Varias decenas de personas se acercaron este viernes a la Huella de Seregni para presenciar una mesa de debate sobre “feminismos e izquierdas” impulsada por el Frente Amplio (FA), que contó con la exposición de la filósofa y teórica feminista española Clara Serra, en un momento en el que la oposición tiene distintos frentes abiertos, entre ellos, su construcción programática.

Previo a la exposición de la académica, tomó la palabra el presidente del FA, Fernando Pereira, quien entendió que se vive un “cambio de época” que también implica “un cambio político”. “Nunca le vamos a pedir al otro que piense por nosotros, pero le vamos a pedir que nos ayude a pensar, y nosotros hemos ido a ayudar a pensar a otros y de eso se trata la izquierda; y la izquierda cruzada íntimamente por los feminismos”, sostuvo Pereira. Y agregó: “Cuando [el feminismo] no la atraviesa, la izquierda pierde”.

En tanto, Lilián Abracinskas, integrante de Mujer y Salud Uruguay -organización encargada de traer a Serra a Uruguay-, llamó a pensar “de qué feminismo hablamos” y “cuál es el feminismo que queremos”. En esa línea, consideró que “el feminismo al que adscribe gran parte del movimiento feminista de este país es el que quiere cambiar el mundo y que quiere cambiar el mundo por el bien de toda la humanidad”.

“En los últimos tres años asistimos a un deterioro de las conquistas”, continuó. “Es impresionante cómo rápidamente lo desacelera, lo rompe, y pone en cuestión a quienes impulsamos esa agenda”, reflexionó. “Se nos pone como el enemigo a destruir: hoy el feminismo, para los grupos de derechas, es el comunismo”, sentenció.

Sin embargo, “lo que son capaces de hacer ya lo sabemos, no lo estamos descubriendo ahora; lo que tenemos que ver es si [nos] dejamos pegar, qué tan difícil es borrarnos de la faz de la tierra”, expresó.

A su turno, Serra comenzó su exposición preguntándose “¿qué perspectivas tienen que abrirse?” en el feminismo, al que consideró “uno de los movimientos indiscutibles de la última década”, que ha “pasado al centro” de la política y que ya no se encuentra en “un rincón”, ocupando una “posición menor”.

Este pasaje al centro de la actividad política, según Serra, es algo a “celebrar”, pero que también genera “tensiones e incomodidades en las mujeres sobre cómo pensar el feminismo”, en vista de que “si está en un lugar central, ya no es sólo de las mujeres”.

Para Serra, se debe “empezar a flexibilizar” el “sujeto” del feminismo y “considerar que vendrán a hablar de feminismo, a defender el feminismo, a reflexionar, gente nueva que antes no estaba”, en el entendido de que “la manera mas revolucionaria y mas ambiciosa es recordar que nuestra identidad feminista tiene que ser un medio al servicio de cambiar el mundo” y no estar al servicio “de perpetuar un lugar donde siempre nos sintamos cómodas”.

Sin embargo, en cuanto se hace ese “movimiento de apertura”, tiene que haber “uno de cierre”, puesto que la masificación de la lucha feminista, según Serra, implica “abordar los desafíos que tienen delante de sí las izquierdas” y “combatir el neoliberalismo”, que se embandera con ciertos postulados feministas y que “está muy cómodo defendiendo la presencia de mujeres en determinados espacios de poder”, por lo que llamó a prestar atención sobre “qué usos ha hecho el neoliberalismo del feminismo en las últimas décadas”.

Así las cosas, “el feminismo no está para defender ese proyecto neoliberal”, sino que tiene que ser un movimiento “que se interseccione con otras demandas de la sociedad” y que se aleje de “las luchas” que atienden únicamente “las luchas de las mujeres”, indicó. En ese sentido, apuntó que no son “ajenas las luchas antirracistas, trans, LGBTI+”, ya que considera que “es una derrota no abordar la oportunidad de potencia política que tiene el feminismo”.

“Es un frente estratégico que puede abordar luchas, porque las mujeres pensionistas pueden ser portavoces de un movimiento, porque las mujeres migrantes están en condiciones de atender una situación de injusticia para las personas migrantes” y se habla “de bienestar para el conjunto de la sociedad”, algo que para Serra, “está más claro en el contexto latinoamericano, un contexto que hace un discurso de clase”. Sin embargo, también “hay una izquierda que no está entendiendo esta potencia del feminismo”.

Entre quienes eligen no levantar esas banderas, según Serra, se da una “reacción conservadora” que ve al feminismo “como el enemigo y a las mujeres como enemigas; son lugares donde las extremas derechas están invirtiendo”, sectores que “tienen un voto hipermasculinizado” y “que les habla a los hombres y explota esto de la 'guerra de sexos'”. No obstante, observó que estos discursos, que proponen “una vuelta a lo que 'significa ser mujer'”, pueden encontrarse también en lugares “que dicen ser de izquierda”. En este sentido, “los feminismos que enfrenten a las derechas y a las izquierdas reaccionarias no pueden compartir el marco de la lucha de sexos”, concluyó.