En Barcelona, la escalada de la violencia en las protestas en apoyo al rapero encarcelado Pablo Hasél está levantando cada vez mayor inquietud en el gobierno autonómico, que reconoce que Cataluña vive una situación de “dificultad extrema” y teme que, de seguir esta tendencia, pueda haber víctimas mortales.

Esta situación de violencia callejera, que se está repitiendo desde hace más de una semana, se da precisamente en el momento en que el modelo de seguridad es uno de los puntos que están en discusión para la formación de un nuevo gobierno independentista, luego de los resultados electorales registrados el 14 de febrero.

La gota que colmó el vaso se registró el sábado, día en que se realizó una nueva protesta convocada por entidades nacionalistas en que participaron alrededor de 4.000 personas, según la Guardia Urbana. Según informó RTVE, a diferencia de las manifestaciones anteriores, centradas en pedir la libertad de Hasél, en esta ocasión se sumaron otras reivindicaciones sociales y de carácter independentista, que reclamaban la “amnistía total, la disolución de los antidisturbios, autodeterminación y pan, techo y trabajo”.

Al principio la marcha transcurrió en forma pacífica, pero en las primeras horas de la noche, cuando la mayor parte de la gente comenzaba a dispersarse, un grupo de más de 100 personas comenzó a protagonizar todo tipo de actos de vandalismo. Se destrozaron decenas de sucursales bancarias, además de otros negocios, y en la zona de la rambla de Barcelona, los asaltantes atacaron una comisaría y prendieron fuego con líquido inflamable una camioneta policial en cuyo interior se encontraba un agente, que logró escapar del vehículo.

Ante estos hechos, este domingo el conseller de Interior, Miquel Sàmper, en una entrevista con Catalunya Radio, reconoció que Cataluña vive unos momentos de “dificultad extrema” y pidió que se deje trabajar a los Mossos d’Esquadra “en paz y tranquilidad”, sin tener que aguantar la presión que están suponiendo las negociaciones para formar el nuevo Govern.

Las palabras de Sàmper hicieron alusión a las exigencias de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), partido nacionalista de izquierda que condiciona su apoyo a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat) para la formación de un nuevo gobierno a la disolución de la Brimo, la unidad antidisturbios de los Mossos. “Para mí no es negociable”, expresó Sàmper, quien agregó que “pedir que no haya orden público es hacerle un flaco favor a la ciudadanía”.

Según el diario La Vanguardia de Barcelona, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, informó que prevé reunirse a la brevedad con el presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y con Sàmper, para valorar si se pueden tomar más medidas preventivas en las protestas en apoyo a Hasél.

Colau se presentó este domingo en la comisaría de la rambla atacada el sábado, junto al teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, y el jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez.

Por su parte, sindicatos de policías nacionales, autonómicos y locales expresaron su condena ante los repetidos actos violentos registrados en Barcelona. En este sentido, el sindicato de agentes de la Policía Local Sapol anunció que presentará una denuncia penal contra los responsables de prender fuego la camioneta. “Mientras los políticos se esconden, nosotros haremos lo necesario para que todo el peso de la Justicia caiga sobre los responsables”, expresó el sindicato en un tuit publicado el domingo y recogido por el portal Europa Press.

Mientras tanto, desde el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se condenaron en forma rotunda los disturbios.

El secretario de Relaciones Institucionales del PSOE y vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, expresó “con contundencia y sin paliativos” la condena “más enérgica” contra todos y cada uno de los hechos que se produjeron en la noche del sábado en Barcelona. “Creemos firmemente en que todo se puede defender en nuestro país, pero nunca la libertad se puede defender con violencia”, afirmó el jerarca socialista, de acuerdo a lo que consignaron medios españoles.

En la misma línea, el funcionario remarcó que el PSOE está “en contra de la violencia, en contra del vandalismo” y que se pone “del lado de la Guardia Urbana, de los Mossos y de la Policía”.

También habló en las últimas horas Salvador Illa, exministro de Salud que dejó su cargo para presentarse como candidato a la presidencia catalana. Illa dijo este domingo que “quien no condene explícitamente la violencia y quien no dé apoyo a los Mossos d’Esquadra, a las fuerzas y cuerpos de seguridad, está inhabilitado para gobernar”. El dirigente socialista catalán dijo esto luego de que se le preguntara por qué ERC y la CUP anunciaron el sábado un preacuerdo para replantear justamente el modelo de seguridad en Cataluña, en el marco de las negociaciones poselectorales para conformar gobierno.

Illa reiteró su “apoyo explícito y sin fisuras” a los cuerpos policiales, particularmente a los Mossos d’Esquadra y a la Guardia Urbana, a quienes agradeció su profesionalidad, como ya lo había hecho el sábado en un tuit tras conocerse los violentos incidentes.

“Esta escalada de la violencia se tiene que acabar, y corremos el riesgo de que se nos escape de las manos si no se actúa con la debida contundencia”, agregó Illa.

Desde la oposición, el Partido Popular (PP) pidió una reacción inmediata del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaksa, y le exigió que convoque una reunión de “urgencia” de la Junta de Seguridad en Cataluña para detener ya el “terrorismo callejero” en Barcelona y otras ciudades catalanas, según informó el diario El Mundo.

Desde el sector derechista se afirma que el ministro está “absolutamente desaparecido” y se preguntan por qué el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tampoco “hace nada”.

Ante la dimensión de los altercados, que el PP “condena” de una manera “absoluta”, reclaman a Marlaska que “reaparezca” ya y que se involucre decididamente para contener esta situación.

Para el PP, lo que está ocurriendo en Cataluña no son manifestaciones, sino “terrorismo callejero”, y denuncia que el sector de Unidas Podemos en el gobierno “no lo está condenando”. El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, dijo que Sánchez es el presidente “de la mentira, de la ineficacia, y el que tiene en el Consejo a unos ministros que no condenan la violencia”, y le recriminó que ante esta situación “no ponga en su sitio” a Pablo Iglesias.