Desde 1990 y como parte del Plan Especial para el Arroyo Miguelete, los vertidos industriales están más controlados. La directora de la Unidad de Efluentes Industriales (UEI) de la División Saneamiento del Departamento de Desarrollo Ambiental de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), Alicia Raffaele Vázquez, respondió vía mail un cuestionario de la diaria sobre el modo en que la unidad controla y sanciona a las empresas que todavía vierten sus efluentes en ese cauce de agua.
-¿En qué década comenzaron a contaminarse las aguas del Miguelete y a raíz de qué?
-No podría precisar en qué década. Considero que para eso hay que remontarse a la historia de intervención humana de urbanización y desarrollo de la cuenca. Si nos remitimos al texto de María del Pilar Pérez Piñeyro, Historia de un proceso de desequilibrios urbanos, hay que retrotraerse al proceso fundacional de Montevideo, a aquel primer gesto planificador que incluyó en la cuenca inmediata a la bahía, sobre el arroyo Miguelete, la demarcación de las chacras de abasto para el poblado incipiente. “La ciudad amurallada estableció así, desde sus orígenes, sus vínculos con el territorio circundante, y el proceso urbano que se implementó integró aquella estructura de caminos y zonas aledañas de la ciudad territorio original”, dice Pérez Piñeyro.
-¿Durante cuántas décadas las industrias en las márgenes del río vertieron sus efluentes al arroyo prácticamente sin restricciones?
-La Intendencia Municipal de Montevideo tiene normativa al respecto desde 1968. Específicamente la Resolución Nº 16.277 es la Reglamentación de la Ordenanza 13.982 del año 1968, sobre Disposición de Aguas Residuales de los Establecimientos Industriales del Departamento. Dicha resolución es del 19 de julio de 1968 y ya exigía Autorizaciones de Desagües Industriales a las industrias del departamento y habilitaba el contralor y las sanciones por incumplimiento. En esa época se plantean cuatro tipos de vertidos: desagüe a colectores cuando no existe tratamiento biológico de aguas servidas de la red pública; desagüe a colectores cuando existe tratamiento biológico de aguas servidas de la red pública; desagües a cursos de aguas, e infiltraciones al terreno. Para cada tipo se indican los parámetros de vertido y los valores autorizados para cada uno. Esto luego se modificó con el Código de Agua y la normativa nacional, Decreto 253/79 y sus modificativos. Actualmente se establecen tres tipos de vertidos admitidos: a colector, a curso de agua e infiltración al terreno. Si bien existía normativa, y dentro de lo que era el Departamento de Ingeniería y Obras de aquel momento había una sección Disposición de Aguas Residuales, donde se tramitaban estas autorizaciones, el impulso motor de contralor comienza en los 90 con la creación de una unidad específica: la Unidad de Aguas Residuales Industriales, actualmente Unidad de Efluentes Industriales. Incluso en esta unidad la forma de gestión y contralor fue cambiando.
-¿Con qué panorama se encontró la unidad?
-A principios de los 90, si bien en las industrias de Montevideo existían plantas de tratamiento de efluentes por exigencia de la intendencia, el mayor problema era que no estaban operativas o que no tenían las unidades de tratamiento acordes a los procesos que estaban realizando. El contralor que se efectuaba hacía que la mayoría de las empresas no tuviera un técnico en la materia y jugaban a la posibilidad de una inspección y una sanción.
-¿Cuáles eran las sustancias más contaminantes que se vertían al cauce de agua y en qué niveles eran vertidas?
