Cada dos años, la FAO celebra la Conferencia Regional Ministerial en América Latina y el Caribe, donde reúne a los 33 miembros de la región para monitorear los avances y abordar los desafíos en la lucha contra el hambre, la pobreza, la malnutrición y las desigualdades, así como también para lograr la transformación de los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.

En América Latina y el Caribe, el enfoque de la FAO respecto de los sistemas agroalimentarios ha sido efectivo para apoyar a los países a acelerar la Agenda 2030 y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Según nuestras últimas estimaciones, la prevalencia de la subalimentación en la región disminuyó en 2022 al 6,5%, del 7,0% en 2021, lo que significa que 2,4 millones de personas ya no sufren hambre. Sin embargo, este progreso se ha dado principalmente en Sudamérica (del 7% al 6,1%), mientras que la prevalencia del hambre ha permanecido casi igual en Mesoamérica (del 5% al 5,1%). En el Caribe, la subalimentación ha aumentado, pasando del 14,7% en 2021 al 16,3% en 2022.

Estas estadísticas apenas abordan los desafíos actuales que enfrentan los sistemas agroalimentarios en la región, que incluyen las consecuencias de la crisis climática, las desigualdades económicas y la dependencia de productos básicos.

Aunque la región es un exportador neto de alimentos y contribuye con el 13% de la producción alimentaria global, la dependencia de importaciones y exportaciones de productos básicos expone a los sistemas agroalimentarios a una volatilidad macroeconómica e inestabilidad geopolítica, afectando negativamente los precios de los alimentos y los ingresos, y generando resultados adversos para la seguridad alimentaria y la nutrición.

La 38ª Conferencia Ministerial Regional de la FAO se está llevando a cabo en Guyana, del 18 al 21 de marzo de 2024. Esta reunión es una oportunidad significativa para que los países miembros fortalezcan el pensamiento innovador, de manera individual y colectiva, y construyan capacidades para adaptarse al escenario presente y futuro de los sistemas agroalimentarios en la región.

Con la participación de los gobiernos y todos los socios, la Conferencia tiene como objetivo forjar un consenso sobre planes de acción sobre alimentación y agricultura, y defender el derecho humano fundamental a la alimentación de manera abierta, transparente e inclusiva.

La experiencia en América Latina y el Caribe muestra que lograr sistemas agroalimentarios sostenibles requiere esfuerzos multisectoriales y concertados. Combatir el hambre es un acto de responsabilidad colectiva, y gracias a una próspera integración regional se han logrado resultados tangibles. La FAO continúa trabajando a través de foros internacionales y multilaterales relevantes a nivel regional y global para resaltar la agenda de seguridad alimentaria y acelerar acciones para avanzar en la transformación de los sistemas agroalimentarios.

La experiencia en América Latina y el Caribe muestra que lograr sistemas agroalimentarios sostenibles requiere esfuerzos multisectoriales y concertados.

El compromiso y liderazgo de los miembros de la FAO, así como los esfuerzos colectivos de todos los socios y partes interesadas, son esenciales. Se necesita una visión compartida, preparación, responsabilidades y acuerdos de implementación para alcanzar nuestros objetivos. Destaco la importancia de las colaboraciones y asociaciones en toda la región de América Latina y el Caribe.

En los últimos años, se han dado pasos significativos para consolidar diversas perspectivas y llegar a un consenso regional que establecerá el plan de trabajo de la FAO en la región para el próximo bienio.

Actualmente, la FAO está implementando alrededor de 400 proyectos nacionales, subregionales y regionales en América Latina y el Caribe que han incorporado a millones de hogares a la cadena de valor agroalimentaria.

Además, hay evidencia de que las iniciativas globales de la FAO, como Mano de la Mano, 1.000 Aldeas Digitales y Un País, Un Producto Prioritario, han impactado positivamente a los agricultores, especialmente a pequeños productores, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y grupos marginados y poblaciones rurales.

En la Conferencia Ministerial Regional, la FAO se enfoca en cuatro prioridades interconectadas que reflejan las cuatro mejoras establecidas en su Marco Estratégico 2022-2031: mejor producción, mejor nutrición, un mejor ambiente y una mejor vida, sin dejar a nadie atrás.

Estas prioridades buscan catalizar la transformación de los sistemas agroalimentarios, mejorando la eficiencia, inclusividad y sostenibilidad en la producción; erradicando el hambre y avanzando en la seguridad alimentaria y nutrición; promoviendo la gestión sostenible de los recursos naturales y la adaptación a la crisis climática, y abordando las desigualdades, la pobreza y fomentando la resiliencia.

La integralidad del Marco Estratégico, para la próxima década, nos brinda la oportunidad de observar detenidamente nuestros sistemas agroalimentarios, identificar áreas que necesitan mejora y tomar las acciones apropiadas. La FAO brinda a sus miembros experiencia técnica, asistencia y apoyo, a través de sus oficinas regionales, subregionales y nacionales, para garantizar una implementación efectiva en apoyo de la Agenda 2030 y los ODS. Mi enfoque está en fortalecer las oficinas de la FAO en los países para maximizar su impacto en el terreno y respaldar el trabajo de nuestros países miembros a nivel nacional.

Nuestro principal objetivo para la región sigue siendo claro: mejorar la producción de alimentos y garantizar que todos tengan acceso a alimentos nutritivos, protegiendo al mismo tiempo los recursos naturales y reduciendo las desigualdades, la pobreza y el hambre. Debemos producir más con menos. Para ello, necesitamos aprovechar el potencial de la cooperación, el comercio, la inversión y el uso de la innovación y la tecnología dentro de la región y con otras regiones.

En la FAO hemos realineado y reorientado nuestros esfuerzos para apoyar a los miembros a acelerar esta transformación. Hemos adoptado estrategias operativas ágiles, entregando datos y apoyo analítico oportunos, hemos mejorado nuestro compromiso con los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y las instituciones financieras internacionales. Hemos establecido asociaciones transformadoras con todos los actores clave. La FAO, reformada y reestructurada, está ahora mejor equipada, alineada a su mandato y ya está trabajando en esta transformación en beneficio de las personas, el planeta y la prosperidad.

Qu Dongyu es director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).