El 22 de diciembre pasado fueron cesados 17 de los casi 40 trabajadores de la empresa Cujó, que realiza el montaje de viviendas para realojar a familias del asentamiento Kennedy en el nuevo barrio Los Caracoles. La medida de la patronal, adoptada sin previo aviso y comunicada por Whatsapp, afectó solamente a obreros sindicalizados, remarcó a la diaria el secretario general del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) en Maldonado, Michel Pistone.

En consecuencia, obreros de otras empresas se solidarizaron en todo Maldonado con los compañeros despedidos y comenzaron a hacer paros sorpresivos y concentraciones con aval del Sunca. Sin embargo, mientras esperaban que sus acciones determinaran el reingreso de los trabajadores y activaran el diálogo al que Cujó se resiste, este lunes 29 sufrieron otro golpe.

“60 obreros de las firmas Cielo Azul, Ramyan, Premex y Hormigones Uruguay que operan en Maldonado pasaron a seguro de desempleo por suspensión de tareas”, señaló Pistone. Añadió que estas empresas “no expusieron argumentos” pero sí “dieron a entender que era por las medidas que estaban tomando en solidaridad con los 17 compañeros despedidos”.

El dirigente informó que esta última situación será denunciada este mismo martes 30 ante el ejecutivo nacional del Sunca y se tratará mañana, miércoles, en el plenario de delegados del sector del hormigón que tendrá lugar en Montevideo.

A su juicio, la Intendencia de Maldonado (IDM) “debería salir en defensa de los trabajadores y tomar medidas sobre las empresas que, a raíz de los despidos injustificados, terminaron afectando el área de hormigón prefabricado para las viviendas y también el montaje”.

El conflicto y las viviendas de Los Caracoles

Los despidos dictaminados por Cujó afectan a los trabajadores que se desempeñan en la planta de hormigón de la ciudad de Pan de Azúcar, cuyo producto se destina a las viviendas del barrio Los Caracoles, donde se están instalando las familias realojadas del asentamiento Kennedy. Pero también hay obreros despedidos que se dedican al montaje de las casas, puntualizó Pistone.

Por si fuera poco, Cujó “subcontrató a otra empresa para que lleve a cabo las tareas que tenían asignadas las personas despedidas, cuando había argumentado que no quedaban más tareas por realizar”. Según el Sunca, todavía resta levantar unas 50 viviendas.

El dirigente recordó que esta firma fue autorizada por la IDM a operar desde Pan de Azúcar con la condición de que contratara personal de la zona. “Sin embargo, el 90% de los despidos afectan a obreros de Piriápolis y Pan de Azúcar”, lamentó.

Con el ánimo de encauzar un diálogo con la patronal, este lunes hubo un encuentro en la sede del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Piriápolis, que no prosperó. Igual resultado tuvo otra mesa instalada en la Dirección Nacional de Trabajo en Montevideo.

El Sunca denuncia persecución sindical, ya que no habían tomado medidas de huelga ni de paros permanentes y los obreros afectados “se identifican con las causas del sindicato”. Pese a que el conflicto se amplió y ya afecta a decenas de trabajadores, Pistone adelantó que “los paros sorpresivos continuarán hasta que los obreros sean retomados”.