-Puedo hablar desde los 90 a la fecha. A mediados de los 90, la cuenca del Miguelete recibía también efluentes provenientes de la zona de Chacarita, por medio de un bombeo en 8 de Octubre y José Belloni, situación que cambió con el avance de las obras del Plan de Saneamiento III entre los años 2002 y 2003. Por ejemplo, en 1996 la cuenca recibía el aporte de unas 24 empresas (con vertidos directos a curso de agua, a colector e infiltración al terreno), provocando una contaminación orgánica causada por las industrias equivalente a la causada por una población de 188.000 habitantes. En el año 1997 en la cuenca teníamos un registro de 27 empresas que causaben una contaminación equivalente a una población de 152.000 habitantes. Además estas empresas generaban una carga de 111 kg/día de cromo vertido a la cuenca (nuevamente podía ser a curso de agua, a colector o infiltración al terreno) y de 28 kg/día de sulfuros. En noviembre de 2003 teníamos 21 empresas que significaban una carga orgánica de 22.300 habitantes, con 15 kg/día de cromo, 1,4 kg/día de sulfuros y 8 kg/día de plomo. Entonces cambia la situación y no llegan más las de 8 de Octubre y Belloni, por eso disminuye el número de empresas. En noviembre de 2008 se contabilizan 30 empresas, aproximadamente 21.400 habitantes equivalentes, 0,42 kg/día de cromo, 2,2 kg/día de sulfuros y 0,26 kg/día de plomo. Como se puede observar, en la cuenca existe un mayor número de empresas “significativas” desde el punto de vista de la generación de efluentes líquidos y, sin embargo, la carga de las distintas variables que se controlan ha disminuido notablemente.
-¿Cuáles son las industrias más contaminantes que todavía se encuentran en la cuenca y en las márgenes del arroyo?
-Los ramos principales son curtiembres, lavaderos de lanas, elaboración de productos cárnicos, metalúrgicas y químicas. Si bien la mayoría de las industrias vierten a colector, también hay quienes vierten a curso de agua, o infiltran al terreno. Por otra parte, de las 30 empresas del año 2008, 10 vierten directo a curso de agua, 6 infiltran y 14 vierten directo a colector. Entre las que vierten a curso de agua (puede ser directo al Miguelete o algún afluente del Miguelete) están Frigorífico Carlos Schneck, Frigorífico Sirsil, las metalúrgicas Armcor, Dimac y Nordex, la pesquera Auklinks, las industrias químicas Electroquímica y American Chemical, la textil Carlos Cibils y la de alimentos Fanaprhu. Entre las que infiltran figuran Lanco (aceites y grasas), Cardama (cárnica), Tirapu (lavadero de camiones), Pinturas Inca (pinturas), Vessena (química), Valentín Martínez (varios alimentos). El resto vierte directo al colector. Otras empresas presentes en la cuenca en 2008 son la textil Carlos Cibils, Lifibel (ex Valentín Martínez), Baccardi Martini, Funsa, la chacinería Antic, Curtifrance Belloni (curtiembre), Envases Continental (lavadero de envases), Lanasur (lavadero de lanas), Pinturas industriales, Ecopet (plásticos), Química Oriental, Arteva (alimentos, varios), Fedir Delibest (alimentos, varios), Gibur (ídem), Memil (helados Oasis).
-¿Cuándo se comenzó a controlar lo que vertían las empresas?
-Desde los 90 se han implementado cambios en el control que se realiza a las industrias. En 1994 se comenzó a exigir que las empresas presentaran un informe cuatrimestral con datos de su producción, consumo energético y de agua mensual, número de empleados, análisis de muestras tomadas por ellos mismos, etcétera. Estos informes exigen la firma no sólo del representante de la empresa sino también de un profesional competente (ingeniero químico o ingeniero sanitario y ambiental) que es responsable de la información que se declara en los informes; también se exige la firma o nombre del laboratorio que realiza los análisis. En este caso me importa destacar dos cosas. En primer lugar, que el profesional firmante está sujeto también a normativa, ya que el Decreto 13.982 así lo establece, pudiéndose observar su actuación. Y segundo, que todas nuestras evaluaciones (o sea los datos que estoy dando) y nuestras sanciones se basan en nuestras propias actuaciones y en las muestras extraídas por esta unidad y analizadas en el Laboratorio de Calidad Ambiental de esta intendencia. Esto lo remarco, pues he visto declaraciones erradas a la prensa realizadas por personas que no son de la intendencia, sobre la veracidad de los datos contenidos en los informes cuatrimestrales y de cómo se realiza nuestro control. Por otra parte, desde el año 1997 se estableció un Programa de Monitoreo de la siguiente forma: la Unidad de Efluentes Industriales identificó las industrias responsables del 90% de la contaminación industrial del departamento de Montevideo. Estas industrias a su vez fueron divididas de acuerdo a su contribución real o potencial a la contaminación de origen industrial, en dos categorías: Primera Prioridad y Segunda Prioridad, determinando de esta manera la frecuencia de muestreo.
