Una decena de universidades estadounidenses fueron esta semana escenarios de protestas contra la guerra en Gaza y en defensa del pueblo palestino, y también de intervenciones policiales en las que más de 400 estudiantes resultaron detenidos.

De acuerdo con The New York Times, la Universidad de Columbia, donde se instaló un campamento de protesta, fue la que enfrentó más detenciones, con 108 estudiantes arrestados desde el 17 de abril.

En la Universidad del Sur de California, 93 personas fueron detenidas y el miércoles se anunció que por las protestas se suspenderá la ceremonia de graduación de este año, prevista para mayo, en la que se esperaba la asistencia de 65.000 personas.

También en la universidad privada George Washington un centenar de manifestantes pedían el jueves que ese centro educativo no sea cómplice de lo que consideran un “genocidio”. Llamaban a los estadounidenses a oponerse a “financiar una matanza” y a actuar para “detener la máquina de la guerra”, de acuerdo con la agencia Efe.

Otro centenar de personas fue arrestado en el Emerson College de Boston, y 57 fueron detenidas en la Universidad de Texas, en Austin, donde el gobernador Greg Abbott envió policías a caballo para dispersar a los estudiantes. “Estos manifestantes deben ir a la cárcel”, dijo Abbott. El dirigente, que es una de las figuras del ala derecha del Partido Republicano, afirmó que las protestas eran “antisemitas”.

El congresista demócrata Greg Casar, también de Texas, opinó que “los estudiantes que se manifiestan –estés de acuerdo con ellos o no– tienen derecho a la seguridad y a un trato justo”, y dijo que “responder a manifestaciones pacíficas con armas y equipo antidisturbios aumenta la tensión y hace que todos estén menos seguros”.

Las manifestaciones se repiten en Harvard, Yale, Berkeley y el Instituto de Tecnología de Massachussetts, el MIT, y en algunos casos se desarrollan con contraprotestas por parte de estudiantes que defienden la actuación de Israel.

El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo ayer, mientras visitaba Pekín, que respeta el derecho a manifestarse, que “es un sello distintivo” de la democracia de su país, y que entiende “muy bien la frustración de los estudiantes”.

“Hay gente que tiene sentimientos fuertes, apasionados, sobre lo que está sucediendo en Gaza y en Oriente Medio, y lo entiendo”, dijo Blinken, pero cuestionó “que haya silencio sobre Hamas”, que en su opinión “debería rendirse de inmediato para poner fin a la guerra”.

También se pronunció sobre las manifestaciones el candidato republicano a la presidencia estadounidense, Donald Trump, que comparó estas protestas con las que hubo en 2017 en Charlottesville, donde supremacistas blancos violentos rechazaban que se retirara la estatua del general Robert E Lee, y hubo contramanifestaciones en respuesta. “Charlottesville es una nimiedad en comparación con los disturbios y las protestas contra Israel que están sucediendo por todo el país”, manifestó Trump en su red Truth Social. El dirigente responsabilizó al presidente Joe Biden, con quien competirá en las elecciones de noviembre.

Dentro del Partido Demócrata, las protestas generaron divisiones. Un sector, en el que se ubica el presidente, toma distancia de los manifestantes. Eso hizo, entre otros, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, quien cuestionó: “La gente que protesta pacíficamente es una cosa, pero no andan arrojando botellas y sillas”.

Otros dirigentes muestran mayor sintonía con los manifestantes. La congresista Ilhan Omar incluso los visitó en Minnesota. En la movilización, Omar habló con un megáfono y afirmó: “Estoy increíblemente conmovida por su valentía como cuerpo estudiantil, que pone sus propios cuerpos por delante para levantarse en solidaridad y hacer que pare el genocidio que tiene lugar ahora en Gaza”.