Los óblast (provincias) de Kiev (centro), Lviv, Zhitómir, Vínnitsa e Ivano Frankovsk (oeste), Odesa, Jersón y Kirovogrado (sur), Járkov (norte), Dnipropetrovsk y Zaporiyia (este) fueron blanco durante la madrugada del jueves de una serie de intensísimos ataques rusos, uno de los más masivos desde que comenzó la guerra, hace ya más de un año. Según fuentes oficiales ucranianas, al menos seis personas murieron en el marco de estos ataques que afectaron muchas infraestructuras y provocaron el corte de los suministros eléctricos en muchos lugares del país.
Desde Moscú el Ministerio de Defensa ruso informó que el ataque se produjo en represalia por el perpetrado la semana pasada por presuntos guerrilleros ucranianos en la ciudad rusa de Briansk.
Allí, de acuerdo a lo que informaron autoridades locales, un grupo de saboteadores ucranianos se infiltró en la frontera y bombardeó un vehículo en movimiento, matando a dos personas e hirieron a un menor de diez años y a una mujer adulta.
Más tarde, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia comunicó que los ucranianos habían sido devueltos a su país, donde fueron atacados por una ráfaga masiva de artillería. Este jueves el Ministerio de Defensa ruso especificó los alcances de su ataque.
“En respuesta al atentado terrorista organizado por el régimen de Kiev en la región de Briansk el 2 de marzo, las Fuerzas Armadas rusas llevaron a cabo un ataque masivo de represalia. Armas de alta precisión de largo alcance lanzadas por aire, mar y tierra, incluido el sistema de misiles hipersónicos Kinzhal, alcanzaron elementos clave de la infraestructura militar de Ucrania, empresas de defensa y complejos industriales, así como las instalaciones energéticas que los apoyan”, comunicaron desde la cartera, declaración que fue consignada por Sputnik.
Desde el organismo castrense se destacó que el ataque destruyó las ubicaciones de los drones ucranianos, interrumpió la transferencia de reservas y el transporte ferroviario de armas extranjeras, así como las instalaciones de producción para la reparación de equipos militares y la producción de municiones.
Este jueves el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, emitió un mensaje en el que reconoció que la que había pasado fue “una noche difícil”. El mandatario dijo que los ataques habían alcanzado infraestructura crítica y edificios residenciales y se lamentó por las pérdidas humanas que la incursión enemiga causó. Zelenski dijo también que el servicio de energía estaba siendo puesto en funcionamiento nuevamente en todo el país y criticó el accionar de las fuerzas rusas.
“El enemigo disparó 81 misiles en un intento de intimidar nuevamente a los ucranianos, volviendo a sus miserables tácticas. Los ocupantes sólo pueden aterrorizar a los civiles. Eso es todo lo que pueden hacer. Pero no les ayudará. No evitarán la responsabilidad por todo lo que han hecho”, manifestó.