La evasión del IVA que mide la DGI se contrajo fuertemente en los últimos años, pasando de 41,7% en el año 2000 a 20,6% en 2008. Ante esta reducción surge la interrogante respecto de cuál es el “piso” que se puede alcanzar.
Masoller sostuvo que si bien “no hay un estudio que indique el nivel de ese supuesto ‘mínimo estructural’”, la comparación internacional indica que aún “existe margen” para continuar disminuyendo la tasa de evasión.
Remarcó que para este año se está “esperando una nueva reducción de la evasión, en la medida en que la actividad económica sigue fuerte”. Además, celebró que el trabajo de fiscalización de la DGI en el interior del país y entre empresas importadoras del rubro vestimenta “está dando los resultados esperados”. Añadió que “en los últimos meses se extendió el régimen de retenciones y percepciones a varios sectores, y también se establecieron adelantos de IRAE en la importación de algunos productos”. Para Masoller, “estas medidas deberían contribuir a reducir la evasión”.
Gran valor
La importancia del estudio de la evasión del IVA radica en que es el impuesto que mayor incidencia tiene en la recaudación total de la DGI, representando 54,7% del total, según el informe de julio del organismo recaudador. De acuerdo con el documento, los ingresos por concepto de IVA aumentaron 1,9% en el séptimo mes del año, incremento explicado exclusivamente por la evolución positiva de la recaudación del IVA importaciones (+9,1%), ya que tanto el IVA interno como el IVA mínimo registraron descensos de 3,2% y 4,4% respectivamente, lo que revela caídas moderadas en los niveles de consumo interno.
Sensación térmica
Por su parte, el subdirector de la DGI, Hugo Vallarino, dijo a la diaria que plantearse que el actual nivel de evasión del IVA correspondería al mínimo estructural “es quedarse con las ganas”. Según explicó, “todavía tiene que haber esfuerzos para poder plantearse una disminución adicional, en base a eficiencia y manejo de los niveles de riesgo que tiene que tener el contribuyente respecto del cumplimiento de sus obligaciones tributarias”.
En ese sentido, detalló que es “muy difícil saber cuál es el piso”. “No conozco administraciones tributarias con evasión cero, pero considerar que ya es definitivo, dejar de hacer el esfuerzo, sería totalmente imprudente”, afirmó.
Con relación al año en curso, el subdirector de Rentas evaluó que conviene aguardar para observar “cómo responde la economía en su conjunto, dado que también hay un componente muy importante de los contribuyentes según la etapa del ciclo económico en que se encuentren”.
En ese sentido, resaltó que este año se mantendría cierta estabilidad en los niveles de evasión, aunque aclaró que también puede ocurrir que se registre un nuevo descenso.
Según interpretó, “el impuesto sigue respondiendo por encima de lo que se estima que va a crecer la economía y hay ciertos indicios de mejora. Entonces, con estos indicadores preliminares, debemos considerar que probablemente bajemos las tasas de evasión”.
Para lograrlo, aseguró que es importante generar “percepción del riesgo entre los contribuyentes, aprovechar los momentos económicos y, cuando lo permite la responsabilidad fiscal, tratar de reducir aun más las alícuotas del Impuesto”.
No te arriesgues
Tanto Masoller como Vallarino mencionaron que uno de los elementos centrales para reducir la evasión tributaria es el trabajo de fiscalización que realiza la DGI.
En ese punto, el viceministro destacó la firma del “compromiso de gestión” entre el MEF y la DGI, que “establece metas bastante exigentes de recaudación”.
Se trata del cuarto compromiso firmado entre ambos organismos: el primero se registró para el período 2005-2006, mientras que el segundo y el tercero correspondieron a 2007 y 2008 respectivamente.
El compromiso 2009 fue suscrito el pasado 30 de julio y, en lo que respecta a la fiscalización, allí se destaca el objetivo de aumentar la cantidad promedio de operativos que realiza cada inspector. De acuerdo con el texto del documento, para este año se aumenta el número mínimo de actuaciones de control extensivo a un promedio de 50 por inspector, mientras que en el 2008 se pedían unas 45. En las actuaciones de control intensivo se incrementó de 7,5 actuaciones por inspector en 2008 a 8 para 2009.
El subdirector de la DGI detalló que “la tarea de fiscalización busca tratar de mostrar presencia y generar riesgo” de ser sancionado en la percepción del contribuyente. “Las administraciones tributarias en el mundo no generan grandes niveles de recaudación por gestión directa de la fiscalización, sino que la generan en la percepción de riesgo que tienen sobre el contribuyente”, puntualizó Vallarino.