Dentro del Quincho de Varela, en la chacra del expresidente José Mujica, se realizó este martes el lanzamiento de la Jornada Latinoamericana de Integración de los Pueblos, que se llevará a cabo durante tres días, del 7 al 9 de diciembre, en Foz de Iguazú, el lugar donde se tocan las fronteras de Brasil, Argentina y Paraguay.

Estas jornadas, impulsadas por diversos movimientos sociales del continente, se basan en la necesidad de juntarse “más que nunca”, porque “estamos muy divorciados”, afirmó Mujica en rueda de prensa. De acuerdo al exmandatario, “el mundo se está apretando y la gente de nuestra América no tiene incidencia”. De esta forma, “lo más dramático, y el origen de estas reuniones, es lo que nos pasó con la pandemia: somos el 6 o 7% de la población mundial y pusimos el 30% de los muertos”.

“Fuimos incapaces de juntarnos para sacar una política continental y presionar a los poseedores del conocimiento”, continuó el exmandatario, y consideró que de haber sido así, se habría “salvado la vida de mucha gente”, pero “ni siquiera amagamos de juntarnos, cada cual revoleó el poncho y salió por su cuenta”.

Mujica hizo hincapié, además, en que no se trata de juntarse para ponerse de acuerdo y darse “besitos en la mejilla”, sino “para defendernos en el mundo en el que vivimos”. En ese sentido, consideró que hay que “dejarse de ‘no me gusta, que es de izquierda, que es de centro y esto’, porque, si no, no nos vamos a juntar ni en el año del golero”.

Ligado a esto, Mujica fue consultado por las elecciones presidenciales en Argentina, que tuvieron su primera vuelta el domingo, cuando el peronismo sacó diez puntos porcentuales más que en las primarias de agosto y se ubicó como la primera fuerza política del país, bajo la candidatura de Sergio Massa. “El peronismo es un fenómeno de la Argentina. No es un partido político, es una mística”, señaló Mujica, como ya lo había planteado con anterioridad.

Para el expresidente, el peronismo es un movimiento que “tiene gente de todos lados, y eso lo construyó la historia argentina”, y estas cualidades “no son cosas trasplantables”, opinó.

Sobre cómo ve el balotaje del 19 de noviembre, Mujica prevé que será “parejo”, pero dijo apostar “por Massa” no “porque sea Dios o porque sea perfecto”, sino porque “el otro”, en alusión a Javier Milei, “me parece un mono con una ametralladora”. Si bien dijo que no hará “campaña” en Argentina, al ser consultado sobre si se reunirá con el candidato de Unión por la Patria, señaló que “es posible que a algún amigo argentino vea”.

Retomando el análisis sobre Milei, Mujica dijo que no le “impresionan” sus “ideas”, sino que le “impresionan más los gestos, esos ataques que le vienen”, y entendió que “se engalanó demasiado con el éxito, exageró las gestualidades y asustó a mucha gente”. Asimismo, tampoco dijo estar sorprendido por la base electoral que construyó el candidato libertario en dos años por “los que votaron a Hitler”, al que “votó el pueblo alemán, que era el más culto y el más desarrollado de Europa, pero estaba enloquecido por una hiperinflación” que es “capaz de enloquecer una sociedad”. De todas formas, dijo tener claro “que nos conviene que la Argentina salga de este pantano”.

“Si no nos juntamos, no existimos”

Ya dentro del quincho, durante la presentación de las jornadas, Mujica se refirió a la integración regional. En su discurso, reflexionó que desde que los países de América Latina surgieron fue “más importante comunicarse con París o con Londres que entre nosotros”, y que desde entonces “hemos seguido así”, pero “ahora nos damos cuenta de que para defender lo poco de soberanía que nos queda en un mundo cada vez más global, si no nos juntamos, no existimos”.

Mujica criticó que “no tenemos el hábito de consultarnos entre nosotros, de juntar a nuestros pueblos, tenemos enormes deudas sociales, necesitamos mercado y tenemos un mercado formidable” con “contradicciones” como las de Uruguay, un “pequeño país” que pertenece “al Mercosur” y le vende “más a San Pablo que a cualquier país europeo”; sin embargo, “teóricamente despreciamos lo que tenemos, en lugar de pelear para mejorarlo”.

El exmandatario sostuvo que “ahora necesitamos, por nuestro interés más pedestre, más nacional, una política de colaboración entre todos los latinoamericanos para multiplicar nuestra fuerza en el mundo”, porque “de lo contrario no existimos”, evaluó.

Esto, marcó, “no es sólo una bandera de izquierda”, sino que “va más allá y vamos más allá de nuestro tiempo, porque no podemos hacer cosas para que mañana haya un cambio político circunstancial” y se borre lo hecho, sino que “tenemos que darnos cuenta de que tenemos que ser inclusivos y ser abiertos, y no ser fanáticos”, más allá de que “eso no significa abdicar”, sostuvo.

Samper: el movimiento social es “una gran vacuna contra la tiranía”

“Lo que pasó es que los argentinos tomaron el avión de Aerolíneas Argentinas, que es el avión de la sensatez y de la institucionalidad”, dijo al comienzo de su oratoria el expresidente de Colombia Ernesto Samper. Esto, sumado al recuerdo de la conmemoración del golpe de Estado en Chile, lo llevó a concluir que “parece que América Latina ya está vacunada contra los golpes militares cruentos”.

“Sin embargo, la democracia sigue amenazada, su gobernabilidad sigue amenazada y hay unos poderes fácticos que no están interesados en que la democracia funcione”, es por eso que no se puede “bajar la guardia respecto a la democracia”, advirtió. Una de las formas de defenderla, señaló, “es a través de la igualdad”, que “no es un problema de libertad; la libertad sin igualdad es una caricatura de libertad”.

Samper reivindicó “la necesidad de que haya unos proyectos sociales profundos”, y es por eso que atendió “el llamado que ha hecho el compañero Pepe Mujica, para que vengamos aquí a reiterar nuestras convicciones en favor del movimientismo social como una gran vacuna contra la tiranía y el autoritarismo”.

“Vengo de un país que ha sufrido muchísimo por la violencia y por el conflicto armado, tenemos más de nueve millones de víctimas, 100.000 desaparecidos, 280.000 víctimas mortales”, por eso se debe “pasar bien el puente” y para ello se necesita “verdad, justicia y sobre todo un propósito de nunca más”, cerró el exmandatario.