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Uruguay emergió de la crisis global fortaleciendo la capacidad financiera del Estado.

Las reservas monetarias del Banco Central (BCU) continúan creciendo y al cierre de 2009 superaron los 8.000.000.000 de dólares. Las principales causas que explican esa acumulación de activos son las elevadas compras de dólares realizadas para evitar una mayor depreciación del tipo de cambio y el cobro de la cuota-país por la membresía del Fondo Monetario Internacional (FMI). A su vez, esos dos factores expansivos explicaron el importante aumento en las reservas netas de obligaciones con el gobierno y con el sistema financiero que posee el BCU, que, en los últimos 10 años, se caracterizaron por ser negativas o estar en niveles muy bajos.

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Los activos de reserva del BCU, finalizado el 2009, alcanzaron los 8.037.000.000 de dólares, lo que implicó, en el año, un crecimiento en el stock de 1.676.000.000 de dólares, según cifras del Balance Monetario del BCU divulgadas la semana pasada por la entidad reguladora del sistema financiero. El stock de cierre del año está muy cerca del máximo histórico alcanzado el 28 de diciembre, en el que los activos llegaron a los 8.219.000.000 de dólares. En cuanto al crecimiento anual, pese a su magnitud no logró superar el umbral alcanzado en 2008, año récord de incremento, en el cual los activos registraron una suba de 2.239.000.000 de dólares.

Según los datos del propio Balance Monetario, el crecimiento de los activos durante 2009 se corresponde, en primera instancia, con las importantes compras de dólares en el mercado interbancario, realizadas con el fin de evitar una mayor depreciación en la cotización del dólar. Concretamente, durante 2009 se compraron en términos netos en el mercado formal, es decir, a bancos privados, casas financieras, cooperativas, Banco Hipotecario, de Seguros y casas de cambios, 957.000.000 de dólares. También se realizaron compras por fuera del mercado formal que alcanzaron a 157.000.000 de dólares. El otro factor fundamentalmente expansivo de los activos durante 2009 fue el cobro de 355.000.000 de dólares de la cuota de Uruguay en la asignación general de DEG (Derechos Especiales de Giro, suerte de “moneda interna” del FMI), dirigida a los países miembros del organismo con el objetivo de aportar liquidez al mercado monetario mundial.

Cabe aclarar que gran parte de los activos de reserva a los que se hace referencia son, en realidad, obligaciones que tiene el BCU con el sector público y el sistema financiero. Respecto de este último, en su mayoría son colocaciones que realizan los bancos comerciales en el BCU por concepto de encajes, que son los porcentajes de los depósitos que los bancos deben mantener inmovilizados en las arcas de la autoridad monetaria como garantía por sus operaciones. Es decir que, si bien son reservas que administra el BCU, no se las puede considerar activos propios de la institución estatal. Precisamente, la liberación de encajes realizada durante el año pasado operó como uno de los factores contractivos, generando una disminución de los activos por 347.000.000 de dólares. El otro factor de incidencia negativa fue el retiro de 288.000.000 de dólares en colocaciones de la banca pública en el BCU. Si se excluye de la medición de los activos aquellos que, como se mencionó, están sujetos a obligaciones con el sector público y el sistema financiero, el stock de reservas se reduce de 8.037.000.000 a 3.307.000.000 de dólares, cifra real del monto actual de reservas propiedad del BCU. Al cierre de 2008 las reservas netas de obligaciones con el gobierno y el sistema financiero reportaban 1.887.000.000 de dólares; vale decir entonces que durante 2009 las reservas propias del BCU se incrementaron en 1.420.000.000 de dólares, crecimiento considerado muy importante en términos anuales, que llevó el stock de reservas a niveles muy cercanos a los máximos históricos.

Cambio de gestión

Cabe aclarar que el stock de cierre de 2008 quedó considerablemente condicionado por lo sucedido en los últimos meses de ese año como consecuencia de la agudización de la crisis internacional, que generó un gran vuelco del mercado hacia el dólar, provocando fuga de capitales y determinando que el BCU perdiera reservas. A fines de setiembre el stock de activos de reserva alcanzaba los 6.400.000.000 pero en menos de dos meses se perdieron aproximadamente 700.000.000 de dólares, debido a que el BCU debió salir a vender dólares para que no se disparara su cotización en el mercado, atenuando así su volatilidad. A propósito de esto, la moneda verde pasó de cotizar a 19 pesos en agosto a 24 pesos en diciembre, pero sin la intervención del BCU el salto hubiese sido bastante mayor y con consecuencias también más serias.

Antes de completarse el primer trimestre de 2009 las pérdidas de activos de reserva del BCU ya habían sido cubiertas e incluso se habían superado los niveles previos a aquel proceso. A nivel de las reservas netas de obligaciones con el gobierno y el sistema financiero, la crisis internacional caló un poco más hondo. Los niveles previos a la crisis se pudieron recuperar recién a fines de agosto pasado, volviendo a alcanzar los 2.500.000.000 de dólares.

Si bien en los últimos meses de 2008 el país enfrentó una pequeña fuga de capitales como consecuencia del gran desequilibrio internacional, los efectos fueron muy marginales si se los compara con los de la anterior crisis de 2002, de origen interno y vecinal. En ese entonces, la fuga de capitales superó los 3.000.000.000 de dólares y dejó en la caja del BCU, en forma de activos de reserva, poco más de 500.000.000 de dólares.

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