En algunas notas de prensa, a Jorge Chileno Rodríguez se lo catalogó como un “zurcidor” de acuerdos. Quizá es por eso que hoy, además de ejercer la presidencia del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se desempeña como coordinador político de la campaña presidencial del senador Mario Bergara, que en los últimos días ha sido cuestionado en el Frente Amplio (FA) por el timing con el que presentó su propuesta de un diálogo interpartidario sobre seguridad, y desde su propia corriente, Convocatoria Seregnista-Progresistas (CSP), se ha puesto en tela de juicio la continuidad de su campaña.

Rodríguez sostiene que el diálogo sobre seguridad es “la mejor señal” para enviar durante el año electoral, mientras que les resta importancia a los cuestionamientos hacia una candidatura que, asegura, están siempre “evaluando”, según afirmó en esta entrevista con la diaria.

En una elección interna que parece polarizada entre dos opciones, ¿cómo se enfoca una campaña para una tercera alternativa, en este caso, Bergara?

Lo importante es definir para qué tenemos la candidatura de Mario Bergara. En primer lugar, él tiene una trayectoria política y condiciones personales que perfectamente lo habilitan para ser presidente de la República, pero la postulación busca básicamente poner arriba de la mesa y expresar públicamente que el FA tiene, además de sus dos grandes patas expresadas en las candidaturas de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, es decir, el MPP [Movimiento de Participación Popular] y la 1001 y sus aliados, una tercera pata que nosotros creemos esencial, que es Convocatoria Seregnista-Progresistas. Cuando lanzamos la candidatura de Bergara en agosto del año pasado, la polarización entre los otros candidatos ya estaba dada, sabíamos que entrábamos en un escenario polarizado, pero resolvimos entrar igual porque nos pareció que el FA necesitaba vitalmente la expresión de un tercer espacio importante.

De todas formas, los números no marcan que vaya a ser una elección de tercios.

La esencia de nuestra candidatura va más allá de los números, está en valorar que para el FA es vital que se expresen las tres grandes visiones internas. Naturalmente que lo vamos a ir monitoreando, como en cualquier campaña, e iremos definiendo los pasos a dar.

¿Qué tipo de definiciones se toman en el comando de campaña?

Las de línea política, la línea estratégica y las definiciones centrales de la campaña. Cuando largamos la candidatura el año pasado, simultáneamente aprobamos las señas de identidad de CSP, en las que expresamos las líneas más importantes de nuestro pensamiento. Ese tipo de documentos se discuten en esos ámbitos de coordinación.

¿Ahí se definió lo que fue este comienzo de año de Bergara: salir fuerte con publicaciones en redes y la propuesta del diálogo sobre seguridad, mientras los otros candidatos no estaban activos?

No hubo una decisión de salir para aprovechar que los otros candidatos descansaban. Sí pasó que el tema de seguridad lo estábamos trabajando desde diciembre y definimos en ese ámbito salir los primeros días de enero. Eso sí fue una definición política, porque nos parecía que era importante empezar el año con una cuestión central de nuestro proyecto político. Una de las características más importantes del seregnismo y de la candidatura de Mario Bergara es que no creemos en la grieta en Uruguay y creemos que hay algunos temas nacionales que deben ser políticas de Estado. Nosotros sabemos que el concepto de política de Estado es un concepto controvertido, tanto en derecha como en izquierda.

¿Por qué dice que es controvertido? Todos los políticos hablan de la necesidad de generar políticas de Estado en Uruguay.

Pero no todo el mundo cree que puede haber acuerdos entre derecha e izquierda en algunos temas, hay algunos escépticos. Nosotros somos firmes partidarios de las políticas de Estado, que no es que expresen una unanimidad de opinión, sino que hay temas en los que tenemos que buscar acuerdos. Por otro lado, decir que somos partidarios de la política de Estado no quiere decir que estemos de acuerdo entre oposición y gobierno en todos los temas ni mucho menos, por algo estamos en veredas distintas. Nosotros postulamos que hay algunos temas de la vida nacional, de la vida política y social del Uruguay que requieren acuerdos de todos los partidos políticos y de la sociedad civil. Estamos convencidos de que la seguridad no se soluciona en un período de gobierno, requiere una perspectiva de mediano y largo plazo y, por lo tanto, requiere acuerdos nacionales. Yo sé que nos han dicho que proponemos esto en el año electoral, algunos opinan que no es oportuno.

