemos medir, podemos hacer planificaciones para poder mitigar riesgos, pero los riesgos siempre están. Los policías lo sabemos y nos preparamos para eso”, agregó.

Por este caso hubo dos detenidos que declararon ante la Policía, pero fueron dejados en libertad mientras continúa la investigación.

Al final de la conferencia, consultado por las críticas de la oposición a la gestión de seguridad del gobierno, Martinelli destacó la interinstitucionalidad con la que trabaja el ministerio y la estrategia de un enfoque dual que abarca represión del delito y prevención.

En esa línea, agregó que en Casavalle se va a inaugurar un centro de referencia el próximo 19 de febrero. “Nosotros dejamos bien en claro cuáles iban a ser los ejes en los que íbamos a trabajar este año, y uno de esos ejes son los homicidios [...] todavía queda mucho camino por andar [...] hay una estrategia que está dando buenos resultados, las denuncias de delitos han bajado en forma sistemática”, aseguró.

El sindicato maneja la versión de que no tenía puesto el chaleco antibalas

El vocero del Sindicato Único de Policias del Uruguay, Jorge Díaz, dijo en declaraciones a Subrayado que la versión extraoficial que maneja el sindicato es que Meireles no tenía puesto el chaleco antibalas cuando fue asesinado, pero aclararon que aún no tienen la información oficial sobre este punto.

“Sabemos que todos los efectivos tienen el chaleco en condiciones, porque siempre se ha peleado por el recambio de chalecos. El chaleco es como el arma, tú cuando haces un operativo, cuando estás trabajando, directamente te lo tienes que poner. El responsable de llamarte la atención, si no tenés el chaleco, es el encargado de tu móvil, entonces sí puede haber responsabilidades”, agregó. Díaz señaló también que en ese tipo de operativos -con referencia a ir a corroborar la identidad de un sospechoso- “interviene sólo el móvil”.

En la tarde del lunes, el PIT-CNT emitió un comunicado en el que expresó “su más profundo pesar por el trágico asesinato de un trabajador de la Policía” y transmitió sus “más sinceras condolencias a la familia, amigos y colegas del funcionario”. El Secretariado Ejecutivo de la central sindical planteó la necesidad de “ajustar los protocolos para evitar nuevas tragedias como esta”.

“Es imperativo destacar la importancia de proporcionar a los efectivos policiales el equipamiento necesario, como el chaleco antibalas, para resguardar su integridad física en situaciones de alto riesgo. La falta de este elemento de protección subraya la necesidad urgente de revisar y mejorar los procedimientos de control e invertir en equipamiento para evitar hechos de este tipo”, agrega el comunicado.

La central realizó un llamado al Poder Judicial para encontrar a los responsables del hecho y reiteró su apoyo a los sindicatos policiales, “trabajando en conjunto para mejorar las condiciones laborales y garantizar la seguridad de quienes dedican sus vidas a proteger a la sociedad”.