Un año atrás el presidente Luis Lacalle Pou participó en la inauguración en Treinta y Tres de la planta de la cementera de capitales brasileños Cielo Azul, y allí ratificó la intención del gobierno de asociar a Ancap con un privado en el negocio del pórtland, que arrastra déficit desde hace años. Luego de eso, las autoridades de la empresa estatal comenzaron a dar distintos pasos y este jueves se aprobó el inicio de la etapa final rumbo a la incorporación de un inversor privado, que se estima podría estar elegido hacia mitad del año próximo.

Con el voto de los integrantes del oficialismo y el rechazo del director por el Frente Amplio, “Ancap aprobó las bases para un llamado competitivo para la concreción de una asociación industrial y comercial en el negocio de cementos y cal”, informó el ente público. Esto significa, según explicó a la diaria Alejandro Stipanicic, presidente de Ancap, el inicio formal del “llamado a interesados”, luego de un proceso de casi un año en que se recabaron consultas de unas 17 firmas privadas.

La empresa detalló lo siguiente respecto al proceso que se inicia: “Se realizará en dos etapas. Por un lado, una etapa preparatoria que consiste en la convocatoria a expresiones de interés, acceso a información detallada y un posterior diálogo competitivo -reuniones con los interesados a fin de intercambiar consideraciones sobre la visión futura de los negocios y las posibles formas de asociación-. La segunda etapa es la contratación, donde en función de los elementos surgidos en la etapa anterior, Ancap elaborará las bases y condiciones del llamado público a asociación y definirá los términos de la convocatoria”.

Stipanicic explicó que desde hace meses se estaba trabajando con la Agencia Reguladora de Compras Estatales para definir los criterios del proceso, que tiene características especiales, y a la espera del aval del Tribunal de Cuentas. Según dijo a la diaria el director frenteamplista Vicente Iglesias, el organismo de contralor remitió dos informes, uno en mayoría avalando las definiciones de Ancap y otro en minoría con una visión crítica -al que él adhiere-, donde se plantea que cualquier paso de asociación con un privado requiere de una autorización legislativa.

Más allá de que las condiciones de la asociación son a conversar en la etapa que se inicia, el presidente de Ancap adelantó que se buscará continuar “con las plantas operando”, y se exigirá que la piedra caliza “sea industrializada en Uruguay, no se puede llevar el producto terminado”. “Queremos trasladar el riesgo del negocio [al socio privado] y dejar de poner dinero” en el negocio del pórtland, resumió.

Ancap cuenta con dos plantas de producción de pórtland, en Minas y Paysandú, y una tercera en Manga, centrada en aspectos logísticos. Según la Federación Ancap (Fancap), el negocio del pórtland emplea en total a unas 550 personas, aproximadamente la mitad empleados de Ancap y otros que realizan servicios que se han tercerizado.

Denuncian privatización

La presidenta de Fancap, Natalia Belo, dijo a la diaria que aún aguardan información sobre este nuevo paso para la asociación con un privado, pero el proceso ya iniciado cuenta con el rechazo del sindicato. “Nos genera muchas dudas el diálogo competitivo porque se juega a cartas vistas con privados a los que después se les va a armar un pliego licitatorio. Para nosotros debe haber un paso legislativo que es fundamental, porque se afecta la ley de creación de Ancap”, señaló.

Agregó que se trata de “una privatización que claramente va en contra de la voluntad popular de 2003 de que Ancap debe permanecer estatal y pública; para nosotros la alternativa [para el negocio del pórtland] es una mejor gestión del Estado y no abandonar un lugar estratégico a manos del capital privado para achicar el Estado”.

Según declaró Belo, el sindicato está “en estado de alerta” y procurará “apoyos a nivel político, legislativo” y de las intendencias departamentales donde funcionan las plantas. La sindicalista dijo que el pórtland brinda puestos de trabajo en Paysandú y Minas, “dos lugares del país muy golpeados” en términos laborales. 

Sobre el futuro de los puestos de trabajo, Iglesias advirtió que no hay ninguna garantía de continuidad al menos de momento en lo aprobado por el directorio de Ancap. Sin embargo, Stipanicic aseguró que la mitad que son funcionarios de Ancap “tienen el sueldo asegurado” y se les abrirían distintas opciones en caso de avanzar con la asociación: trabajar en otro sector de Ancap, ir a trabajar al socio privado con “licencia extraordinaria en Ancap”, una jubilación anticipada con “incentivos de retiro” o una renuncia también con “incentivos”. 

Para distintos grupos de trabajadores se pensará “cada alternativa”, dijo el jerarca, además de afirmar que las plantas hoy operativas al menos en los próximos años no tendrán reducción de personal más allá del proceso de asociación. Para Belo de Fancap, “un eventual pasaje a la empresa privada precarizará la situación de los trabajadores”.

Las posibilidades

Por otro lado, Ancap firmó en la década del 90 un contrato de asociación con la cementera argentina Loma Negra, que tiene menos de 1% de las acciones del negocio del pórtland. En virtud de ese acuerdo inicial y los cambios al contrato efectuados hace una década, se estableció que Loma Negra tendrá una cláusula de prioridad de hasta 60 días para igualar la oferta del ganador de la futura licitación, una cuestión que Iglesias del FA cuestionó.

Sobre el proceso iniciado y la posibilidad de sumar a un inversor privado, una fuente de Ancap comentó que tres empresas extranjeras estarían entre las principales interesadas, para poder trabajar hacia los mercados de Argentina y Brasil. 

En Uruguay la firma Cementos del Plata de Ancap tiene un tercio del mercado, cuando años atrás tenía la mitad; el resto se lo reparten entre el líder sectorial Cementos Artigas, de capitales españoles y brasileños, Cimsa SA, que tiene como accionistas a Diego Godín y Diego Lugano, y Cielo Azul, el nuevo competidor que entró al negocio a mediados del año pasado tras inaugurar la mayor planta de cemento del país en Treinta y Tres. 

De acuerdo a los balances de la empresa, el pórtland mostró un rojo de 9,5 millones de dólares en el primer semestre de 2022, al tiempo que arrojó pérdidas el año anterior de 3,8 millones de dólares. En 2020 el resultado negativo de esta unidad de negocios fue de 2,4 millones de dólares y en 2019 fue negativo en ocho millones de dólares. Previamente, por ejemplo perdió 33 millones de dólares en 2013, y Ancap señaló en un comunicado tiempo atrás que el pórtland “presenta un resultado deficitario desde hace más de 20 años y viene impactando negativamente en el costo de los combustibles”.

En contraposición a esto, Iglesias del FA negó que las pérdidas del negocio del pórtland tengan implicancia en el valor del combustible, y dijo que ninguna asociación permitirá una baja en las tarifas. “Se usa el pórtland como excusa para esconder que vinieron a bajar los precios del combustible y no cumplieron”, sentenció.

Además, el opositor, al igual que Fancap, tiene preocupación por la forma en que el inversor privado como parte del acuerdo tendrá acceso a los yacimientos de piedra caliza, la materia prima principal para la elaboración del cemento. El sindicato planteó tiempo atrás que se va a entregar “un patrimonio de 10.000 millones de dólares a cambio de cobrar un costo marginal; en el fondo la cuestión es entregar riqueza del país”. Hoy Ancap tiene permisos para extraer el material mediante un proceso de perforación y voladura utilizando explosivos en los yacimientos; es intención del gobierno que el privado pague por esos permisos, pero mantener la propiedad de la materia prima.