En la ciudad de Jenín, en el territorio palestino de Cisjordania, el ejército israelí llevó a cabo una operación militar armada en un hospital y mató a tres personas a las que identificó como milicianos de Hamas y la Jihad Islámica. El operativo se desplegó en el hospital Ibn Sina, y fue organizado en forma conjunta por el ejército, la agencia de seguridad nacional Shin Bet y la unidad antiterrorista de la Policía.

Personas armadas ingresaron a ese centro de salud vestidas como médicos, enfermeros y mujeres musulmanas con velos. Subieron al tercer piso y allí dispararon contra los tres palestinos mientras dormían, informó Efe, que citó medios palestinos e israelíes.

Uno de los asesinados era el dirigente de Hamas Mohamed Jalamneh, confirmó la agencia. Según Israel, había estado implicado en “actividad terrorista recientemente” y se escondía en el hospital. Además, había entregado armas a otros milicianos para “promover ataques a tiros y planeaba un atentado inspirado en la masacre del 7 de octubre” cometida por Hamas en Israel.

Los otros dos, los hermanos Mohamed y Basel Ghazawi, eran integrantes de la Yihad Islámica, de acuerdo con el ejército. Un comunicado militar afirmó que Mohamed participó en “numerosos ataques, incluidos disparos contra soldados israelíes”, y Basel estuvo involucrado en “actividad terrorista”.

“Lo que pasó no tiene precedentes”, dijo un vocero del hospital, Tawfiq al-Shobaki, según citó France 24. “Nunca hubo un asesinato dentro de un hospital. Hubo detenciones y agresiones, pero no un asesinato”, agregó.

Para el Ministerio de Salud palestino, esto fue una “nueva masacre de la ocupación” dentro de los hospitales. La cartera señaló que “el derecho internacional proporciona protección general y específica para sitios civiles, incluidos hospitales, de conformidad con la Cuarta Convención de Ginebra y los Convenios de Ginebra de 1977 y de La Haya de 1954”. De acuerdo con la visión israelí, “fue neutralizada” una “célula terrorista que se escondía en el hospital Ibn Sina y planeaba llevar a cabo un ataque terrorista” pronto.

“No queremos convertir los centros médicos en campos de batalla, pero estamos mucho más decididos a no permitir que los hospitales de Gaza, Judea y Samaria [Cisjordania] o Líbano, ni en la superficie ni en túneles subterráneos bajo hospitales, se conviertan en refugios para el terror”, dijo el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari. Afirmó que los militares israelíes llegarán “a cualquier lugar donde esté Hamas”, según Europa Press.

En la Franja de Gaza también se han concentrado en los últimos días las operaciones militares en torno a un hospital, Al Amal, en la ciudad de Jan Yunis. Según informó la Media Luna Roja Palestina, cuatro personas murieron allí desde el lunes.

Mientras tanto, Qatar, Egipto y Estados Unidos impulsan un acuerdo entre Israel y Hamas. El líder político de Hamas Ismail Haniyeh manifestó que “el movimiento está abierto a discutir cualquier iniciativa o idea seria y práctica, siempre que conduzca a un cese integral de la agresión”.

A su vez, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, manifestó que no está dispuesto a retirar las tropas de Gaza, terminar con la ofensiva ni liberar a “miles de terroristas” palestinos a cambio de que Hamas entregue a los rehenes israelíes. “Nada de esto sucederá. ¿Qué sucederá? ¡La victoria absoluta!”, dijo este martes.

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, se disponía a dialogar con los principales países donantes de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), varios de los cuales anunciaron que dejarán de financiarla porque 12 de sus empleados fueron acusados por Israel de participar en los ataques de octubre.

“El secretario general está personalmente horrorizado por las acusaciones contra los empleados de la UNRWA [...] Pero su mensaje a los donantes, especialmente a aquellos que han suspendido sus contribuciones, es que al menos garanticen la continuidad de las operaciones” de la agencia, dijo el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, manifestó que su país no descarta retomar los aportes a la UNRWA. Señaló que esa agencia “desempeña un papel crítico al proveer asistencia vital a los palestinos, incluyendo alimentos básicos, medicinas y cobijo”, pero agregó: “Debemos examinar a la organización, cómo opera en Gaza, cómo gestiona a su personal, y asegurarnos de que quienes cometen delitos criminales respondan por sus actos”.