La histórica ciudad de Lahaina, antigua capital de Hawái y una de las más importantes de Maui, la segunda isla más grande del archipiélago, está siendo el epicentro de un enorme incendio forestal, que ya se cobró la vida de cerca de 100 personas, además de causar enormes daños materiales.

De todas maneras, el gobernador del estado de Hawái, el demócrata Josh Green, advirtió en una conferencia de prensa el sábado que el número de víctimas puede seguir aumentando con el paso de las horas, en parte porque los perros adiestrados para detectar cadáveres hasta el momento únicamente pudieron rastrear 3% de la zona de búsqueda, como afirmó el jefe de Policía del condado de Maui, John Pelletier, según informó Associated Press.

Green dijo además que el incendio que se está viviendo en este momento es “probablemente el desastre natural más grande en la historia del estado de Hawái”.

“Lo que hemos visto hoy ha sido catastrófico”, dijo Green tras recorrer la zona histórica de Lahaina. Los voraces incendios que comenzaron el martes de la semana pasada devastaron más de 800 hectáreas en dos islas del archipiélago y obligaron a evacuar a miles de personas, algunas incluso tuvieron que tirarse al agua para salvarse del avance de las llamas.

La situación catastrófica generó muchas críticas hacia la reacción de las autoridades, debido a que las alarmas que se suelen utilizar cuando hay desastres naturales demoraron en activarse.

La agencia Reuters informó que las autoridades enviaron alertas a los teléfonos celulares, televisores y también a las radios, pero los cortes generalizados de energía que se produjeron al tiempo que el fuego avanzaba con una enorme rapidez limitaron el alcance de estos mensajes.

Es por esta situación que la fiscal general de Hawái, Anne López, anunció que comenzaría a realizar una revisión de las “políticas permanentes y de toma de decisiones críticas antes, durante y después de los incendios forestales en Maui”.

Este domingo, en una entrevista con la cadena CNN, la senadora demócrata por el estado insular Mazie Hirono dijo que no “pondría ninguna excusa” por las políticas que llevaron a los funcionarios a no activar las sirenas que habrían advertido a los residentes sobre el peligro.

“No voy a poner excusas por esta tragedia, pero la Fiscalía General ha iniciado una revisión de lo que pasó con esas sirenas y algunas de las otras acciones que se tomaron. Eso es lo que está pasando en este momento”, dijo Hirono, cuyas declaraciones fueron consignadas por el portal estadounidense Politico.

El jueves, el presidente estadounidense Joe Biden declaró la situación de desastre en Hawái y ordenó el envío de toda la ayuda federal necesaria para complementar los trabajos que estaban llevando adelante las fuerzas de seguridad y socorro estatales y locales en las áreas afectadas por los incendios.

El actual incendio es el mayor desastre natural en las islas Hawái desde el tsunami de 1960 que mató a 61 personas en la localidad de Hilo, si bien todavía queda lejos del tsunami de 1946, que dejó 158 fallecidos antes de que el territorio se convirtiera en un estado de Estados Unidos, en 1959.

La fuerte sequía que afectó las islas en los últimos meses, así como los fuertes vientos procedentes del huracán Dora, propiciaron que las llamas se extendieran con enorme rapidez, superando ampliamente la capacidad de respuesta inicial de los bomberos que operan en la zona.