Da la impresión de que en el FA no se rechaza esta idea, pero es cierto que se hace en un año electoral en el que quizás las fichas no están puestas precisamente en el diálogo.

La mejor señal que el sistema político le puede dar a la población es que en pleno año electoral tengamos la capacidad de expresar la definición de que queremos esa política de Estado. Eso no es incompatible, perfectamente cada uno de los partidos podemos mantener y sostener nuestras visiones particulares sobre el tema seguridad, pero simultáneamente sentarnos a dialogar. La campaña electoral no tiene por qué ser encarada de forma tal que no pueda haber puentes ni líneas de acuerdo entre gobierno y oposición. Somos firmes opositores a este gobierno, pero creemos que hay algunos temas que se pueden conversar desde ahora.

También lo que se dice desde el propio FA es que en diciembre se aprobó un programa y esta es la propuesta de un precandidato, no de la fuerza política, y se quiere que esta discuta algo que no tiene en sus bases.

[Saca las bases programáticas de una pila de papeles que tiene en el escritorio.] Está muy bien el preocuparse por el programa, todos los candidatos están comprometidos con su cumplimiento, pero como lo tengo a mano lo voy a leer. El capítulo de seguridad termina con una frase que dice: “Realizar esfuerzos significativos y sistemáticos para intervenir en acuerdos de amplio alcance social y político”. A eso nos manda el programa del FA. La propuesta de buscar un diálogo y darle una categoría de política de Estado está prevista en el propio programa del FA. No lo contradecimos, sino que simplemente lo desarrollamos y es natural que los candidatos tengan líneas de desarrollo del programa comunes.

¿Y por qué no se presentó primero en instancias orgánicas del FA? Primero se dio a conocer a través de una rueda de prensa.

Lo primero que hicimos fue enviarle la propuesta a Fernando Pereira en calidad de presidente del FA para que hiciera las consultas necesarias. De todas formas, la nota fue presentada varios días antes de que se hiciera pública.

La nota se hace pública después, pero varios días antes hubo una rueda de prensa de Bergara.

La política hoy es distinta que en otras épocas, hoy en día las iniciativas se hacen públicas, y es sano, además. Nosotros cumplimos con la orgánica al presentarle la iniciativa al presidente del Frente y hacemos pública cuál es la idea para que la gente la conozca, la discuta y que los frenteamplistas puedan tener una opinión más allá de la discusión orgánica que pueda haber.

¿No es también un paso de campaña? Más allá de que la idea central no sea esto, hacerla pública en una rueda de prensa parece también un paso de campaña.

Es múltiple la visión. Primero, cualquier iniciativa, para que tenga sentido, tiene que ser pública y transparente. Segundo, cualquier candidato presidencial tiene la obligación de hacerles llegar a sus posibles electores cuáles son sus ideas centrales para el caso de que fuera electo presidente de la República. No es que se reúne el comando de campaña y decide “tenemos que tener una iniciativa en este momento”, sino que es natural que un candidato haga públicas sus iniciativas.

El viernes Bergara hizo una publicación en X en la que da a entender que la propuesta es cuestionada en el FA porque viene desde Convocatoria, ¿lo comparte?

No me animaría a afirmarlo así. Creo que a veces hay opiniones que no son felices en este sentido, pero nosotros apostamos a la unidad frenteamplista, y si ha habido opiniones infelices, hay que seguir adelante.

Desde que comenzaron a trabajar en la precandidatura, hubo sectores que integran Convocatoria que se mostraron reticentes, por ejemplo, Magnolia o Plataforma.

