Fuera de sección
A mucha honra
La vi en 2013 en un estrado minúsculo frente al Congreso argentino. Era una concentración pequeña en el lugar físico y simbólico de las concentraciones más populosas y populares de Argentina. Hacía tiempo que una proclama, un discurso y una voz cantante no me dejaban con la boca abierta en relación con la prostitución, el machismo y los feminismos. Era la voz de Georgina Orellano, que en su perfil de Facebook (abierto) se muestra con su nombre y la bajada: “Puta Feminista Peronista” (y también como “dama de compañía” y “trabajadora sexual”). Es la secretaria general del sindicato de meretrices de la Argentina (Ammar-CTA).