La reciente apertura mecánica de la Laguna Garzón, resuelta por el Ministerio de Ambiente (MA) y académicos del Centro Universitario Regional Este (CURE) para controlar el explosivo crecimiento de plantas acuáticas, fue cuestionada por la directora de Medio Ambiente de la Intendencia de Maldonado (IDM), Bethy Molina.

Tras recorrer la zona, este jueves 18, junto a técnicos del MA y al subsecretario de la cartera, Gerardo Amarilla, la jerarca estimó que estas acciones no tendrán el efecto deseado porque la apertura de la barra “no se realizó en el lugar y el momento adecuados”. En declaraciones al programa Nuestra mañana, de radio Aspen, Molina dijo que ahora evalúan cambiar el lugar de apertura si, como supone, el mar vuelve a cerrar el espacio abierto por maquinaria municipal en coordinación con el MA.

Molina cuestionó que el ministerio no haya tenido en cuenta la opinión de la IDM para estas acciones y que tampoco haya consultado a la Facultad de Ingeniería para analizar los asuntos hidráulicos. De hecho, dijo que tanto la comuna maldonadense como la de Rocha reclaman insistentemente que se les dé autonomía para gestionar el área protegida, con base en su experiencia en el territorio.

Intimación al MTOP

Al explicar lo que ocurrió en este caso, la directora consideró que “la apertura es necesaria y muy importante”, pero debe producirse “en otoño para asegurar la salida de cangrejos Siri para desovar en el mar, y en primavera cuando entran a criar los camarones”.

A su juicio, esa dinámica se ha perdido, entre otros factores, por la acumulación de materiales residuales de la construcción del puente circular, que obstruye la apertura natural del sistema. “La laguna está en muy malas condiciones porque se interrumpió la conexión natural. Esto está agravado porque cuando se construyó el puente quedó mucho material debajo, que obstruye la salida hacia el mar”, enfatizó.

Después dijo que “el MA intimó al Ministerio de Transporte y Obras Públicas, como responsable de la obra, a retirar esos materiales” y que esto, “aparentemente, se corregirá en breve”.

Bethy Molina (archivo, 2022). Foto: Intendencia de Maldonado.

Bethy Molina (archivo, 2022). Foto: Intendencia de Maldonado.

Fuera de tiempo y lugar

Molina insistió en que, además de discrepar con la apertura “a destiempo”, la IDM no está de acuerdo con el lugar elegido para la intervención mecánica. “El MA optó por un criterio de altura de agua, pero en realidad la apertura es multicausal. Hay que tener en cuenta que la laguna tenga agua, pero también hay que tener en cuenta condiciones de viento y oleaje. Además, el lugar de apertura tiene que ser suficientemente profundo para que cuando el mar esté calmo no deposite arena y lo tape”, cuestionó.

En su opinión, lo que ocurrió con esta apertura es que el mar cerró rápidamente el hueco abierto por las máquinas. “La apertura, en sí misma, significa un trauma ambiental, porque rompe la duna en lugar de cumplir la función fundamental de que salga agua dulce con las plantas producto del proceso de eutrofización, y que entre agua salada”, dijo.

Añadió que los estudios realizados por la IDM, en tanto integrante de la Comisión Asesora Específica del área protegida, revelan que “el lugar óptimo” es donde se encontraba el parador La Caracola, que fue demolido. “Allí hay una zona bastante profunda y ese pensamos que era el lugar apropiado”, señaló, tras afirmar que algunos vecinos que se acercaron al ver el movimiento de este jueves coincidieron con el diagnóstico de la comuna.

“Si los vecinos, los pescadores y la IDM están de acuerdo con ese sitio, ¿por qué no lo hacemos ahí?”, preguntó Amarilla, según Molina. Sobre esa base, “se conversó sobre la chance de que, si esto se cierra rápidamente, en un próximo evento hagamos una experiencia piloto de abrir en ese lugar para ver cómo funciona el sistema”, añadió.

Para fortalecer la tarea, confirmó que vecinos de la zona se encargarán de cosechar plantas con apoyo de camiones de la IDM que las lleven a la orilla.

Balneario Ocean Park.

Balneario Ocean Park.

Foto: Natalia Ayala

Controles en El Potrero

Por otra parte, Molina informó que este viernes comenzaron a controlar los movimientos en la zona del arroyo El Potrero, donde el empresario brasileño Alexandre Grendene proyecta un barrio privado.

Señaló que, a raíz de denuncias recibidas de la Unión Vecinal de Punta Ballena y vecinos de Ocean Park, este viernes la IDM comenzó a realizar “vuelos de dron para ver si hubo movimientos de suelo en el lugar”.

“Ese sería uno de los impactos importantes que trataríamos de evitar. En ese espacio hay una zona de laminación, que funciona tanto cuando se abre la represa y el arroyo El Potrero se carga de agua dulce, como cuando hay sudestada y el arroyo se carga de agua salada”, dijo con referencia a la zona de bañados.

“Nuestra función en ese contexto es asegurar que se mantengan estas zonas buffer y que no se pierdan. Aparentemente, la empalizada que se está realizando es más alta de lo que las ordenanzas permiten”, agregó, para señalar que este viernes habrá además una recorrida para aportar su informe al expediente del caso.