Ellos plantearon algunas dudas sobre si ese era el mejor camino para consolidar el espacio, pero luego hicimos un acuerdo por consenso que llevó a que todos los sectores de Convocatoria participáramos del acto de proclamación y todos los sectores respaldamos la presentación. Tuvimos amplias coincidencias.

Hace unas semanas Búsqueda informó que estos dos sectores querían analizar el posible retiro de la precandidatura de Bergara porque la consideran “estancada”, sin pasar de 12%.

Cualquier candidatura se tiene que ir evaluando constantemente. Los números fluctúan, hay algunas encuestas que nos dan más, algunas encuestas que nos dan menos. Nosotros tenemos un acuerdo claro en Convocatoria de que en los meses febrero y marzo vamos a seguir con la campaña electoral, y es natural que vayamos haciendo evaluaciones. Se hará en marzo una nueva evaluación, pero esta tiene que ir más allá de los números, necesariamente tiene que tener en cuenta si la campaña presidencial sirve para expresar nuestra sensibilidad.

¿En marzo va a haber una evaluación, entonces?

Siempre hay evaluaciones.

¿Pero cree que se hará un planteo de bajar la candidatura por parte de algunos sectores?

Yo creo que lo que tenemos que hacer dentro de Convocatoria –y es lo que estamos haciendo– es esa evaluación permanente que valore números y la incidencia de la candidatura en la proyección del espacio. Todos los sectores que integramos Convocatoria tenemos un fortísimo compromiso de consolidar el espacio más allá de posibles divergencias tácticas.

¿Cómo ve el pedido que se presentó en la web change.org para que Álvaro García sea candidato a la Intendencia de Montevideo?

Por un lado, es una iniciativa que parece fuera de tiempo. En esta época, la única prioridad tiene que ser que el FA gane las elecciones en 2024. Para las elecciones departamentales falta mucho tiempo, estamos hablando de 2025, por lo tanto, es apresurado empezar a hablar de candidatos a la intendencia en esta etapa. Lo segundo es que es una iniciativa de compañeros que no surge de las orgánicas de CSP. Políticamente, el PDC, en particular, ha apostado mucho a Convocatoria y a consolidar este espacio.

¿No se teme perder identidad?

No, porque es un acuerdo que te permite tener perfiles propios. El PDC se sustenta en una corriente universal, que es el humanismo cristiano, y el FA necesita tener una pata que se sustente en ese pensamiento. Desde la fundación del FA nuestra visión da un aporte específico: aspiramos a generar una sociedad en la que el éxito no esté vinculado a tener cosas materiales, porque de esta forma se deshumaniza la sociedad, se deshumanizan los sistemas políticos, y en ese sentido nosotros creemos que tanto el FA en su colectivo como CSP avanzan en esa línea, tomando las necesidades del siglo XXI, como las cuestiones de género, la sustentabilidad ambiental y muchas otras cosas.

¿Cuál es el electorado al que apunta, entonces, el PDC?

Nosotros como PDC estamos comprometidos con la idea de que CSP tiene la posibilidad de atraer electores de dos naturalezas: los frenteamplistas desilusionados que no nos votaron en 2019 que ahora están otra vez desilusionados y los ciudadanos batllistas y wilsonistas que no se sienten representados por los dirigentes de sus partidos porque han tenido un proceso de derechización. Uno de los roles centrales de CSP es tener una propuesta, una actitud política, un discurso que les permita venir a votar y ayudar a que el FA gane.

¿No cree que hay una pata de la candidatura de Orsi que apunta a ese electorado también, a través de la Vertiente Artiguista, por ejemplo?

Sería un acto de soberbia decir que nosotros somos los únicos que podemos hacer eso. Sí creo que representamos el foco más fuerte de atracción en ese sentido.

En tu rol de coordinador político de la campaña de Bergara, ¿se habla de la denuncia por acoso sexual contra el diputado Gustavo Olmos?

Hemos sido informados por los compañeros de Fuerza Renovadora y Marea Frenteamplista. Es un tema que nos genera una profunda tristeza y desazón. Lo que corresponde es esperar a que se exprese el Tribunal de Conducta Política del FA, pero no es un tema diario en nuestra política.