La comunidad del balneario Buenos Aires, ubicado a medio camino entre Manantiales y José Ignacio, se moviliza desde la semana pasada para lograr que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) les permita gestionar la instalación de nuevos salones que acompañen el crecimiento de la matrícula en la escuela 102.

Una carta dirigida a la inspección departamental de educación primaria circula entre locales comerciales y vecinos, acompañada con una planilla para que los residentes del barrio firmen por la causa. Bajo el membrete “Familias Escuela Nº 102”, el texto elaborado por padres y madres de alumnos de cuatro a 12 años plantea la situación del centro educativo.

Primero explica que asisten 350 niños y que, a pesar del crecimiento demográfico del balneario, la escuela tiene cinco salones “de espacios reducidos” desde su inauguración, más un aula móvil que se instaló en el patio en 2021. Esto implica que este año sean tres las clases que trabajan como grupos dobles en un mismo salón.

“Los grupos de educación inicial para cuatro y cinco años, segundos años A y B, y terceros años A y B han sido ‘seleccionados’ en esta oportunidad. Pero, en años anteriores, han sido grupos de cuarto, quinto y sexto año. Deben compartir una misma sala dos docentes y entre 40 y 50 niños”, describe la carta.

En el entendido de que la escuela debe “adecuarse a los nuevos requerimientos”, piden a las autoridades de la educación que se les permita “conseguir por donación, adecuar y poner en marcha” dos aulas móviles en el predio escolar o donde se crea más conveniente.

“El objetivo es que nuestros hijos y sus docentes tengan un espacio para aprender y enseñar como se merecen. Nuestros hijos necesitan educación de calidad y un espacio donde puedan desarrollar su potencial, pero también ser atendidos en sus limitaciones. Deseamos que los docentes trabajen sin forzar el espacio”, explica el grupo.

La gesta comunitaria

Paola Andrade llegó con su familia desde Salto al balneario Buenos Aires e inscribió a su hija para educación inicial en la escuela 102, hace un par de años. Contó a la diaria que, siendo maestra, le llamó la atención que hubiera dos grupos con dos maestras en un mismo salón. Con el tiempo, notó que era una práctica que abarcaba a otras clases de otros años y que se repetía año a año.

“Como madre y como maestra vi que algo había que hacer”, dijo. Habló con la directora de la escuela, quien argumentó que “todos los años hace un pedido formal de disponibilidad de salones para atender la cantidad de grupos, sin respuesta”.

Otro de los argumentos que recibió es que, como la ANEP tenía proyectada una segunda escuela para el barrio, la ampliación de la 102 quedó postergada. “La escuela no se agranda porque posiblemente se haga otra, pero tampoco se concreta”, lamentó.

Así, Andrade comprendió que “los canales formales se habían agotado” y, junto a otras madres, pidió a la directora que les permitiera “tomar la posta” para movilizar al resto de la comunidad y encaminar otras vías.

El viernes pasado hubo una reunión en la que se analizó la carta para presentar a la inspección de escuelas junto con firmas de todo el balneario. “Sabemos que la burocracia hace las cosas más lentas o directamente las frena. Por eso queremos que las autoridades nos avalen y permitan conseguir los salones que se necesitan, por nuestros propios medios”, remarcó Andrade.

La carta ya está circulando en las redes sociales, en los locales comerciales, a la entrada y salida de la escuela, y de casa en casa. Lleva adjunta una planilla para que las personas residentes en el barrio, mayores de 18 años de edad, dejen su firma, contrafirma y cédula acompañando la petición. El grupo de familias estima que entregará el documento con las adhesiones en el correr de la semana próxima.