Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas en un ataque de las fuerzas israelíes sobre la ciudad de Rafah, localidad situada en el extremo sur de la Franja de Gaza, muy cerca de la frontera con Egipto.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había advertido sobre una ofensiva sobre la ciudad más austral del territorio gazatí, con el argumento de que allí se encuentran varios batallones activos de Hamas, la organización islámica que gobierna el enclave palestino, que está siendo bombardeado de manera sistemática desde el ataque del 7 de octubre sobre Israel que desencadenó la guerra.

La ofensiva israelí sobre Rafah generó muchas reacciones internacionales, debido a que esta ciudad es el último punto de escape de la población palestina desplazada de sus hogares en otros lugares de Gaza.

En este contexto, de acuerdo a lo que informó la Casa Blanca, el presidente estadounidense Joe Biden mantuvo este domingo una conversación telefónica de 45 minutos con Netanyahu, en la cual le planteó que Israel no debería lanzar una operación militar sobre Rafah sin un plan “creíble” para “proteger a los civiles”.

Esta fue la declaración más enfática emitida hasta el momento por Biden sobre esta operación militar.

El mandatario estadounidense, quien la semana pasada tildó de “exagerada” la ofensiva israelí sobre Gaza, pidió también pasos “urgentes y específicos” para llevar asistencia humanitaria a los palestinos, de acuerdo a lo que consignó Associated Press.

El canal 13 de la televisión israelí agregó que Biden y Netanyahu también tocaron durante su conversación las negociaciones para lograr la libertad de los rehenes retenidos en Gaza.

Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza se desplazaron hacia el sur buscando refugio en Rafah para escapar de los combates y están viviendo en condiciones extremas en campamentos de carpas y refugios administrados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En declaraciones a la cadena Fox este domingo, Netanyahu dijo que hay “amplio lugar al norte de Rafah para que vayan” los palestinos desplazados y señaló que Israel instruirá a los civiles con “volantes, y mensajes en los teléfonos celulares, para avisarles de corredores seguros y otras cosas”.

Paralelamente, organizaciones que trabajan en el lugar vienen advirtiendo que una ofensiva sobre Rafah podría empeorar la ya catastrófica situación humanitaria en Gaza, donde alrededor de un 80% de la población tuvo que abandonar sus viviendas y donde la ONU dice que una cuarta parte de la población está al borde de la hambruna.

La situación en Rafah generó una rotunda reacción de Egipto, que en un comunicado emitido por su cancillería advirtió sobre las graves consecuencias de una operación sobre dicha ciudad.

“Reiteramos nuestro total rechazo a las declaraciones de funcionarios israelíes sobre el lanzamiento de una operación militar en Rafah, advirtiendo de sus nefastas consecuencias a la luz de la catástrofe humanitaria” en ese territorio, recalcó el comunicado emitido por el gobierno de El Cairo.

Los egipcios agregaron que esta incursión militar, unida a la persistente política de Israel de obstaculizar el acceso a la ayuda humanitaria, tiene como objetivo final forzar el desplazamiento del pueblo palestino.

Según informaron agencias internacionales en base a declaraciones reservadas de fuentes árabes y también occidentales, Egipto amenazó con suspender su tratado de paz con Israel si Netanyahu da luz verde a la ofensiva total sobre Rafah.

El gobierno egipcio que lidera Abdelfatah El-Sisi advirtió en varias ocasiones que el eventual éxodo de los gazatíes fuera de sus fronteras, específicamente hacia la península del Sinaí, es una situación que no permitirá.