Encuentro nacional
Este domingo 5 en el salón de actos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República se desarrollará un Encuentro Nacional de Trabajadoras Domésticas, de 9.00 a 18.00, en el que habrá diversos paneles y talleres. La participación es abierta y se da en el marco del proyecto “Condiciones socio-laborales de las Trabajadoras Domésticas y su organización política” del Departamento de Trabajo Social de esa facultad, y con la participación de estudiantes de Comunicación y Psicología.
El convenio salarial del sector venció el 30 de junio de 2010. Desde entonces, las representantes del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), de la Liga de Amas de Casa -que representa al sector empleador- y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se han reunido sin poder llegar a un acuerdo. En diálogo con la diaria empleados y empleadores se manifestaron desconformes con el papel del gobierno en la negociación.
Actualmente, el laudo mínimo de un trabajador doméstico es de 4.792 pesos nominales por trabajar 44 horas semanales y 25 jornales al mes (alrededor de 3.900 líquido). Considerando lo sumergido que está el salario, los trabajadores aspiran a obtener un 25% de aumento. Nora Pacheco, integrante de la mesa directiva del SUTD dijo a la diaria que ni “el gobierno ni la Liga [de Amas de Casa] quiere dar el aumento todo junto”, a lo que el sindicato respondió que se aceptaba que se diera el 25% de aumento en un plazo de dos años (contando desde el 1º de julio pasado) con la condición que los empleadores aceptaran algunos de los puntos de su plataforma reivindicativa. Uno de ellos refiere a la categorización de la tarea, en este sentido solicitan que haya un laudo para el trabajador que limpia, otro para quien cuida niños y otro para quien hace ambas cosas, porque muchas veces ocurre que son contratados para limpiar y luego les van sumando tareas que no estaban contempladas inicialmente.
Piden también que se otorguen condiciones para tener los beneficios por lactancia materna y pago por nocturnidad. Pero esto no fue aceptado, y todo se estancó.
“No hay voluntad de la Liga de Amas de Casa ni del Ministerio de Trabajo. Hemos hecho todo lo que propone el Ministerio, hemos ido a todas las reuniones arriesgando que nos despidan porque no tenemos licencia sindical ¿y qué presenta el Ministerio de Trabajo? La OIT te pone como ejemplo por la ley y las reivindicaciones pero en el gobierno actual se ha estacado la negociación colectiva”, expresó Pacheco.
la diaria intentó comunicarse con autoridades del MTSS, pero no fue posible el contacto. Aparentemente, el jueves 2 habrá una nueva reunión en la que el Ministerio pondría a consideración de ambas partes una fórmula de convenio.
En diálogo con la diaria Mabel Lorenzo, representante de la Liga de Amas de Casa, también expresó cierto malestar: “no ha podido llegarse a ese acuerdo, hace más de 20 días que se paró [la negociación] y estábamos esperando esta instancia que tendría que haber sido más cercana en el tiempo”, dijo en relación a la reunión del jueves. Agregó que “como representante de empleadores de servicio doméstico estamos muy preocupados por la extraordinaria demora que ha tenido, quien tenía que presentar la fórmula es el gobierno, tomar en consideración las dos partes y luego firmar la resolución. Nos hubiera gustado que se hubieran acelerado las negociaciones”. La representante empresarial señaló que la demora determinará que ahora tengan que hacer un importante desembolso económico, recordó que “antes del 20 de diciembre tenemos que pagar el aguinaldo más el acumulado que se generó en estos seis meses”.
Lorenzo se negó a dar detalles de por qué no arribaron a un acuerdo, pero puntualizó que es una discusión netamente salarial en la que no entran otras consideraciones.
Realidades
Se estima que en Uruguay hay 110.000 trabajadoras domésticas, de las cuales apenas 57.000 están afiliadas al Banco de Previsión Social, es decir que hay cerca de un 50% que está al margen de la ley, así como de toda negociación.
Gustavo Machado es docente de Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República y responsable del proyecto de investigación “Condiciones socio-laborales de las Trabajadoras Domésticas y su organización política”, en torno al que también se realiza extensión universitaria. Machado desarrolla el estudio desde mayo de 2009 y explicó a la diaria que la realidad el sector “es difícil de conocer en su dimensión total”, por la informalidad del sector y por otras peculiariades.
Indicó que “el espacio donde se desarrolla el trabajo, el domicilio del empleador, genera complejidades y beneficios” donde se dan situaciones afectivas y de conocimiento mutuo de las vidas privadas de ambas partes que “genera impedimentos para hacer reclamos”. El docente señaló que también es complicada la aplicación de la ley que protege la actividad sindical, porque si el trabajador es despedido injustamente tiene derecho a ser reintegrado al ámbito laboral, pero esto es muy difícil de sobrellevar en un ámbito en que la relación se da uno a uno. Identificó que se dan “situaciones de abuso, acoso, maltrato, puertas adentro, que es poco visible”, y que con las trabajadoras inmigrantes, sobre todo peruanas, “se dan situaciones de explotación mucho más grandes”.
Por otra parte, Machado mencionó que es complicada la sindicalización porque la mayoría trabajan en solitario y que las formas de comunicación son bastante reducidas. Tienen generalmente escasa experiencia en trabajo gremial y a menudo además de trabajar son responsables del cuidado de los hijos y de su propia casa, por lo que el tiempo para militar es sumamente escaso. Agregó que el sindicato fue fundado en 1986, se disolvió en 1989, y refundado en 2006, siendo apuntalado por trabajadoras que antes eran textiles, lo que les dio una experiencia sindical.
Es una actividad preponderantemente femenina, 92% son mujeres, y casi el 40% de las mujeres viven en hogares por debajo de la línea de pobreza.