-¿En qué consisten los controles?
-Todas las industrias responsables de menos del 10% restante de la contaminación de origen industrial son controladas por otro sector de la Unidad de Efluentes Industriales con el objetivo de fiscalización en forma anual. Es de destacar que estas industrias son de menor porte en cuanto a las cargas de sus efluentes, y se han incorporado en la gestión de la unidad como una categoría de Tercera Prioridad. Esta clasificación es dinámica, puesto que de observarse cambios sustantivos en el desempeño de las industrias, éstas cambian de categoría según corresponda, inclusive se incorporan al Programa de Monitoreo en el caso de las de Tercera Prioridad o de industrias que inician actividad. Las industrias de Primera Prioridad conforman a la fecha un grupo de aproximadamente 26 empresas privadas que generan aproximadamente el 85% de la contaminación total causada por las industrias que integran el Programa de Monitoreo (Primera y Segunda Prioridad). Estas industrias son monitoreadas para el Programa en forma trimestral, incluyendo los siguientes ramos considerados relevantes: lavaderos de lana, curtiembres, aceites y grasas vegetales, animales y raciones, productos lácteos, mataderos y conservas de carne bovina, procesamiento de pescado y afines,bebidas, fábrica de cerveza y maltería, químicas. En el grupo conformado por las industrias de Segunda Prioridad se encuentran industrias de los ramos textil, metalúrgico, fabricación de pinturas, pulpa de madera y cartón, lavaderos de botellas, elaboración de detergentes, químicas básicas, alimentos, conservas de frutas y verduras, hidrocarburos, lavaderos de camiones, plásticos, astillado de madera, caucho, zona franca. Estas industrias son monitoreadas para el Programa en forma semestral.
-¿Qué tanto se controla la contaminación producida por industrias estatales?
-La contaminación industrial originada por las industrias estatales ANCAP (refinería de petróleo y depósito de combustibles) y UTE (central térmica de generación eléctrica) también es consideradas dentro del Programa de Monitoreo en un análisis particular. A partir del segundo semestre del año 2004, la red de saneamiento de una zona del departamento de Canelones es trasvasada mediante bombeo (Paso Carrasco y Barra de Carrasco) a la red de saneamiento de Montevideo que vierte en el Emisario. También se controla estos ingresos.
-¿Qué indicadores se tienen en cuenta?
