Este domingo, autoridades militares israelíes anunciaron la retirada de la mayor parte de las brigadas que estaban operando en la zona de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, aseguró que el objetivo del movimiento de tropas es preparar esas fuerzas para futuras operaciones, incluida la invasión sobre la localidad de Rafah, ubicada en el extremo sur del enclave palestino, junto a la frontera con Egipto, donde están viviendo hacinados un millón y medio de personas.

En apoyo a esta versión, Dmitry Gendelman, un asesor del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, dijo al diario ruso Izvestia que el ejército está en la fase final de sus preparativos previos a la incursión sobre Rafah, a pesar de la creciente presión que está ejerciendo Estados Unidos para que este paso no se dé.

“Los preparativos para un asalto a Rafah están en sus etapas finales. Las Fuerzas de Defensa de Israel necesitaban ampliar el trampolín para que las tropas avanzaran en todas las direcciones de la futura operación de asalto, así como para crear corredores humanitarios y preparar lugares para alojar a los civiles, quienes abandonarán la zona de combate”, afirmó el funcionario israelí.

Al mismo tiempo, y como viene sucediendo cada fin de semana, decenas de miles de personas salieron a protestar este fin de semana a las calles de Tel Aviv y Jerusalén, exigiendo que el gobierno actúe para lograr la liberación de los rehenes que están en Gaza, además de pedir la renuncia de Netanyahu y la realización de nuevas elecciones.

Fue en este contexto que un hecho marcó la crispación que existe en este momento en la sociedad israelí: durante una de las manifestaciones, en Tel Aviv, luego de insultarse con manifestantes, un automovilista arremetió contra ellos hiriendo a cinco personas, una de las cuales está en estado grave.

La situación de los rehenes también fue abordada por el jefe del Estado Mayor israelí, Herzl Halevi, quien, de acuerdo a lo que consignaron medios locales, expresó: “El retorno de los rehenes es urgente. El ejército es suficientemente fuerte como para que el Estado pague y haga las concesiones necesarias”.

Otro tema de preocupación entre la población israelí es la venganza que prometió Irán, luego de que dos comandantes de la Guardia Revolucionaria del gobierno teocrático de Teherán fueran asesinados en un ataque israelí no reconocido al consulado iraní en Damasco, la capital siria.

Paralelamente, y mientras Netanyahu y su gobierno siguen dando vueltas sobre el asunto, al tiempo que crece el desprestigio del país dentro de la comunidad internacional, delegaciones de Estados Unidos, Qatar, Israel y Hamas buscarán en una nueva instancia de negociaciones en El Cairo alcanzar una tregua, que implicaría el canje de la mayor parte de los rehenes israelíes que están en Gaza por presos palestinos.

Una delegación israelí y otra del movimiento islamista Hamas llegaron este domingo a El Cairo, de acuerdo a lo que indicó el medio egipcio progubernamental Al Qahera News, cercano a los servicios de seguridad del país, consignado por AFP.

Antes del comienzo de las conversaciones entre las partes –nunca directas entre Israel y Hamas, sino a través de los mediadores–, el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, recibió este domingo al director de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, William Burns.

En el encuentro, según informó mediante un comunicado el portavoz de la presidencia egipcia, Ahmed Fahmy, el mandatario y el funcionario analizaron los “esfuerzos conjuntos de Egipto, Qatar y Estados Unidos para establecer un alto el fuego en la Franja de Gaza”, así como la necesidad de “intensificar los esfuerzos para calmar la situación y detener la escalada militar”.

También desde Egipto, el jefe del Servicio Estatal de Información egipcio, Diaa Rashwan, anunció que su país aumentará a al menos 300 los camiones que ingresarán a Gaza por día para suministrar a la población palestina alimentos, ayuda médica y suministros de emergencia, informó El País de Madrid.

Con esta decisión, El Cairo pretende “acelerar la transferencia de ayuda humanitaria” a la Franja para “hacer frente a la grave crisis” que se vive en el lugar.