Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la adopción de las primeras medidas tendientes a la equidad racial impulsadas por el gobierno del Partido de los Trabajadores en 2003, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva lanzó un paquete de medidas para combatir el racismo.

Este martes en Brasil se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, el Día Nacional de las Tradiciones de las Raíces de Matrices y Naciones Africanas del Candomblé y en ese marco Lula anunció en un acto celebrado en el Palacio de Planalto, en Brasilia, la fundación de la Secretaría Especial para la Promoción de Políticas de Igualdad Racial.

En el evento, además del presidente Lula, estuvo presente la ministra de Igualdad Racial, Anielle Franco, además de otros integrantes del gabinete, autoridades de gobierno e integrantes de organizaciones sociales afrobrasileñas.

Según consignó el portal Brasil 247, en su discurso la ministra Franco –hermana de Marielle Franco– afirmó que “las desigualdades tienen raza, clase y género, por lo que requieren confrontaciones específicas y transversales”. Franco se emocionó mucho durante su discurso y lloró al anunciar que habrá una cuota de cargos de gobierno destinados a ciudadanos negros.

Paralelamente fueron lanzadas seis nuevas medidas para promover la igualdad racial en el país, con el objetivo de reducir la desigualdad, valorizar a la población negra y reducir la violencia y los homicidios contra jóvenes negros.

Entre las medidas anunciadas se destaca el Programa Aquilomba Brasil, que se enfocará en el acceso a la tierra, infraestructura, calidad de vida, inclusión productiva, desarrollo local y derechos y ciudadanía de la población quilombola, que se estima en 214.000 familias y más de un millón de personas en Brasil.

Los quilombolas son los habitantes de los quilombos, comunidades, por lo general ubicadas en zonas remotas, lejanas a las grandes ciudades, que fueron fundadas por personas cautivas que lograron escapar durante los centenares de años que duró la esclavitud en Brasil, que recién fue abolida formalmente en 1888.

Otra medida importante que se anunció el martes fue la creación del Programa Nacional de Acciones Afirmativas, que impulsará acciones para el acceso y permanencia de estudiantes negros en carreras de grado y posgrado, además de proponer políticas de reserva de vacantes en organismos gubernamentales. También se reformulará e implementará el Plan Juventud Negra Viva, con el objetivo de reducir las tasas de homicidio, violencia, vulnerabilidades y desigualdades entre los jóvenes negros de 15 a 29 años.

Además, se creó el Grupo de Trabajo Interministerial Muelle de Valongo para promover la memoria y valorización de dicha zona portuaria de Río de Janeiro, por donde a lo largo de tres siglos pasaron más de un millón de personas esclavizadas, con la posible creación de un centro de referencia del patrimonio africano en el sitio, que es Patrimonio Histórico de la Humanidad desde 2017. También se anunció la creación del Grupo de Trabajo para Combatir el Racismo Religioso, que incluirá representantes de 13 organismos y nueve organizaciones de la sociedad civil, para formular medidas para combatir los prejuicios en relación con las religiones de base africana y sus lugares de culto.

Lula y la guerra en Ucrania

En la mañana del martes, el presidente Lula brindó una larga entrevista al portal Brasil 247, que fue consignada por todos los medios locales, en la que se refirió a varios temas, entre otros al viaje que realizará la semana que viene a Pekín, donde se reunirá con el presidente de la nación asiática, Xi Jinping. Lula dijo que en dicho encuentro hablará con su homólogo sobre las posibles negociaciones de paz para poner fin a la guerra en Ucrania.

“Voy a hablar con Xi Jinping, porque China es un país extremadamente importante, que puede tener una discusión más seria con Estados Unidos. Le dije a Joe Biden, a Emmanuel Macron, a Olaf Scholz, que Brasil está dispuesto a hacer cualquier esfuerzo para garantizar la paz. Lo primero que hay que hacer es parar la guerra”, dijo el mandatario.

Lula enfatizó que Brasil condena la invasión rusa, pero que otros países deben hablar sobre la posibilidad de paz, mientras Estados Unidos y Europa continúan suministrándole armas a Kiev. “Creemos que Rusia no tenía que haber invadido Ucrania, pero lo hizo. La guerra está ocurriendo desde hace un año, así que ahora hay que encontrar a alguien que empiece a hablar de paz, porque Estados Unidos no habla de paz”, sentenció Lula.