-Se tienen como referencia dos indicadores de reducción de la contaminación industrial: carga de DBO5 y carga de Metales Pesados, estableciendo como límites máximos admitidos de descarga en el Departamento de Montevideo: 40 ton/día de DBO5 y 82 kg/día de Metales Pesados. Para referencia cabe indicar que a fines del año 2008 teníamos un registro de 93 industrias en el Programa de Monitoreo (Prioridad 1 y 2), y éstas representaban menos de 11 ton/día de DBO5 y 11,5 kg/día de Metales Pesados. En este año, la evaluación del primer semestre de 2009 nos dio un registro de 91 industrias en el Programa de Monitoreo (Prioridad 1 y 2), y éstas representaban menos de 11,5 ton/día de DBO5 y 12 kg/día de Metales Pesados. En este momento estamos haciendo la evaluación del año 2009. Por otra parte, la normativa exige que cada industria tenga su propia planta de tratamiento de efluentes, y se establecen diferentes parámetros a controlar y sus niveles máximos admitidos en valores de concentraciones que dependen de la forma final de vertido (cursos de agua, colector o infiltración). Si los vertidos van a la red de saneamiento y ellos terminan en el Emisario de Punta Carretas, tenemos el tratamiento realizado por la empresa y luego, antes de verterse al Río de la Plata, el pretratamiento realizado por esta intendencia. Si bien el control se realiza por concentraciones de parámetros, a la hora de evaluar, nosotros consideramos las cargas, que son las que nos dan la real dimensión de los vertidos, ya que involucran los caudales, y por ende nos hablan del potencial contaminante. No es lo mismo verter 0,5 kg/día de cromo, que 100 kg/día. Una empresa puede cumplir en cuanto a la concentración máxima admitida (que es dada en mg/litro), pero tener un caudal diario de 2.000 metros cúbicos y su potencial será mayor que otra pequeña, cuyo caudal no supere los 5 metros cúbicos, por ejemplo, aunque su concentración esté por encima del valor admitido. Por eso es importante hacer los dos controles, el de concentración (que es lo que indica la normativa) y el de carga (para una real dimensión de la situación). Otra confusión que también he visto declarar a la prensa es indicar que los vertidos y las cargas industriales es la contaminación de los cursos de agua. Las cargas industriales que te indico son las cargas vertidas totales que involucran vertidos directos a cursos de agua, a colector o infiltración al terreno. Y específicamente en los lugares de vertido directo al curso de agua, hay otro punto a considerar que es el caudal del curso de agua en el punto de vertido. No es lo mismo un vertido a una pequeña cañada que a un lugar de mayor caudal o al Río de la Plata, por ejemplo. Por otra parte te diría que el mayor problema de los cursos de agua actualmente es la contaminación causada por residuos sólidos. Éstos a su vez provocan lixiviados que contaminan las aguas, incluso con metales pesados. Otras fuentes de contaminación son la llegada de aguas negras en las zonas que aún no tienen saneamiento, provenientes de robadores de pozos negros o en forma directa; que si bien está prohibido, existe por diversas causas, y es difícil de “combatir”. Y la otra fuente de contaminación de los cursos de agua, en las zonas rurales y de chacras son los agroquímicos que utilizan los productores; fertilizantes, herbicidas, etcétera, cuyos residuos llegan por arrastre a los cursos de agua. Este tipo de contaminación es además difusa.
-¿Qué curso siguen las denuncias, multas y sanciones de los que infringen la normativa?
-Hay que tener en cuenta que cada resolución resulta de un expediente de actuación, donde se argumenta y se demuestra la situación constatada y se dan todas las garantías a las empresas para que realicen sus descargos. Esto significa que en el momento en que se sugiere una sanción, se notifica el informe a la empresa otorgando un plazo de 10 días para que presente sus descargos, los cuales pueden ser de recibo total, parcial o no ser de recibo, lo que dará lugar a seguir el trámite del expediente. Si la multa es de hasta 70 UR, sale desde la intendencia. Si el monto es mayor a 70 UR requiere aprobación de la Junta Departamental, antes de salir la resolución, por lo cual estos trámites pueden demorar algunos meses. Cuando sale la resolución, la empresa vuelve a ser notificada y allí se abre su camino jurídico, ya que tiene 10 días para recurrirla. Con esto quiero indicar que existen todas las garantías para todas las partes. Estos expedientes son independientes del Programa de Monitoreo, por eso hay industrias que se fiscalizan con una frecuencia muy superior a lo que establecimos en el Programa. El Programa sirve para evaluar la situación y hacia dónde debemos hacer énfasis en el control. Cabe destacar que muchas sanciones son por falta de operativa adecuada en la planta de tratamiento de efluentes y otras son por falta de unidades adecuadas, por lo cual las empresas deben plantear las modificaciones necesarias para el cumplimiento, muchas veces realizando nuevas obras. Esto genera un volumen de inspecciones de seguimiento, y de tomas de muestras de dicho seguimiento.